Mientras las cuatro colonias de Estados Unidos en Europa –Francia, Italia, Portugal y España- guardan un silencio cómplice y culpable, luego de revocar el permiso de vuelo de la nave donde viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, manteniéndolo secuestrado casi 14 horas, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) realiza este jueves una reunión extraordinaria para analizar este hecho inédito de discriminación y vejamen contra un líder continental.
El avión oficial del mandatario fue obligado a realizar un peligroso e inesperado aterrizaje en Viena, Austria, procedente de Rusia. Después de una larga espera que mantuvo en ascuas al mundo, el líder indígena obtuvo permiso para reabastecer su nave en Islas Canarias y Fortaleza, Brasil, para llegar a su país hoy en la madrugada, con cuatro grados bajo cero de temperatura, donde saludó a miles de personas que lo esperaban con ansiedad.
“No acepto disculpas. Nuestro delito es ser indígena y antiimperialista, lo ocurrido en estos días no es una casualidad ni un error, sino parte de la política imperial contra el pueblo boliviano”, aseguró el jefe de gobierno del Estado Plurinacional, quien añadió que abogará porque se respeten los tratados y las normas internacionales, al comentar la actitud de Portugal, Italia, Francia y España.
Esta acción que puso en peligro la vida de Morales y la delegación gubernamental que le acompañaba está relacionada con el supuesto traslado en el avión presidencial del exagente de la Agencia Central de Inteligencia Edward Snowden –quien divulgó al mundo el espionaje que Washington realiza contra los gobiernos europeos –vaya contradicción- una idea descabellada para quienes ignoran el sentido de honradez, disciplina y respeto diplomático de la dirección boliviana.
El cuarteto europeo exigió, para dejar que la nave oficial sobrevolara sus territorios, que bajaran los pasajeros para chequear si viajaba o no Snowden, un joven de 29 años que está retenido en el aeropuerto de Moscú, Rusia, donde pensaba asilarse, pero que desechó esta idea, al conocer el criterio de Vladimir Putin de que, para aceptarlo, debía renunciar a presentar cualquier otra denuncia contra la Casa Blanca.
Sin embargo, los analistas políticos coinciden en que este es un pretexto muy burdo, y el atentado estaba dirigido al líder boliviano, ya que Estados Unidos y sus aliados europeos implicados conocían que Snowden seguía en Moscú, ya que esas naciones poseen medios y un reconocido servicio de inteligencia capaz de detectar cualquier movimiento del joven.
Mientras Europa calla, en la otra parte del planeta, jefes de gobiernos, movimientos políticos y sociales, mensajes de Congresos Nacionales, líderes políticos, comunicados de organizaciones integracionistas han hecho llegar su solidaridad al pueblo de Tupac Katari. Estos medios destacan la necesidad de que UNASUR estudie lo sucedido y tome las medidas pertinentes para que nunca más otro Estado impida el sobrevuelo de una nave oficial. Este hecho puede crear un precedente que sería usado por Estados Unidos y sus cómplices en un futuro, coincidieron en señalar varios analistas.
En Cochabamba se encuentran ya, o están llegando, los 12 presidentes de las naciones miembros de la UNASUR o sus representantes, quienes participarán en un acto de masas con Morales, junto a movimientos sociales. Luego de una cena en honor a los visitantes, comenzará la Cumbre regional, sin hora fija de clausura.
El único punto que tratarán los líderes suramericanos será analizar la actitud de los países europeos que atentaron contra Morales, y definir las medidas que tomará Suramérica con los gobiernos de España, Portugal, Francia e Italia, según indican varios medios de prensa.
El espíritu que anima el encuentro lo dejó esclarecido el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, al declarar: “los Gobiernos de la región no permitiremos más vejaciones contra América Latina”, y añadió, “actuaremos como Estados libres y soberanos como lo son nuestros pueblos”.
De igual manera expresaron su indignación los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández, Nicolás Maduro, de Venezuela, y José Mujica, de Uruguay, ya en territorio de Cochabamba.
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