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lunes, 25 de noviembre de 2024

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Alimentación y atenciones al paciente terminal (+ video)

Un paciente se considera que sufre una enfermedad terminal cuando su esperanza de vida se calcula en seis meses o menos, al suponer que la enfermedad siga su curso normal…

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 16/06/2021
4 comentarios
Crema de calabaza y guisantes
La crema de calabaza y guisantes es una de las recetas recomendables para el tratamiento del enfermo terminal. (Tomado de Oreegano)

La expresión de enfermo terminal se popularizó en el pasado siglo XX, para indicar una enfermedad que eventualmente terminaría con la vida de una persona. El paciente o enfermo terminal es un término médico que indica que una enfermedad no puede ser curada de manera eficaz y se espera como resultado la muerte del paciente dentro de un corto período de tiempo. Este término es más comúnmente utilizado para enfermedades degenerativas tales como cáncer o enfermedades pulmonares o cardiacas avanzadas.

Su definición

Enfermo terminal es la persona que se encuentra en la etapa final de algunas enfermedades crónicas, especialmente de las cancerígenas. Esta fase comienza en el momento en que es preciso abandonar los tratamientos curativos porque no aportan beneficios a su estado de salud, para sustituirlos por otros cuyo objetivo es controlar y aliviar los síntomas, tanto físicos como psíquicos causados por la enfermedad. Pero “enfermo terminal” no debe confundirse con “enfermo o paciente agónico”, que se refiere a la fase de agonía de un paciente previo al fallecimiento.

Un paciente se considera que sufre una enfermedad terminal cuando su esperanza de vida se calcula en seis meses o menos, al suponer que la enfermedad siga su curso normal. El cálculo de los seis meses de vida es arbitrario, y las mejores estimaciones disponibles de la duración de estos enfermos pueden ser incorrectas. Por consiguiente, aunque un enfermo bien diagnosticado puede ser considerado terminal, no es un cálculo exacto de que el paciente va a morir dentro de los próximos seis meses.

Las etapas psicológicas de un enfermo terminal

Cada paciente reacciona de manera diferente ante la certeza de que sufre una enfermedad terminal. En general, casi todos los enfermos pasan por cinco etapas psicológicas hasta aceptar su dramática situación cuando se le diagnostica una enfermedad terminal. La primera es la negación como una defensa temporal para el individuo enfermo. Este sentimiento es generalmente sustituido con una susceptibilidad aumentada por las situaciones y las personas que son dejadas atrás después de su muerte. La segunda es la ira donde el individuo reconoce que la negación no puede continuar. Debido a la ira, esta persona es difícil de ser cuidada por sus sentimientos de ira y envidia y cualquier individuo que simboliza vida o energía es sujeto de su resentimiento y rencor. La tercera, la negociación, involucra la esperanza de que el individuo puede, de alguna manera, posponer o retrasar su muerte. De forma habitual, la negociación por una vida de mayor duración es realizada con un poder superior a cambio de promesas o una forma de vida reformada para bien. La cuarta es la depresión cuando se comienza a aceptar la certeza de la muerte. Debido a esto, el individuo pudiera volverse silencioso, rechazar visitas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándose. En este proceso la persona moribunda se desconecta de todo sentimiento de amor y cariño y no es recomendable intentar alegrar a nadie en esta etapa. La quinta y última es la aceptación, la etapa final, y se acompaña con la paz y la resignación de que la muerte está acercándose. Generalmente, la persona en esta etapa quiere que la dejen sola y, además, los sentimientos y el dolor físico pueden desaparecer. Esta etapa también ha sido descrita como el fin de la lucha contra la muerte.

Tratamiento del enfermo terminal

En realidad, no existe una cura específica para las enfermedades terminales. No obstante, algunos tratamientos médicos pueden ser apropiados, sobre todo con el objetivo de reducir el dolor o facilitar la respiración. En algunos pacientes con enfermedades terminales se necesita detener todos los tratamientos que les debiliten con el fin de disminuir efectos secundarios indeseables. Ciertos pacientes autorizan y continúan con un tratamiento agresivo en la esperanza de obtener un éxito inesperado. Otros rechazan el tratamiento médico convencional y buscan tratamientos no probados, tales como modificaciones radicales en la dieta u otros.

