Saliendo de una oscura noche neoliberal, en plena etapa política nacional renovadora, primero de la mano del presidente Néstor Kitchner y después de su viuda y sucesora Cristina Fernández, 30 millones de argentinos acuden a las urnas para renovar el Congreso Nacional, en el que el oficialista Frente para la Victoria debe mantener su mayoría para seguir adelante con el proyecto socio-económico que cambió el rostro de una destruida nación.
Fernández, quien se recupera de una delicada intervención quirúrgica, ha sido, empero, un aliciente en la campaña electoral cuando, en su recuperación, recibe la solidaridad de millares de ciudadanos que la reconocen como una impulsora del proceso iniciado por Kitchner en 2003 para fortalecer la economía del país con la industrialización de las provincias, entre otros planes inmediatos.
Esa es una de las razones por las cuales el oficialismo pidió a la población que participe en estas elecciones legislativas, para que fluyan en el Parlamentos las leyes imprescindibles que permitan concretar los proyectos presidenciales, los cuales, si ganara la oposición, con certeza serían engavetados en esa instancia.
En esta ocasión serán renovados 127 de los 257 curules de la Cámara de Diputados para el período 2013-2017 y 38 de los 72 escaños del Senado desde este año hasta 2019. También serán elegidos los dirigentes de las legislaturas provinciales y concejos municipales.
La distribución de unas siete mil 342 urnas distribuidas en 794 colegios sólo en Buenos Aires, la capital, estuvo bajo la responsabilidad de la Policía Federal, en tanto ocho mil 500 efectivos del Ejército, la Armada, Fuerza Aérea y Alcaldías garantizarán la seguridad en el proceso comicial, en un operativo militar que fue catalogado de trabajo meticuloso por las autoridades judiciales.
En esta democrática acción votarán, por primera vez, más de medio millón de jóvenes con edades entre los 16 y 18 años, aunque para ellos no es obligatoria la asistencia a las urnas.
El proceso electoral argentino es complejo y por eso los especialistas se abstienen de anticipar resultados, aun cuando se espera el triunfo del kitchnerismo como única opción posible para el futuro nacional, ya que la oposición está fragmentada y sin programas creíbles.
Son 140 agrupaciones políticas en liza para que sus diputados obtengan una banca en la Cámara Baja (diputados), mientras que para la Cámara Alta (senadores) compiten 44 en ocho distritos, indicó Alejandro Trujillo, director Nacional Electoral de Argentina.
Trujillo anunció que 43 mil ciudadanos ejercerán como fiscales voluntarios para garantizar la transparencia de la votación, más los que aportarán los partidos, hasta llegar a 90 mil, distribuidos en las 90 mil 500 mesas habilitadas en los 24 distritos electorales de la nación.
A ese equipo fiscalizador se unen unos 80 observadores internacionales invitados al proceso, así como organizaciones no gubernamentales que también velarán para que estos sean unos comicios transparentes.
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