El Danzón, de un Faílde a otro Faílde (+Fotos)(+Video)

Fue el músico cubano Miguel Faílde el creador del Danzón. Justamente el primer día del año 1879 se estrenaba en Matanzas Las Alturas de Simpson. El tema hizo nacer un género que, según cuentan, ya se había escuchado y bailado en encuentros informales, para luego ser reconocido como el Baile Nacional de Cuba.  

Transcurridos 134 años, es también un Faílde, Ethiel, quien recibe de manera simbólica la condición de Patrimonio Nacional otorgada al Danzón, durante la jornada final del Festival Internacional Cubadanzón, efectuado  entre el 21 y 24 de noviembre  en  Matanzas, la ciudad conocida como La Atenas de Cuba.

No podía ser en otro lugar, me aseguran uno y otro, todos  los danzoneros que han acudido a la cita, bailadores e intérpretes del género de toda Cuba y países invitados de Latinoamérica, fundamentalmente mexicanos, venezolanos y colombianos.

En la céntrica Calle del Medio matancera se encuentra el Palacio del Danzón, un espacio reconstruido palmo a palmo por los propios danzoneros. En pleno ajetreo, mientras organiza el bailable de la noche, Orlando Gómez Villamil, director de la institución, comenta que todos los sábados hay baile, con orquesta o música grabada y que cada vez se llena más de jóvenes y “medios tiempo” que vienen a bailar danzón y otros ritmos tradicionales, “que es lo único que ponemos aquí”.

Pero el amplio salón no guarda relación alguna con la historia del danzón, como sí la Sala White, sede de la Sinfónica matancera, actualmente en reparación; lugar donde se estrenara el primer danzón a finales del siglo XIX, cuando era el Club Matanzas. O como aquel otro edificio prácticamente en ruinas, La quinta Luna, donde dicen que realmente se interpretó y ensayó desde un año antes de su estreno oficial el tema Las Alturas de Simpson.

Del danzón se escuchan otras historias en Matanzas, como aquella de cuando en 1979 se formaron cien parejas para festejar  en el parque René Fraga el centenario de ese género musical, o de cuando 2 mil parejas en toda la provincia bailaron a la misma hora en 2009 para recordar los 130.

El orgullo de los matanceros por la paternidad del baile se evidencia en cada celebración popular, donde está presente como símbolo no ya provincial sino de cubanía; y Las Alturas de Simpson es el nombre del espectáculo principal del Cabaret Tropicana Matanzas, como homenaje al primigenio danzón.

La longeva María Belén Hidalgo Blanco, con más de 12 años al frente de los 21 Clubes Amigos del Danzón en la provincia de Matanzas, cree que la fuerza principal del baile nacional se encuentra hoy en la danza.

Mientras,  la presidenta del Cubadanzón, María Victoria Oliver, cree que la condición de Patrimonio Nacional “era una deuda histórica con la música matancera, pero aunque se declare aquí, lo importante es que el danzón sea de todos, un símbolo de identidad nacional y que las nuevas generaciones se apropien de él”. 

Por su parte, Caridad Rodríguez Cervantes, presidenta nacional de los Clubes Amigos del Danzón, quien se encuentra por estos días de visita en la ciudad de los puentes, alude a la poca difusión musical del género en el país y confiesa con cierta envidia que “en México sí se baila danzón todos los días”.

No obstante, reconoce los clubes cubanos de danzoneros diseminados por la geografía nacional, amantes del género, competidores  que bailan todos los fines de semana, además del trabajo de las casas de cultura y con los niños.

Sobre la vigencia del género musical, María Victoria Oliver, profesora de la Escuela Profesional de Artes de Matanzas, menciona agrupaciones que han mantenido vivo el género, como la Sonora Lira matancera, la más antigua con ese formato en el país; la orquesta Acierto Juvenil, acompañante habitual de los danzoneros yumurinos, y destaca el nacimiento en 2009 de la Orquesta Típica Miguel Faílde. 

La especialista apunta la necesaria recontextualización del Danzón, un reto fundamental  para las agrupaciones juveniles profesionales.  “No se trata del danzón del siglo XIX, ni del XX,  es el de nuestros días. Las generaciones cambian y de lo que se trata es de mantener las esencias”. Pero, igualmente, destaca la importancia de que sea precisamente un Faílde de estos tiempos quien esté revitalizando el género.

Ethiel Faílde, el joven en cuyas manos recayó la condición de Patrimonio Nacional para el Danzón, fundó y dirige la Orquesta Típica con el nombre de su tatarabuelo, acaba de estrenar su Danzón Timba, una fusión entre los dos géneros cubanísimos.

La pregunta resulta obligada para este joven: ¿Se revitaliza hoy el Danzón o es un género musical olvidado que apenas se recuerda como el Baile Nacional de Cuba? 

El músico enfatiza que con su agrupación pretende dar una visión nueva y más contemporánea del Danzón, y para ello ha abierto el camino a las nuevas generaciones que están cultivándolo.  Reconoce que “hoy son muchos los cubanos que escriben, interpretan o bailan el Danzón” y está convencido de que “el danzón es un género en evolución, como el jazz”.  Sueña con formas de bailar más contemporáneas para que los jóvenes lo sientan como suyo, con un  movimiento aglutinador donde se unan el baile, el teatro, la danza, la literatura y la música para actualizar el danzón.  “Lo más importante es creernos de verdad que es nuestro”.

Sí, Ethiel Faílde, es grande el reto, pero este género musical bien lo vale. Permitió a finales del siglo XIX que los jóvenes  bailaran por vez primera  “en un solo ladrillo” y deja su impronta en el Danzonete y el Son cubanos. En el baile…¿cuánto del Danzón tiene el Casino actual?

Entonces , ojalá no llegue a las futuras generaciones como el añejo y lejano baile nacional o aquel género que fue declarado en 2013 Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación cubana, sino vivo y renovado, para disfrute de matanceros, cubanos y todos los bailadores del mundo entero.

DECLARACIÓN DEL DANZÓN COMO PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN CUBANA