Los cuidados paliativos se ofrecen normalmente a los pacientes con enfermedades terminales, independientemente de sus consideraciones sobre la enfermedad, si parece probable que ayude a controlar los síntomas como el dolor y mejorar su calidad de vida. Los cuidados paliativos también ofrecen apoyo emocional a los pacientes y sus familiares.

El rechazo de la nutrición y la hidratación

Las personas que están al final de su vida a veces se niegan a ser alimentados y hasta hidratados. En el contexto de los cuidados paliativos, el rechazo de los alimentos y líquidos, si no contribuyen al sufrimiento de los enfermos terminales, podría contribuir a un paso algo más cómodo hacia el final de la vida del paciente.

La buena muerte

Algunas personas con una enfermedad terminal no salen de la fase de negación, pueden llegar a no aceptar nunca su situación y rechazan todo lo relativo a la muerte. Pero otros pacientes, el personal sanitario y los familiares que se encuentran en la cercanía a un enfermo en una enfermedad terminal, consideran una “buena muerte” aquella que asegura un control efectivo del dolor y otros síntomas y cuando existe un asesoramiento calificado acerca de la muerte y sus consecuencias, sobre todo en cuanto a la toma de decisiones cuando aún se está vivo y si se cumplen algún objetivo importante, como, por ejemplo, la solución armoniosa de conflictos pasados. Por otra parte, hay pacientes que encuentran gran consuelo mediante gestiones legales sobre sus finanzas antes de su muerte o a través de la planificación de su funeral.

La nutrición del paciente terminal

Saberse en la última fase de la vida no es sencillo. Ya sea por una enfermedad y por sus complicaciones o por el proceso natural de envejecimiento, cada persona se adapta a la cercanía de su muerte de una manera diferente. Aunque no haya un cálculo exacto, sí hay una manera de encontrar una mejor vía para los últimos momentos tanto para el paciente como para sus allegados en varios aspectos y la comida es uno de ellos. Una de las manifestaciones de las personas que están en edad avanzada final o en última fase de la vida es la pérdida del apetito. Todo el mundo piensa que si se deja de comer sobreviene la muerte, pero no se piensa al revés, o sea, que una persona deja de comer porque está llegando al final de su vida.

La dieta del paciente terminal

Ya sea por una enfermedad, por complicaciones o por el proceso natural de envejecimiento, cada persona se adapta a la cercanía de la muerte de una manera particular. No hay una clasificación exacta. Pero sí hay una manera de encontrar una mejor vía para la alimentación en los últimos días.

Una de las manifestaciones de las personas que están en edad avanzada o en última fase de la vida por cualquier otra razón es la pérdida del apetito.

Cuando se intenta forzar a comer es lo peor, porque cuando el cuerpo no pide comer no se puede comer. A lo mejor se pueden ofrecer pequeñas cantidades de comidas al día, pero se debe respetar al paciente y no forzar a lo que otro considere que necesita. Hay que aceptar lo que está ocurriendo. Porque los pacientes en la última fase de su vida no necesitan grandes dosis de nutrientes, pues su movilidad esta reducida y los gastos calóricos son mínimos. Cuando mejor nutrido está una persona, mejor puede afrontar la enfermedad, pero la propia enfermedad es la que lleva a esa desnutrición.

El objetivo es que las personas vivan lo mejor posible hasta el final y hay que hacerlo de la manera más agradable posible, pero nunca como un suplicio. Cuando embutimos a una persona enferma que no quiere comer más, le vamos a provocar otros síntomas como náuseas, vómitos y malestar. Los pacientes son conscientes de que sus familiares quieren lo mejor para ellos. Esos seres queridos se empeñan en hacer comidas que les gustan a ellos, sus platos favoritos. Se le pone con cuidado, en trocitos pequeños, lo que mejor sirve para su mejor digestión. Pero lo que pasa es que no pueden. Si es un plato pequeño, a lo mejor pueden realizar el esfuerzo y comer ese poquito, pero si dejan más de la mitad el enfermo siente tristeza porque saben el esfuerzo que también están pasando los familiares para llevarle esa comida. Ese componente psicológico también les influye negativamente. Los últimos días no deben dejar un sabor agrio. La etapa final de una persona puede ser un buen momento para reunir unos buenos recuerdos antes de la despedida, incluidas las últimas comidas. Es momento de unión y no sólo de cubrir las necesidades básicas de alimentación.

