La historia del deporte cubano está escrita en letras doradas, uno de sus primeros protagonistas es José Raúl Capablanca, quien con apenas 4 años de edad en el año 1892, daba sus primeros pasos en el deporte ciencia, cuando logró derrotar en una partida de ajedrez a su padre José María Capablanca, quien se destacaba como buen ajedrecista.
Así comenzaba una vida bañada de glorias y reconocimiento en el escenario ajedrecístico cubano, que veía desarrollar en él un talento sin precedentes. Al punto de que en el año 1900, con tan solo trece años, derrota en partida al Maestro Juan Corzo y Príncipe y ganando el título de Campeón de Cuba. Posteriormente comienza su periplo deportivo por el escenario internacional que gozó igualmente de un precoz prestigio en Europa y Estados Unidos. Así con 23 años se corona Campeón Panamericano.
Su formación académica no será dicotómica con respecto a la deportiva y aun cuando su familia no contaba con el capital económico para garantizar su formación, Ramón San Pelayo se ofreció a costear sus estudios en Estados Unidos donde llega a matricular la carrera de Ingeniería Química en la Universidad de Columbia. Allí cursó los dos primeros años, pero su pasión ajedrecística lo alejó de los estudios al dedicarle mayor tiempo al deporte ciencia.
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El año 1905 marca su madurez deportiva cuando derrota en un torneo organizado en el Manhattan Chess Club al Campeón Mundial, Emanuel Lasker. Comenzando así a enfrentar rivales de ranking mundial. Siete años después, regresa nuevamente a Cuba dónde participa en diferentes competiciones y simultáneas de ajedrez. Igualmente vaja Argentina y Uruguay, dónde sumó puntos a su palmarés. En 1914 participo en el torneo de San Petersburgo donde no logró coronarse campeón cayendo derrotado ante Emanuel Lasker.
Pero Capablanca pide la revancha para disputar el Título Mundial. A la que Lasker pone condiciones, lamentablemente es frustrada por el estallido de la Primera Guerra Mundial. No obstante en 1921 se realiza en la capital cubana el Campeonato Mundial de Ajedrez, dónde se enfrentan nuevamente y se corona Campeón Mundial, José Raul Capablanca.
Retiene el título sin defenderlo por seis años hasta que en 1927 cae ante el ruso-francés Alexander Alekhine. Este aunque dio su palabra de darle la revancha en un periodo inferior a dos años, nunca se atrevió a hacerlo. Pero esto de ninguna manera amedrentó la sed de victorias y la pasión ajedrecista del genio cubano que continúo compitiendo en numerosos torneos siempre culminando en la primera o segunda posición.
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El año 1928 es uno de los más complicados para José Raúl, a partir del deterioro de su salud, pero aun así se sobrepone y cuando parecía su fin, logra brillantemente coronarse campeón en el torneo de Moscú en 1936. En 1939 participará en su último torneo oficial las Olimpiadas de Ajedrez, desarrolladas en Buenos Aires, Argentina. Allí logra junto al equipo Cuba coronarse campeón.
La vida de José Raúl Capablanca sin dudas tuvo como centro el tablero de ajedrez y así mismo sería su final mientras observaba una partida en el Club de Ajedrez de Manhattan, dónde fue víctima de una hemorragia cerebral que le ocasionó la muerte el 8 de mayo de 1942 a los 53 años de edad.
No obstante Capablanca es recordado como el escalón más alto en el mundo del ajedrez y su figura ha sido homenajeada en diferentes naciones al punto de establecerse por la Federación Internacional de Ajedrez, el 19 de noviembre día de su nacimiento, como el día mundial del ajedrecista. De igual manera para honrar al genio cubano cada año se dan cita ajedrecistas de renombre y campeones mundiales de este deporte, en el Torneo Internacional Capablanca In Memoriam. Demostrándose así el alcance de la carrera deportiva del destacado ajedrecista de la mayor de las Antillas.
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