“Cuba es una evidencia de que las limitaciones económicas no necesariamente constituyen un obstáculo insalvable para el progreso del estado de salud, el cambio demográfico y el bienestar”, dijo el Coordinador de Programas del Fondo de Población de Naciones Unidas en Cuba, Jesús Robles.
Durante la celebración este miércoles en la habanera Escuela Nacional de Salud Pública del Día Mundial de la Población, Robles destacó los avanzados programas sociales cubanos que, unidos una voluntad política a favor de brindar amparo a cada ciudadano, han logrado una redistribución equitativa del ingreso y permitido alcanzar indicadores demográficos comparables con los de países desarrollados.
El Día Mundial de Población fue dedicado este año a la salud reproductiva, un tema en el que Cuba presenta envidiables indicadores como una red nacional de Hogares maternos, surgidos a partir del primero instalado en 1962, en Camagüey.
Hoy, en la isla viven más de 5,6 millones de mujeres, de las que más de tres millones están en edad reproductiva, una etapa que se considera entre los 15 y 49 años y pueden ser atendidas por unos dos mil 700 especialistas en ginecología y obstetricia, por lo que desde 1988 casi el 100 por ciento de los partos en Cuba se realizan en hospitales.
“Esos son resultados fehacientes del trabajo de Cuba sobre la salud reproductiva”, dijo en un aparte con Cubahora el Doctor Evelio Cruz, Jefe del Grupo Nacional de Ginecología y Obstetricia.
Cruz, con una experiencia de casi 60 años en la especialidad, señaló que entre los retos actuales del sistema nacional están los altos índices de abortos, que en el último año sumaron más de 71 mil, y el elevado uso de los dispositivos intrauterinos, como método de anticoncepción que cubre al 51,5 por ciento de las cubanas.
Sobre ese último aspecto aclaró que es un método poco seguro, pues, a diferencia del uso del condón, no limita el contagio con enfermedades de transmisión sexual.
Las cubanas tienen esas preocupaciones, que vistas en el contexto internacional son casi irrelevantes, pues en un planeta de más de 7 mil millones de personas, cada día mueren unas 800 mujeres por causas vinculadas al embarazo o al parto y complicaciones a menudo prevenibles.
También por cada mujer que muere, hay otras 20 que sufren lesiones debilitantes durante el parto, como la fístula obstétrica.
En América Latina y el Caribe, a pesar de la disminución de los niveles de fecundidad y el aumento del uso de anticonceptivos, la población aún enfrenta desafíos en materia de salud sexual y reproductiva, como las necesidades de planificación familiar no cubiertas, las altas tasas de embarazos en adolescentes y las considerables cifras de abortos no seguros.
Como resultado de esos problemas, los países de la región experimentan una lenta disminución de la mortalidad y morbilidad materna, que afecta en especial a las mujeres pobres y de bajo nivel de escolaridad.
Actualmente, en la mayoría de los llamados países en desarrollo, las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte de niñas de entre 10 y 19 años, mientras que las más altas tasas de infecciones de transmisión sexual se registran entre jóvenes de 15 a 24 años.
Esas dramáticas cifras motivaron el mensaje del director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas, Babatunde Osotimehin, quien pidió satisfacer las necesidades de los 222 millones de mujeres que quieren aplazar o evitar el embarazo, pero carecen de acceso a métodos anticonceptivos modernos.
“Al satisfacer esas necesidades, se contribuiría a prevenir 21 millones de alumbramientos no planificados y a prevenir 79 mil defunciones de madres y 1,1 millón de defunciones de lactantes”, indicó Osotimehin.
Nuestro país, por suerte, ha dejado atrás todo esos graves problemas y su sistema de salud, a pesar de las carencias y de que algunos por rutina no lo valoren en su justo precio, puede presentar cifras envidiables en este Día Mundial de la Población.
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