La última ronda de la XL edición de la Olimpiada de ajedrez, celebrada en Estambul, estuvo llena de sorpresas. Dos equipos que nunca lideraron el certamen terminaron como campeones; mientras, las selecciones cubanas culminaron finalmente entre las 20 mejores del evento.
En el torneo Abierto, toda la atención se concentró en los tres matches decisivos, donde estaban involucrados los equipos que marchaban con la misma cantidad de puntos, 17. Armenia chocó contra Hungría y la partida más seguida fue la del número dos del mundo, Levon Aronian, quien firmó las tablas ante Peter Leko y aseguró la medalla de oro, como mejor primer tablero.
Luego, en medio de una enorme tensión, Sergei Movsesian venció a Zoltan Almasi y, de esta manera, Armenia reconquistó el título olímpico, pues antes había triunfado en las versiones de 2006 y 2008. El equipo ruso otra vez falló en su intento por subir a lo más alto del podio. Ellos llegaron a la capital turca con el mayor ELO promedio y se marcharon nuevamente con la presea de plata. En la fecha del adiós, Vladimir Kramnik y Sergey Karjakin propiciaron el triunfo sobre Alemania, tres a uno, por lo que también concluyeron con 19 unidades; sin embargo, el sistema de desempate favoreció a los armenios.
La decepción más fuerte la sufrió, sin dudas, la selección china. Durante la última parte de la Olimpiada mantuvo el liderazgo y con un triunfo frente a Ucrania hubiera garantizado el título; pero los campeones de 2010 se apoyaron en los triunfos de Vassily Ivanchuk y Pavel Eljanov para concluir en la tercera posición; mientras los asiáticos cayeron al cuarto puesto.
Los cubanos terminaron de la mejor manera la Olimpiada, porque derrotaron por 2,5-1,5 a Eslovenia y ascendieron hasta el undécimo lugar. El cierre de Leinier Domínguez fue espectacular, al obtener su tercera victoria consecutiva. La racha positiva significó un aumento de nueve puntos en su coeficiente ELO, así que Domínguez quedó ratificado como líder del ranking nacional, ahora con 2734 puntos, un nuevo récord personal.
Lamentablemente el cierre de Lázaro Bruzón fue diferente al de Leinier. El tunero inclinó su rey ante el experimentado Alexander Beliavsky (2609) y perdió el invicto; además, con el revés terminaron sus posibilidades de alcanzar una medalla en el segundo tablero. De cualquier forma, la actuación de Bruzón en Estambul fue buena e incluso agregó una unidad a su coeficiente de 2713.
El duelo contra Eslovenia lo decidió Isán Ortiz, tras derrotar en el cuarto tablero a Jure Skoberne (2552). El holguinero, uno de los debutantes en el equipo cubano, junto a Yusnel Bacallao, finalizó con cinco puntos, en siete partidas. Yuniesky Quesada igualó su último cotejo y cerró la Olimpiada con seis unidades. El villaclareño realmente no estuvo bien y esto se verá reflejado en un descenso de siete puntos en su ELO de 2626.
LAS CUBANAS CERRARON CON OTRO EMPATE
La despedida de la selección femenina cubana fue similar al desempeño que mantuvo durante todo el certamen. Ellas enfrentaron nuevamente a una selección inferior en el coeficiente ELO promedio; sin embargo, ante el tablero, no pudieron imponer su superioridad sobre Colombia y finalizaron en el lugar 19.
En la primera mesa, Lisandra Ordaz se ratificó como la mejor jugadora del equipo, pues venció a Cristina Salazar (2228) y fue la única que pudo agregar unidades a su coeficiente. El resto de las integrantes del plantel jugó muy por debajo de sus posibilidades.
Oleiny Linares, la líder del ranking nacional, entabló su partida contra María Franco (2170) y cedió 20 puntos ELO; la debutante Lisandra Llaudy también igualó ante Jenny Chirivi (2212) y perdió seis unidades. La cubana con más experiencia en Olimpiadas, la santiaguera Maritza Arribas, quedó muy lejos de sus actuaciones más notables y cayó frente a Beatriz Franco (2253), por lo que su descenso fue de 23,4 puntos. Sulennis Piña descansó en la ronda final; aunque finalizó con una pérdida de 23 unidades.
En el torneo Abierto los chinos se derrumbaron en la última jornada y, curiosamente, lo mismo sucedió con la selección femenina de ese país. Cuando faltaban dos rondas, las asiáticas dominaban sin complicaciones el certamen. La ventaja sobre las rusas parecía decisiva; sin embargo, las chinas tuvieron un desplome total al igualar sus dos matches, primero ante Kazajstán y luego contra Bulgaria. Esto lo aprovechó el equipo ruso que finalizó con dos convincentes triunfos, gracias a los cuales alcanzó 19 puntos y obtuvo un mejor desempate. Este fue el segundo título olímpico consecutivo para Rusia.
La próxima Olimpiada se realizará en Tromsø, Noruega, 2014 y cuando todavía faltan dos años para que comience el principal evento colectivo del ajedrez, los organizadores ya tienen un problema: convencer, en términos económicos, al líder del ranking mundial, el noruego Magnus Carlsen, para que defienda el primer tablero de su país.
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