El escepticismo parece ser la nota prevaleciente en torno a la realización, el cercano 22 de enero, de la proyectada conferencia Ginebra Dos sobre la paz en Siria.
Surgido el proyecto de las recientes negociaciones en que se decidió la eliminación de los arsenales químicos sirios, que tuvieron su gran impulso a partir de la eficacia diplomática rusa y la flexibilidad de Damasco, la idea se basa en el trabajo conjunto de las partes contendientes para establecer un clima de seguridad y confianza internas, que ponga fin a los combates y promueva los cambios políticos que disuelvan las sangrientas tensiones.
Se trataría de actuar en consonancia con la lógica de todo proceso de diálogo, es decir, la búsqueda de consenso entre partes con diferentes criterios y puntos de vista, a partir del mutuo reconocimiento y respeto. Sin embargo, la historia del inconcluso proceso es otra.
Y se trata de que la llamada “oposición siria”, tanto la política como la armada, aún en medio de una coyuntura que no les resulta nada positiva, se empeñan en convertir a Ginebra Dos en la mesa donde todo se limite a otorgarles plenos poderes nacionales, obviando la presencia del gobierno y sus representantes, a los que se da por invalidados en el presente y el futuro de la nación.
Una suerte de “monólogo” entre los “cortadores de la torta”, y por tanto aspirantes al mayor trozo posible, sin la incomodidad de la presencia de una administración que no solo no ha perdido apoyo popular, sino que además, en el plano bélico, va derrotando paso a paso a la titulada insurgencia pagada desde el exterior.
Por su parte, las autoridades oficiales sirias, que desde el primer momento abogan por un diálogo sin condicionantes con relación a sus a sus interlocutores, indicaron que "dan la más total bienvenida a la reunión Ginebra Dos, y reiteraron que asistirán con una delegación oficial que seguirá la instrucciones del presidente Bashar al Asad y las demandas del pueblo sirio para acabar con el terrorismo".
En consecuencia, añade la nota oficial de Damasco, "aquellos que dicen que Al Asad no tendrá ningún lugar en el periodo transitorio, deben recordar que la época de la colonización ha pasado y que deben despertar y olvidar sus sueños.”
La repuesta de la titulada Coalición Nacional Siria, la llamada oposición política, no pudo ser más decepcionante y fuera de lugar, al reiterar que, en concordancia con su criterio muy particular, “la conferencia ha sido convocada para instrumentar la transición en el poder”, y por tanto “ni Al Asad ni sus colaboradores tendrán un papel en el periodo transitorio ni en el futuro de Siria".
Mientras, entre las facciones armadas que pretenden repartirse el país en zonas de influencia a la usanza de lo ocurrido en Afganistán, Iraq y Libia, la diáspora sigue generando proyectos “alternativos” destinados a la pretendida “nueva Siria”
Así, el recién surgido Frente Islámico, que agrupa a las bandas Movimiento de los Libres del Sham, la Brigada de los Halcones del Sham, la Brigada Al Tauhid, la Brigada al Haq, los Seguidores del Sham, el Ejército del Islam y el Frente Kurdo, abogó recientemente por "hacer caer de forma total al régimen de Bashar al Asad para construir un Estado islámico, con soberanía solo en la ley de Alá, como referente, gobernante y guía".
En consecuencia, esa entidad, que no incluye a los yihadistas de Al Qaeda, del Estado Islámico de Iraq y del Levante, y del Frente al Nusra, decidió no involucrarse en ningún proceso político que no reconozca que "legislar es un derecho solo de Alá".
De hecho, precisaba una agencia internacional de noticias, “hay que tener en cuenta que hay cuatro tipos de oposición armada en Siria, a saber el Ejército Libre Sirio, las facciones islamistas, los grupos armados árabes vinculados a Al Qaeda ,y los kurdos, y ninguno de ellos se quiere sentar con Bashar al Asad".
De manera que, asediado por semejante contexto de controvertidas voluntades y ambiciones, el logro de una solución negociada al drama sirio suena todavía a quimera, sin olvidar que detrás del proscenio siguen actuando las poderosas fuerzas externas que intentan convertir a Oriente Medio y a Asia Central en pivotes para su hegemonismo global, y para las cuales una Siria laica, nacionalista y solidaria no resulta aceptable.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.