FAB-001 significa Fuerza Aérea Boliviana Número Uno, como Air Force One, indicativo que desde la época de Franklin D. Roosevelt (primer presidente norteamericano que viajó en avión) se utiliza para indicar a los controladores aéreos que a bordo del aparato viaja un presidente, lo cual concede prioridad operativa. Cuando vuela el Papa se utiliza: Shepherd One, es decir “Pastor Uno”.
El caso fue que el FAB-001, un trirreactor Falcón 900, fabricado por la firma francesa Dassault vivaqueaba en un aeropuerto moscovita en espera de que el presidente boliviano Evo Morales lo abordara para regresar a su país tras concluir la Conferencia de países productores de gas, cosa que ocurrió en la noche del 2 de julio.
La comitiva presidencial boliviana había cumplido todos los requisitos y presentado su plan de vuelo por lo cual las autoridades aeronáuticas de al menos diez países europeos y dos de América Latina conocían que el aparato en misión inocente utilizaría sus corredores aéreos. Como es usual no hubo reparo alguno.
Con buen tiempo y cielo despejado en toda la ruta, sin premisas negativas, en la apacible noche moscovita del 2 de julio, el avión despegó y confiado en su autonomía de unos 7000 kilómetros, enfiló hacia los cielos de Francia, por donde cruzaría hasta alcanzar Portugal, donde giraría hacia las islas Canarias para reabastecerse y emprender el cruce del Atlántico, una distancia de unos 7000 kilómetros hasta llegar a las costas de Sudamérica realizar escala en Brasil y seguir vuelo a La Paz.
El Falcón 900 es un avión con excelentes prestaciones aunque nada comparable con los fabulosos Boeing 747, Airbus y otros gigantes del aire empleados por los jefes de estados de Norteamérica y Europa. El avión de Evo, apto para transportar menos de 20 personas, capaz de volar a 1 100 kph a una altura entre 45 y 50 000 pies, consumiendo unas 2,445 libras de combustible por hora. Su autonomía es de unos 7 000 kilómetros, distancia que apenas cubre la mitad del recorrido de Moscú a Sudamérica, lo cual obliga a reabastecerse en Europa.
En el primer tramo: Moscú-Francia moviéndose por los intrincados corredores aéreos europeos y no en línea recta, el avión presidencial recorrió más de 3000 kilómetros. Al ser informado de la prohibición de sobrevuelo por Francia y mientras intentaban aclarar lo que parecía ser un mal entendido, consumió inútilmente toneladas de combustible, cosa que continuó mientras trataban de encontrar un lugar que los aceptara.
El retorno hasta Viena y las maniobras para aterrizar implicaron un recorrido de unos 2000 kilómetros, con lo cual totalizaron unos 5000, llegando al límite del combustible embarcado para su plan de vuelo. Sobre la capital austriaca el avión presidencial operaba en emergencia. Privado de acceso a su país, el presidente Evo Morales quedó secuestrado durante unas 15 horas hecho que se convirtió en la noticia del día.
Entre tanto, en una cafetería del área VIP de un aeropuerto moscovita, Edward Snowden en torno a quien se había tejido el entuerto, veía su rostro en televisión mientras saboreaba un scotch, veía su rostro en televisión, a la vez que, compungido, el Jefe de la Estación CIA de la capital rusa informaba a su superior: “Jefe nos equivocamos…el tipo sigue aquí…pongo mi trasero a su disposición…” Luego les cuento más. Allá nos vemos.
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