En esta fase de la vida hay que ser más flexibles. Lo que quiera comer, cuando quiera y no hacer de las comidas algo angustioso sino agradable; desde un punto de vista psicológico puede servir como adaptación a la futura ausencia. En ese momento empieza un proceso de duelo en los familiares porque comienzan a hacerse consciente de que se inicia el proceso de la despedida final, porque cuando una persona deja de comer ya está dando la señal de que el proceso de vencimiento total está ocurriendo. Es un momento crítico, porque nos resistimos muchas veces. Puede suceder que tanto la familia como el enfermo están en la negación, otros en la rabia, tristeza, dolor, miedo, culpa, pero hay que respetar siempre las emociones que vive el enfermo porque forman parte de un proceso de duelo. Acompañar al enfermo terminal desde el cariño, la comprensión, transmitir calma, serenidad, amor… es la mejor forma de sanar y de poder dar un acompañamiento final de una manera respetuosa. Más que pedirle que no se ponga así, porque eso hace que se contenga y no se pueda desahogar con quienes lo rodean, lo mejor es que pueda encontrar en quienes se encuentran a su lado en sus momentos finales ese apoyo y que sepan escuchar lo que necesita.

Recetas para alimentar a un enfermo terminal

Cualquier duda con las comidas es conveniente consultar al médico que atiende a su familiar en su etapa terminal. En muchas ocasiones hay que tener en cuenta otro tipo de circunstancias, como la diabetes o la hipertensión, para modificar la cantidad de sal o de grasas que se incluye en las recetas base.

Mucho cuidado con calentar demasiado los purés o con dar postres muy fríos. Normalmente aceptan mejor los purés templados y los postres a temperatura ambiente.

Poner en algunos purés por aporte proteico un par de claras de huevo hervidas para pasarlas con el resto de los alimentos. En caso de beber seguido, hacerlo despacio, concentrándose en el acto de beber y nunca inclinar la cabeza hacia atrás.

Crema de calabaza y guisantes

Ingredientes:

Para la crema de calabaza:

-300 gramos de calabaza

-1 zanahoria

-¼ de cebolla

-2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra

-1 vaso grande de agua y sal

Para la crema de chícharos verdes:

-300 gramos de chícharos verdes

-¼ de cebolla

-2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra

-1 vaso de agua grande

-Pizca de sal

Preparación:

-Poner dos recipientes y en cada uno de ellos echar el aceite y cuando estén calientes añadir la cebolla cortada. -Cuando se haya dorado, añadir en uno la calabaza y la zanahoria cortada y pelada, y en el otro, los chícharos verdes.

-Sofreír un poco, añadir la sal y el agua, y dejar en el fuego hasta que estén cocinadas las verduras.

-Pasar las verduras con una batidora y añadir un poco de agua de la cocción.

-Verter en dos jarritas de servir iguales.

Adaptación para el enfermo:

Si el enfermo no está de humor para estas presentaciones, hacer todos los ingredientes en un solo recipiente, batir la crema y dejarla ligeramente espesa. Añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra crudo cuando ya esté terminada y remover. Le añadimos un trozo de carne magra cocinada, incluso un par de lascas de jamón o pavo para cumplir las necesidades nutricionales y un puñado de arroz, que añadiremos antes de que se cocine todo. Esta crema es muy rica para la noche.

Crema de lentejas

Ingredientes:

Para la crema:

-500 gramos de lentejas

-1 cebollino fresco

-1 zanahoria

-1 tomate maduro

-1 poquito de sal.

-Para el sofrito: 8 cucharadas de aceite de la mejor calidad posible y una cucharadita de pimentón dulce

Preparación

-Poner a cocer las lentejas en una olla a presión, con abundante agua, con las verduras limpias y en crudo. Quitar la cáscara y el final al tomate y echarlo.

-Añadir un poquito de sal.

-Cuando pasen 15 minutos aproximadamente, retirar del fuego la olla.

