Cuando las tensiones y la calidad se disparan, cuando hay que ganar porque no queda otra, cuando todos gritan a favor y todos gritan en contra, cuando la adrenalina empapa los sentidos, analistas, técnicos, los propios jugadores, no apartan las miradas, no desvían las esperanzas de los más talentosos, de los más calificados, de las estrellas.
Allí, en el firmamento donde las colocaron alguna vez, en el momento de ser únicos e impares, quieren verlas determinar la vida o la muerte. Como a gladiadores en la arena. Como cada día de la temporada, como siempre, que es como nunca.
Y en esos instantes, porque las más de las veces dura segundos, ningún argumento explica el fallo, nada justifica la derrota, todo es blanco o negro. En esos instantes, se crean leyendas o se rompen dioses.
La postemporada de la pelota, la más exigente escena del deporte cubano, conmina cada año a los esmeros de los dioses de las bolas y strikes aquí. Es una cita eterna, cada vez nueva, a cuya exigencia no tienen otro remedio que exponer sus naturalezas y talentos, con el riesgo de desinflarse ante millares de personas, con el peligro de romperse a la luz pública.
No hay muchas estrellas, ni brillan tanto, en los diamantes de Cuba. No hoy. Pero algunas lo son, al menos una hay en cada novena, en virtud de la veneración que le profesan huestes y aficionados.
Por estos días, exactamente desde el 24 de abril, ocho selecciones se jugaron la vida en la postemporada y solo cuatro sobrevivieron, aupadas todas por la calidad de algunos de sus mejores jugadores.
Cubahora quiere aprovechar este paréntesis en la postemporada, para revisar los números de aquellos estelares que no le respondieron a sus técnicos y devotos, cuando las tensiones y la calidad se dispararon, cuando había que ganar porque no quedaba otra, cuando todos gritaron a favor y todos gritaron en contra, cuando la adrenalina empapó los sentidos.
Aquí señalaremos a las estrellas que no brillaron en la postemporada y, entre más razones, causaron las eliminaciones de Cienfuegos, Sancti Spíritus, Villa Clara y Las Tunas.
La última palabra, sin embargo, la tiene usted.
CIENFUEGOS
Norberto González: Perdió un gran duelo en el inicio de cuartos de final con score de 2x1, el 24 de abril, ocasión en que lanzó los nueve capítulos con tres ponches y sin boletos. Pero en el cuarto desafío, cuando tuvo la encomienda de igualar el duelo, en su patio, fracasó con una apertura de tres entradas (9 hits y 5 limpias en contra), dejando a su equipo a la deriva. Ese golpe puso detrás 1-3 a los Elefantes, que solo dieron la cara en los dos primeros partidos. Para el zurdo resultó el quinto revés consecutivo en postemporadas y ahora tiene marca de 1-8 en play offs.
Osvaldo Arias: Varias veces nominado a la preselección absoluta e internacional con novenas menores, el receptor tiene el abrazo y respeto de su público, que lo consideró con talento y rendimiento para integrar más de una selección nacional. En la tercera postemporada consecutiva de los Elefantes, el jugador con más año en la plantilla (18) y reconocido por sus buenos números contra Industriales, tenía una (otra) oportunidad de eternizar el romance con la afición. Sin embargo, su respuesta fueron dos sencillos en 16 veces al bate, sin boletos, un ponche y tres conexiones para doble play en cuatro juegos —el DT lo envió al banco en el quinto y no lo utilizó siquiera de emergente. En la postemporada anterior conectó cuatro cuadrangulares y tres doble, e impulsó diez carreras en 11 juegos. Arias, segundo cienfueguero con más jonrones en Series Nacionales, no pudo borrar a finales de abril una temporada regular en la que tuvo slugging por debajo de .400, solo bateó 21 extrabases (12 jonrones) y apenas impulsó 47 anotaciones.
Adir Ferrán: Se le creía listo para ganar protagonismo en la ofensiva de grueso calibre, detrás de José Dariel Abreu. Pero el también receptor se hunde en la postemporada: dos sencillos en 17 veces al bate, un boleto y un ponche, y tres impulsadas, todas con fly de sacrificios.
Lázaro Rodríguez: En la definición de la Serie de Oro, el jardinero izquierdo bateó .406 (32-13), con un jonrón, cinco impulsadas, seis anotadas, tres robos de base y cuatro boletos. Un año después, el también primer bate conectó para .000 (15-0), sin extrabases, bases por bolas, ni anotaciones, con una impulsada y seis ponches. Terminó el duelo contra Industriales justo al lado de Osvaldo Arias.
