A punto de iniciar las finales en ambos sexos de la Liga Superior de Baloncesto (LSB) 2022, cuesta encontrar méritos a un torneo cuyas falencias en cuanto a organización y nivel de juego muestran la distancia, a día de hoy insalvable, entre lo que vemos en canchas cubanas y el desempeño de los atletas de la Mayor de las Antillas en ligas foráneas.
Atentaron contra el desarrollo de la liga su inicio demorado por falta de aseguramiento logístico, luego insuficiente durante toda la campaña, y la ineficacia de un sitio oficial en el que las estadísticas erran más tiros de los que anotan, en este caso, el sector femenino no tiene siquiera intentos al aro, con solo dos juegos compilados por quinteto.
Los malos porcentajes fuera del parqué en esta LSB 2022 se echan a ver desde varias posiciones, con el viejo reclamo sin respuesta de perfiles institucionales en redes sociales para la liga o, al menos, para la Federación Cubana de la disciplina, un medio no solo para acercar al público y que se cimienten las bases de un espectáculo ahora inexistente, sino, para dar a conocer nuestro baloncesto al mundo.
Transmisiones televisivas aparte, léase inexistentes, la radio ha sido un salvavidas para seguir el minuto a minuto de los mejores encuentros, además de los Live de aficionados en plataformas como Facebook y YouTube, tesón individual que se aplaude cuando las cámaras profesionales solo apuntan a “batazos” a los jardines y “rectazos” a 85 millas.
YA EN LA DUELA…
Sobre la cancha hay puntos con los que la LSB salva una terrible serie de tiro, comenzando por la entrega de los atletas, miembros de los cuerpos técnicos y la familia del baloncesto cubano en general, directivos incluidos, a pesar de los errores y escasez consabida, el evento se llevó a cabo y no es este un aspecto menor, visto el panorama de otros deportes, como la lucha, o aquellos que han recurrido in extremis a eventos Selectivos, como la gimnasia.
- Consulta además: Baloncesto cubano: paciencia en busca de canastas (+Video)
Las jornadas sobre la duela avivaron la esperanza de selecciones nacionales competitivas, con figuras noveles como la alero santiaguera Nahomi Vargas (19 años, 1.89m), ganadora casi segura del galardón a la jugadora más valiosa, o su coterráneo Amauri Bueno, un base que, junto al capitalino Marcos Chacón, parece dará rumbo a los quintetos criollos desde el perímetro.
Los problemas al interpretar el marcador son los mismo que luego repercuten en la selección nacional, pues los equipos continúan la búsqueda de anotadores confiables desde los tiros en suspensión, de sistemas de juego reconocibles y disciplina táctica, elementos que permitan superar las 15 asistencias colectivas por encuentro y el 45 por ciento en tiros de campo, medias combinadas de calidad que ningún conjunto alcanzó.
Queda mucho trabajo por hacer para que la LSB recupere su lugar como el segundo torneo nacional con más seguidores tras la pasión del béisbol, y las ganas de mejorar están, pero deben ser canalizadas con una estrategia reconocible y bien estructurada.
Parara llegar a mates espectaculares, salas abarrotadas y pases mágicos sobre el parqué, primero hay que asegurar los lanzamientos desde las canchas de cemento del barrio y, sobre todo, estar a la altura del esfuerzo de los atletas en cada jugada.
Antonio Sevila Hidalgo
16/6/22 10:05
De acuerdo con todo. Espero más apuntes.
Israel Leiva
23/6/22 14:55
Gracias por el comentario, todo sea proque mejore el baloncesto.
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