Nick Kyrgios disputará este domingo la gran final del torneo tenístico de Wimbledon contra Novak Djokovic, pero, no es precisamente esta la noticia que acapara los principales titulares de los medios que dar cobertura al tercer Grand Slam de la temporada.
El hecho es que el jugador australiano avanzó a la primera final de Grand Slam y lo hará sin apenas pisar la hierba del All England Club de Londres. Su rival, el español Rafael Nadal, decidió no presentarse al partido semifinal a causa de las fuertes molestias físicas que arrastra durante años, intensificadas esta vez durante el choque de cuartos contra el estadounidense Taylor Fritz.
Nadal tuvo que disputar cinco peleados sets contra un rival, que ha sido de los pocos que le ha vencido esta temporada. Su victoria, conseguida el pasado mes de marzo en Indian Wells, puso fin a una racha de 20 éxitos consecutivos del español en la temporada, aunque, vale destacar, que en aquella ocasión también jugó lesionado.
En Wimbledon, la raqueta número cuatro del mundo, nuevamente aquejado de molestias, tomó revancha. Desde la grada, a mitad de partido su padre le indicaba que no continuara, pero Rafa parece haber sido tocado por los dioses. Aun así, visiblemente resentido, continuó y ganó. Para ello, tuvo que remontar un partido que llegó a estar perdiendo dos sets por uno. Ya en el tie-break, luego de un empate a seis, sentenció al norteño con un 10-4. Un choque que extendió más allá de las cuatro horas.
Eso sí, tanto esfuerzo le pasó factura, pero sabido es que Rafa nunca se rinde ni decepciona a los millones de fanáticos que ha ganado por todo el mundo.
Consciente de que tenía una fisura de siete milímetros en el abdomen, este jueves Nadal salió a entrenar. Según varias fuentes consultadas, más de una hora estuvo preparando el partido contra Kyrgios. Fue entonces cuando Nadal y su equipo de trabajo se percataron que así no era factible jugar.
Ante los medios de prensa presentes en Wimbledon, el ganador este año del Abierto de Australia y Roland Garros manifestó su imposibilidad de continuar en el certamen.
“No quiero ir ahí afuera y salir sin jugar al nivel que necesito, hay grandes posibilidades de que la cosas empeoren”, manifestó en rueda de prensa el ganador de 22 Grand Slam, quien insistió que había tomado la decisión correcta con vistas a un futuro inmediato.
“Más importante que ganar Wimbledon es mi salud”, sentenció el manacorí quien permanecerá entre dos y tres semanas fuera. Su objetivo ahora es participar en el US Open a finales de agosto, y para ello necesita hacer reposo.
Por el momento, el duelo entre dos leyendas vivas del tenis mundial, Novak Djokovic y Rafael Nadal tendrá que esperar. Sabida es la superioridad del serbio en hierva, pero a estas alturas, con el balear sano y en plena forma física, pocos se habrían vaticinado a dar a Nole como claro favorito. De seguro, mucho peso habría tomado en las votaciones las hazañas del balear en Melbourne y París este mismo año.
Ahora toca esperar. Lo cierto es que Rafael Nadal se ve imposibilitado de luchar por su tercer Grand Slam de la temporada, al tiempo que abre las puertas a Novak Djokovic para que recorte a solo uno, su desventaja en la carrera por ser el máximo ganador de Grandes.
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