*Yuniel Leyva aún no es un lanzador estelar, pero ya Cienfuegos esperaba más de él. Tampoco respondieron a las expectativas las disposiciones del DT Iday Abreu, muy querido y respetado en la Perla del Sur por los rendimientos de sus equipos
SANCTI SPÍRITUS
Yulieski Gourriel: ¿Es necesario presentar sus credenciales? El tercera base espirituano acaba de estampar las siguientes estadísticas en el play off contra Matanzas: .222 (27-6) de average, tres boletos y cinco ponches, cuatro anotadas y también cuatro impulsadas, doble y un jonrón; fildeó .967 y muchos lances en los que salvó a su equipo de una derrota peor. Con esos números, por ejemplo, Adir Ferrán no estuviera en esta lista negra, pero estamos hablando del considerado mejor pelotero de Cuba (mejor bateador es otro asunto). Aunque, para ser justos, este rendimiento es superior al del año pasado: .136 (22-3), un jonrón, seis impulsadas y dos anotadas, tres boletos y cuatro ponches, un batazo para doble play y .952 en la defensa. (Quizás el año próximo el hombre batea al menos sus promedios en los play offs, digo, si Sancti Spíritus se clasifica, que eso, como toda la Serie 53, está por ver).
Eriel Sánchez: Definitivamente, los seguidores del máscara no debieran esperar tanto de él. No, después de verlo bajar su rendimiento paulatinamente y perder puestos en el ranking de la receptoría cubana de estas fechas que, dicho sea de paso, está deprimido. No obstante su experiencia y agresividad en el home plate pudieron rendir más frutos que el paupérrimo .115 (26-3) de promedio ofensivo o el pobre .231 de slugging. Definió el primer partido con un grand slam (las únicas cuatro impulsadas en los siete juegos, pese a que encontró a 12 corredores en posiciones anotadoras), pero terminó jugando porque Sancti Spíritus no tiene profundidad en el banco.
Ángel Peña: Al segundo abridor de los Gallos le batearon incluso menos que a Ismel Jiménez (.243 por .245) y tuvo marca de 11-4 en la fase regular, con efectividad de 2.88, el décimo entre los 13 lanzadores por debajo de 3.00 carreras limpias cada nueve entradas. Pues bien, en la postemporada perdió los tres juegos que lanzó (dos aperturas y un relevo), le batearon .311 y le fabricaron siete carreras limpias —de nueve— en 11 entradas y dos tercios. El diestro permitió nueve extrabases (5 dobles, 2 triples, 2 jonrones), ponchó en cinco oportunidades, regaló cuatro boletos y lanzó para 5.40 de efectividad. Ahora, en su hoja de servicios en postemporadas aparece un record de 4-11 en 32 juegos lanzados.
VILLA CLARA
Ariel Pestano: Algunos batazos importantes con los Naranjas, y sobre todo con la selección nacional, más la opinión de muchos periodistas, han puesto la ofensiva del catcher de Villa Clara donde no está. Quizás se le pueda considerar oportuno, pero no un gran bateador y mucho menos un consistente productor de carreras en situaciones límites. En 17 pos-temporadas, antes de la que nos ocupa, bateó .248 (435-108), con 17 dobles, un triple y 13 jonrones, 65 impulsadas, 52 anotadas, 53 boletos y 81 ponches. Sí, eso: un doble por pos-temporada, menos de un jonrón como promedio en esa instancia y también menos de cuatro impulsadas como media. Y este cálculo es clemente, porque si lo analizamos por juego disputados (137) ya usted imaginará los míseros resultados. En su postemporada 18, que solo duró siete desafíos contra Granma, lean bien, el pitcheo de Granma, Pestano bateó .240 (25-6), con un doble y un jonrón, tres impulsadas, cuatro anotadas, un ponche, cuatro boletos y dos conexiones para doble play. Ni más, ni menos, que alrededor de su rendimiento de siempre en play offs. Solo que muchos esperan más, mucho más.
Aledmis Díaz: Desde su temporada de novato (2007-2008), no ha faltado a ninguna pos-temporada y, tras un crecimiento progresivo con el madero, se ha disputado el tercer puesto de la alineación con Andy Zamora y Lunar, los otros dos considerados para esa responsabilidad por los tres directores de Villa Clara en los últimos años. En la Serie 51 estuvo incluso al frente de los bateadores, pero cayó poco a poco, aunque le alcanzaron las fuerzas para terminar en .315 (12 dobles-2 triples-12 jonrones). El play off contra Granma alargó su descenso, pues conectó para .179 (28-5, contados un cuadrangular y un doble), una impulsada, cuatro anotadas, tres ponches y una vez bateó para dos outs. Ramón Moré, el DT naranja, lo subió al tercer turno en el quinto partido, a pesar de su evidente bajo tono ofensivo, y el campocorto bateó de 13-1 en la recta final del duelo.