-Reservar en un recipiente aparte un poco de caldo de la cocción, para ir rectificando el espesor.

-Pasar las lentejas y las verduras por una batidora e ir añadiendo poco a poco caldo de la cocción, hasta conseguir una crema clara.

-Rectificar de sal si es necesario.

-Poner el aceite a calentar en una sartén. Cuando esté muy caliente, retirar del fuego y echar la cucharada de pimentón dulce, y remover bien para que se fría. Al tenerlo ya sin fuego se evita que se queme, ya que es un producto delicado en la sartén.

-Servir la crema y añadir un chorrito del aceite frito con el pimentón.

Adaptación para el enfermo:

Mejora para él añadiendo un trozo de jamón a la crema antes de batirla.

Crema perfecta

Ingredientes:

-Un buen caldo cocinado que cuanto más rico sea, mejor sabrá nuestra crema

-Unas cucharadas de Maicena

-Un huevo por comensal

-Sal al gusto

-Un poco de perejil

-Unas hebras de azafrán

Preparación

-Utilizar un buen caldo, bien de carne, bien de verduras y pollo, pero es fundamental que sea casero y rico.

-Servir el caldo colado que vayamos a utilizar en una cacerola y ponerlo a hervir.

-Añadir las cucharadas de maicena que consideremos oportunas. Añadir poco a poco, y con unas varillas, ir removiendo hasta conseguir el espesor deseado.

-Para el cuidador: presentarlo con un huevo hervido y pan tostado.

Adaptación para el enfermo:

Se puede añadir una yema de huevo hervida muy machacada.

Platanito dulce

Ingredientes:

-2 platanitos maduros

-2 cucharadas de azúcar

-1 taza de agua

-Canela en rama

Preparación:

-Colocar en una sartén una taza de agua junto con las ramas de canela y poner a fuego lento hasta que despida aroma y color.

-Posteriormente, colocar los platanitos previamente pelados y dejar cocinar por un periodo de 10 a 12 minutos, luego se retiran del fuego, se dejan enfriar y se sirven a temperatura ambiente.

Recomendación:

Puede indicarse en pacientes con alteraciones en la deglución o de muy poco apetito. A la hora de servir puede usarse canela en polvo o nuez moscada para mejorar la presentación de la preparación. Importante servir a temperatura ambiente tomando en cuenta que muchos pacientes no toleran temperaturas extremas.

Postre sustancioso

Ingredientes:

-Tres yemas de huevos

-Azúcar , 100 g

-½ taza de leche hirviendo

-3 cucharadas de mantequilla

-1 taza de gelatina de hueso

-¼ de cucharadita de sal

Preparación:

-Obtener la gelatina de huesos dejando hervir los mismos durante una hora, y pasarla por un colador fino y dejarla enfriar, además, comprobar la consistencia gelatinosa.

-Batir las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla clara y espumosa, y añadir entonces, poco a poco, la leche hirviendo.

-Verter en un recipiente y poner a fuego muy bajo y sin dejar de remover con la espátula de madera para que se vayan espesando, pero sin dejar que hierva, durante 10 minutos.

-Retirar del fuego, incorporar lentamente la gelatina preparada, la mantequilla y mezclar con cuidado hasta obtener una crema homogénea.

-Verter sobre 4 moldes para budín previamente humedecidos con agua fría e introducir en refrigeración unas horas hasta el momento de servir.

-Desmoldar sobre una fuente

Recomendaciones

-Para evitar que la crema hierva durante la cocción se debe mantener la cacerola un poco separada del fuego y no dejar de remover.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.

Se han publicado 4 comentarios


Yinay
 22/6/21 16:23

No slo se van Remberto, tembien nos dicen que a donde van nos están esperando

Remberto
 20/6/21 18:56

Los enfermos terminales necesitan de todo nuestro apoyo porque ya se están despidiendo para siempre

Osmani
 17/6/21 18:40

Esta información de recetas esta muy correcta pero creó que se deben dar recetas para las personas que tienen sobre pesó

M.Sc. Dr. Quirantes
 18/6/21 17:05

Osmani, ya se ofrecieron esas recetas. Registra el índice. Saludos

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