El republicano Donald Trump, a pesar de todos los tropiezos, pretende regresar a la Casa Blanca con amenazas de generar un cambio radical a lo interno de ese país que pudiera desembocar en una alteración de los cánones democráticos establecidos ahí desde hace decenas de años.
Por otro lado, Kamala Harris, primera mujer y primera afroamericana en optar por la máxima posición del ejecutivo estadounidense, propone una nueva manera de mirar las cosas, pero busca mantener parte del status quo que promoviera durante sus últimos cuatro años Joe Biden.
270 votos electorales buscan ambos candidatos en las elecciones que terminan el día de hoy
Una gran mayoría de los estados norteamericanos han mostrado históricamente sus preferencias por rojos o azules, por lo tanto no habrá sorpresas en el resultado.
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Sin embargo poco menos de una decena de los 50 estados que integran la unión federal americana son considerados estados péndulos, es decir que pueden inclinarse en uno u otro sentido en dependencia de las tendencias políticas y los índices que más interesan a las poblaciones que viven ahí.
Pensilvania, Arizona, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Georgia, encabezan la lista de los que sonarán en nuestros oídos durante el día de hoy y probablemente en los días sucesivos pues en alguno de ellos las carreras electorales de candidatos demócratas y republicanos, no solamente a la presidencia, sino también a puestos congresionales y senatoriales, estará lo suficientemente reñida como para generar todo tipo de expectación.
Estados Unidos se precia de tener un sistema democrático inigualable en el mundo y de esa manera se ha erigido en consejero mundial para todos, en lo que desde su hegemonía ha intentado pintar como el "mundo basado en reglas".
En cambio los acontecimientos posteriores a la derrota del candidato y entonces presidente norteamericano Donald Trump en el año 2020 y los hechos violentos acaecidos en torno al Congreso Federal en Washington DC, hacen sospechar que las dudas, el discurso de odio, y la inconformidad con los resultados, sea lícita o ilícita, pudieran volver a nublar el panorama político de Estados Unidos en los próximos días.
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Esta carrera electoral pasará a la historia por ser una de las más atípicas y menos organizadas. Recordemos que inicialmente se enfrentaban, en un reencuentro muy esperado, los candidatos Donald Trump y Joe Biden, este último que ya venía mostrando desde hacía algunos meses signos evidentes de senilidad y dificultades cognitivas, tuvo que dar paso, no se sabe bien aún si por propia voluntad o un poco a la fuerza, a la candidatura de su vicepresidenta Kamala Harris.
El anuncio demócrata ponía fin a una campaña publicitaria muy exitosa por parte de los republicanos que incluyó toda la expectación generada por el intento de asesinato del ex presidente Donald Trump, que afortunadamente solo logró cercenar la helix de su oído derecho.
Con un parche simétrico apareció Trump en la publicitada convención republicana para cosechar los frutos de su tremenda ventaja sobre el disminuido candidato demócrata Joe Biden.
Pero justo después de ese momento, comenzarían sus más permanentes pesadillas, el partido demócrata se uniría en torno a su nueva candidata, los niveles de recaudación subirían notablemente, infinidad de artistas reconocidos concederían su apoyo a la afroamericana Harris y Trump debería regresar a la guerra, viendo disminuida su ventaja para terminar en un empate claramente técnico entre los dos partidos.
Las últimas semanas han sido bien entretenidas, numerosas encuestas han sido publicadas tanto en el marco nacional como las que reflejan las carreras de ambos candidatos en los principales estados que definirán la elección.
Harris ha tenido que luchar para convencer a mayorías habitualmente demócratas, por ejemplo, como la árabe residente en Michigan, estado esencial para los demócratas, tremendamente molesta por el irrestricto apoyo de la administración Biden al estado sionista en su genocidio contra Gaza.
Trump, por su parte, ha intentado algo muy difícil, no equivocarse, no mentir, no degradar a sus compatriotas o a parte de ellos fundamentalmente si son inmigrantes o reconocidos por él como personas inferiores. En este sentido muy recientemente tuvo una importante debacle de cara al voto puertorriqueño cuando un comediante presente en uno de sus actos de campaña llamara a la isla boricua de Puerto Rico: "Isla de la basura"
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Las victorias de uno u otro candidato, aunque tendrán matices, no generarán cambios radicales en la agenda de política exterior de Estados Unidos. Gane uno o gane otro el apoyo irestricto a Israel, con matices, seguirá y el estado dirigido por Netanyahu continuará hasta el final su conflicto en Gaza y en Líbano.
Gane quien gane, con matices, continuará el apoyo a Ucrania para intentar una derrota estratégica de Moscú en ese conflicto que cada día se ve más lejos.
Esta noche, puede ser una noche larga, estados como Pensilvania, Arizona o Nevada pudieran no tener listos los resultados esta noche e incluso demorar días en ofrecer un veredicto final.
En la era de la manipulación y de la inteligencia artificial, los próximos tres o cuatro días serán el escenario propicio para que todas las iniciativas modernas se pongan en juego, esperemos video falsos, noticias falsas, candidatos declarándose victoriosos antes de que salgan los resultados oficiales, y quién sabe qué más.
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