Ramón Lunar: Casi nadie conoce que Lunar bateó .320 de promedio en sus primeras tres Series Nacionales, por la sencilla razón de que fueron los jonrones en la postemporada de la Serie 48, los que lo convirtieron en héroe e ídolo en Villa Clara, y también en esperanza para engrosar la calidad del outfield de la pelota cubana. Entonces, conectó cuatro cuadrangulares, de ellos tres contra lanzadores de calidad, Yulieski González, Norge Luis Vera y el muy recordado contra Vladimir García, para definir el duelo versus Ciego de Ávila. En esta postemporada, a la que su equipo entró con cartel de favorito por enésima vez, no conectó un solo extrabase en 27 veces al bate. Bateó siete hits, se robó dos bases, impulsó una carrera y anotó dos, se ponchó tres veces y negoció par de boletos. Su pobre ofensiva obligó a bajarlo del tercer turno ofensivo y fue una de las razones por las que Villa Clara deberá esperar otra temporada para finiquitar su sequía de títulos.
*Pude incluir al menos a cuatro de los lanzadores del considerado mejor staff del campeonato, y al mismísimo director, cuyas decisiones resultaron bastante desacertadas, pero ninguno de ellos son tan mimados por el público y los especialistas
LAS TUNAS
Joan Carlos Pedroso: Es cierto que no encontró muchos corredores en circulación y bateó dos cuadrangulares e impulsó cuatro carreras. Pero el primera base y cuarto madero apenas promedió .217 en los siete juegos de Las Tunas, con dos conexiones para doble play y tres ponches. Sus slugging (.478) y OPS (.835) fueron los mejores del equipo, y superiores a los de los anteriores ocho juegos de postemporada que había disputado en su carrera. Sin embargo, quedaron debajo del promedio en la fase regular. Para procurarles más chances de anotación a los Leñadores, y tratar de atenuar las dificultades creadas por la lesión de Danel Castro, Pedroso debió repartir más palos y no lo hizo.
Alexander Guerrero: Ofensiva. Eso es lo que se lee a continuación de la línea que empieza con el nombre del campocorto tunero. Porque ha faltado ofensiva en los últimos equipos Cuba, es que se le menciona una y otra vez como aspirante a vestir la casa nacional. Mas, si dependiera de su actuación contra Ciego de Ávila a partir del 24 de abril, Guerrero, que dio 21 jonrones en la etapa de clasificación, estaría fuera de la próxima preselección. Las Tunas bateó nueve extrabases en siete juegos de pelota y cuatro fueron del short stop (tres dobles-un jonrón), que no obstante quedó en deuda con el madero porque comenzó en los dos primeros partidos combinados, de 8-3, con doble, jonrón y cinco impulsadas; y en los otros cinco restantes se fue de 17-3, con dos biangulares y par de impulsadas. Un asterisco en su rendimiento es que no cometió error en 29 lances.
Yosvani Alarcón: El .320 de promedio ofensivo histórico por seis Series Nacionales, más los .314 (21 dobles-3 triples-15 jonrones) en los 92 partidos que disputó en la Serie 51, me inclinaron por terminar la lista negra con el receptor tunero, en lugar de Jorge Jhonson, el de más alto promedio de por vida dentro de la plantilla, pero sin el perfil del más joven conocido de los Alarcón Tardío. Yosvani bateó .182 (22-4), se tomó cuatro ponches y en par de ocasiones falló en jugada de dos outs. Se robó una base y lo capturaron en otro intento. Impulsó una carrera y anotó otra. A la defensa no cometió errores y capturó a dos de los tres que intentaron robar bases. Su actitud en el play off siempre fue gallarda, pero su madero no respondió. Ni el del, ni el de la mayoría de los que aparecen en esta lista —e incluso otros que están en semifinal. Y eso que muchos se han empeñado en decir últimamente, que los play offs son juegos de pelota como otros cualquiera.
alex_gm
10/5/12 12:11
esta claro que esos jugadores no hicieron lo que estan acostumbrados a hacer en la serie regular pero es la realidad , los play off son otra cosa .
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