Ha llegado la hora de la verdad para la joven árbitro capitalina Ivett Santiago Rodríguez, pues ha sido seleccionada por la FIFA para impartir justicia en la Copa del Mundo sub 20 años, rama femenina, la cual se disputará en Costa Rica del 10 al 18 de agosto próximo. Ella ha intervenido en varios certámenes internacionales, pero es consciente que esta llamada se torna verdadero reto.
Hoy, Ivette accede a conversar con los lectores de Cubahora:
-¿Qué opinión te amerita este hecho histórico para ti y el fútbol cubano en general?
-Pienso que es un reconocimiento muy importante, porque es resultado de muchos años de trabajo. Traté de aprovechar cada torneo en los que fui nombrada en los últimos años, y gracias al desempeño que tuve se me citó para participar en dos finales sub 20 de Concacaf y otra de categoría sub 17. Entonces, se me evaluó bien y me concedieron esta oportunidad para impartir justicia en el venidero certamen mundialista.
No obstante, es válido destacar que soy la segunda árbitro cubana en recibir tamaño reconocimiento por su labor, ya que mi colega Elizabeth Cuff participó en citas mundialistas de categorías sub 20 y sub 17 años.
- Un árbitro de fútbol requiere de una preparación física bien ardua. ¿Cómo es la tuya?
- Muy compleja. Las personas piensan que el trabajo de un árbitro de fútbol es sacar tarjeta, sancionar al jugador o marcar un fuera de juego. Pero no es así. Hay que estar físicamente bien preparado para poder estar a la altura del partido que estás dirigiendo.
Yo he tenido la posibilidad de trabajar en muchos torneos nacionales masculinos. Eso significa que he tenido muchas horas de preparación para poder estar a la altura de la velocidad y la resistencia que tienen los hombres y eso me da un poco de ventaja.
-¿En qué se resume un día en tu vida?
-Cotidianamente es levantarme bien temprano para irme a entrenar. Luego desayuno y me preparo para asistir a mi centro de trabajo. Al regreso por las tardes, en muchos días de la semena debo volver a entrenar porque es fecha de doble sesión de entrenamiento, ya que debo llevar un régimen de vida bien planificado para poder responder a mi rendimiento físico.
No puedo pasarme de ninguna de estas cosas porque influiría negativamente en mi resultado deportivo. Es una vida muy difícil, sacrificada, pero luego se ve coronada por el buen resultado arbitral que hemos tenido en torneos internacionales.
-¿Prefieres partidos con hombres o con mujeres?
-Me gusta trabajar con cualquiera. Antes no había una liga estable femenina -ahora ya se está mejorando este tema- y siempre participaba en partidos con hombres. Me exigen tener más preparación física y poseer mejores fundamentos técnicos, por eso me gusta más trabajar con ellos. Pero las mujeres también son difíciles porque en sus partidos pasan muchas cosas y para eso hay que estar preparado: la manera en que juegan, cómo controlan el balón, el sistema de juego y otras cuestiones son bien diferentes a la rama masculina.
Yo aprendo de todas las categorías, desde los partidos municipales hasta los de nivel internacional. El árbitro no es solo conocer bien el reglamento. Hay que saber trabajar y cualquier partido importa.
-Apenas restan dos meses para el Mundial tuvo. ¿Aún no les han informado en que partidos intervendrían?
-Ahora viene un proceso en el cual debo pasar las pruebas físicas y médicas para que ellos (los directivos) las aprueben. Y cuando ya estemos en la sede del torneo es que comienza el proceso de nombramiento para los partidos.
-¿Qué esperas del nivel competitivo del certamen y cuánto puede presionar al árbitro determinado enfrentamiento?
-En Costa Rica estarán las mejores selecciones del mundo. En el último premundial de Concacaf yo tuve la posibilidad de trabajar la final entre México y Estados Unidos, dos selecciones muy fuertes que se pueden comparar con las europeas. Y no sentí presión alguna. Sin dudas, habrá calidad y así se comprobará que el fútbol femenino ha crecido en cuanto a preparación, a velocidad de las jugadoras y a los diseños de juego con entrenadores muy capacitados.
-Una vez más, Cuba estará ausente en este certamen mundialista. ¿En qué aspectos crees que debe mejorar el fútbol femenino de la Isla para dar un salto importante?
-El fútbol cubano requiere, primero, ser competitivo. Para esto, no solamente hay que mejorar las posibilidades de conseguir topes y fogueo internacional. Lo más importante es trabajar fuerte en la base, desde las edades tempranas, y no solo en el tema de tocar el balón y hacer jugada: hay que insistir también en la parte física y psicológica. Las muchachas se irán desarrollando en la medida en que posean mayor cantidad de partidos en una liga nacional.
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