//

lunes, 25 de noviembre de 2024

Rusia: Estabilidad ausente

El comportamiento oficial norteamericano no favorece entendimientos constructivos con quienes estima sus grandes oponentes globales...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 27/12/2012
1 comentarios
Escudo antimisiles
La sombrilla antimisiles posibilitaría ataques norteamericanos.

Lo acaba de afirmar el presidente ruso, Vladímir Putin: Moscú, dijo, no precisa de la retórica contra las autoridades norteamericanas, pero no admitirá que nadie intente afectarlo sin quedar impune.

En consecuencia, no hay reticencias en el Krenlim en mantener relaciones serias, respetuosas, estables y mutuamente beneficiosas con Washington, solo que tales términos deben ser cumplidos con decencia, honestidad y claridad por ambas partes.

De manera que las cartas están sobre la mesa y hablan con toda claridad. No hay espacios para hegemonismos y mucho menos para que aparezca la más mínima oportunidad de que los círculos agresivos norteamericanos materialicen sus expresos y públicos propósitos de “evitar en lo adelante la recomposición o el surgimiento de otras potencias mundiales” con criterios opuestos a los que enarbola Washington.

Según Putin, sería beneficioso que el Kremlin y la Casa Blanca “buscaran compromisos” lógicos y balanceados, pero lo cierto es que, enfatizó, Rusia no ha provocado a nadie y sin embargo recibe un trato hostil y amenazante.

Es evidente que el mandatario ruso hacía referencia, en alto grado, al severo desacuerdo mutuo derivado del despliegue creciente en Europa Occidental y Asia del llamado sistema antimisiles Made in USA, que Moscú considera una amenaza directa contra su seguridad e integridad y que, ha dicho oficialmente, “podría destruir el equilibrio estratégico en el mundo” y alentar una nueva y riesgosa carrera armamentista.

De hecho, la titulada sombrilla antimisiles no es más que el instrumento que los militaristas estadounidenses consideran garante de la posibilidad de propinar golpes nucleares a sus potenciales rivales sin recibir represalias de los agredidos.

Otro factor de tirantez se concreta en el expansionismo norteamericano en Asia Central y Oriente Medio, con el apoyo de Israel, las satrapías árabes y los grupos terroristas islámicos, y que intenta establecer un cordón de hierro en torno a las divisorias rusas y chinas colindantes con ambas explosivas zonas geográficas.

De ahí las actuales divergencias. Y es que resulta imposible que, a nombre de cualquier ficticia consideración, se solicite de un país o pueblo alguno permanecer impasible cuando frente a su puerta se erige una fortaleza militar de signo discordante y altanero. Así de simple y objetivo.

En consecuencia, Rusia no ha tenido otra alternativa que recomponer su golpeada sociedad producto de la oportunista disolución de la Unión Soviética en los noventa del pasado siglo y de una penosa transición donde el capitalismo salvaje intentó eternizar sus nichos.

Y junto al rescate de la economía y la vindicación de la historia y los innegables valores humanos y patrióticos del pueblo ruso, está el perfeccionamiento acelerado de los dispositivos defensivos de la nación ante los riesgos que crecen en el oeste.

En consecuencia, es evidente que toca a Washington modificar su actuación agresiva y leonina frente al resto del planeta, y en este caso ante grandes Estados que como Rusia y China acumulan una creciente influencia global y están dispuestos al ejercicio de una política internacional donde el multilateralismo resulte el pivote clave.


Compartir

Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


pjmelián
 2/1/13 13:40

Los dirigentes ´´ postsoviéticos ´´ reciben el trato que se merecen por su falta de madurez política, cobardía y total analfabetismo concerniente a la naturaleza humana. ¡ VIVA LA URSS, VLADIMIR LENIN Y LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE ! pjmelián

Deja tu comentario

Condición de protección de datos