El presidente venezolano Nicolás Maduro recibió en el Palacio de Miraflores a alcaldes y gobernadores de la oposición que aceptaron su convocatoria, en lo que se considera un hito histórico en la política nacional, pues abrió la posibilidad de un diálogo franco en el que las partes expusieron criterios, diferencias y respeto por sus contrapartes.
Hace apenas 10 días, el oficialismo tuvo un éxito arrollador cuando ganó junto a sus aliados 255 de las 357 alcaldías en juego, en medio de una guerra económica de la derecha contra la Revolución Bolivariana, la que pasó a la ofensiva con medidas radicales para normalizar los precios, abastecer el mercado e iniciar el retorno de la economía a la normalidad.
El pasado lunes, cuando terminó una reunión con los alcaldes y los mil concejales electos por el voto popular, Maduro convocó a los dirigentes municipales opositores con tres condiciones: que aceptaran la Constitución Nacional, que lo reconocieran como presidente legítimo del país, y que trabajaran por el cumplimiento del Plan de la Patria.
El Plan de la Patria es el programa escrito de puño y letra por el finado líder bolivariano Hugo Chávez, con directrices que deben cumplirse en el período 2013-2019 y que constituye el programa de gobierno dirigido por el Mandatario electo en abril de este año.
Con las notas del himno nacional en el Salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores, comenzó la reunión que duró cuatro horas y en la que Maduro afirmó que (…) los respeto a cada uno de ustedes en su posición política”, criterio que fue aceptado con un aplauso del auditorio opositor.
Tras evaluar de muy importante el encuentro, el Dignatario dijo que la paz está por encima de cualquier diferencia política. “La paz, señaló, como base de la convivencia y coexistencia de posiciones diversas que siempre van a existir”.
En tono conciliador, refirió: "Creo que el objetivo de la reunión no es convencernos mutuamente de si ustedes van a ser chavistas o no van a ser chavistas o cualquier postura de carácter ideológico. La reunión es para sellar una voluntad de paz. La paz por encima de todo, la paz, como base de la convivencia y coexistencia de posiciones diversas”.
En la intervención con que abrió el debate, Maduro solicitó a los alcaldes y gobernadores opositores “hacer un proyecto en común con el gobierno nacional (…)”. (…) “Cada quien con su morral, cada quien desde su posición y hagamos un ejercicio, un proyecto por la paz”.
Varios puntos de la agenda económica nacional estuvieron en la cita del gobierno y los sectores opositores. Teniendo en cuenta la experiencia de la guerra económica, ya en retroceso, el jefe del gobierno instó a encontrar un punto de equilibrio para aplicar una política de precios justos y ganancias moderadas.
Siete fueron los temas fundamentales en que el Presidente pidió trabajar en conjunto: Hacer de Venezuela un país productivo, Gran Misión Vivienda Venezuela y Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, seguridad integral, los distintos servicios de salud, agua potable, las comunas y los servicios públicos en general.
Luego comenzó el debate sobre los asuntos que los opositores trajeron a Miraflores, en las que no faltaron críticas a algunas medidas adoptadas por el Gobierno, sin que quedara establecido compromiso alguno por el Mandatario para cambiarlas sin un estudio profundo antes de adoptar cualquier medida.
En la contraparte, el Alcalde Metropolitano de la capital, Antonio Ledezma, uno de los más críticos de Maduro, expresó en nombre de “las 700 mil personas que votaron por mí” que acatará la Constitución “bajo todas las circunstancias posibles”, entre otras consideraciones.
“Estamos aquí, refirió, porque queremos caminar dentro de la Constitución Nacional, vamos a trabajar para resolver los problemas de cada uno de los venezolanos a través del diálogo y la paz”, refirió Ledezma para asombro de quienes lo conocen como un fanático antichavista.
Reclamos de la actualización en los presupuestos de gobernaciones y municipios, y una mayor autonomía del gobierno nacional estuvieron entre las coincidencias de los invitados al Palacio de Miraflores.
En opinión de los discordantes, ellos precisan una revisión de los fondos para enfrentar los problemas de la población, entre ellos distintas situaciones comunales.
En ese punto habló el gobernador de Lara, Henri Falcón, quien mostró su desacuerdo con la creación por el Ejecutivo Nacional de entidades subordinadas a las autoridades centrales. Sin embargo, Falcón no mencionó que en Lara se creó Corpolara, debido a la situación de desvíos allí comprobados y la necesidad de crear un mecanismo de control gubernamental.
Varios dirigentes solicitaron a Maduro, al igual que hizo Falcón, que se les devuelva competencias y atribuciones y elimine organismos establecidos en paralelo a los órganos municipales y regionales, decisión tomada en casos de corrupción y mala administración.
Falcón –quien fue jefe de campaña del líder opositor Henrique Capriles en las presidenciales de este año- también tuvo palabras conciliadoras al plantear que “se trata de que el diálogo que estamos planteando hoy al país sea sincero, pero no debe tomarse como sinónimo de debilidad”.
Carlos Ocariz, electo por el municipio de Sucre, en el estado de Miranda, cuyo gobernador Capriles estuvo ausente, aunque dijo mostrarse favorable al intercambio, mostró su inconformidad con lo que calificó de regalo de petróleo venezolano a otras naciones.
Venezuela de ningún modo acude al despilfarro del principal recurso natural de la nación, utilizado por las autoridades como elemento esencial para el desarrollo, le respondió Maduro de manera enfática.
Eveling Trejo de Rosales, alcaldesa del municipio Maracaibo del estado Zulia felicitó al Mandatario “por este conversatorio con los alcaldes y gobernadores de oposición”.
El alcalde de Infante del estado Guárico, Pedro Loreto, expresó su disposición “de avanzar juntos en planes en función de nuestros municipios (…) El éxito de los municipios es el éxito de su gobierno también, ciudadano Presidente”.
Alfredo Ramos, alcalde de Iribarren en el estado Lara, señaló que “hay que saber dialogar para llegar a acuerdos y de eso se trata esta reunión, sin doblegarse”, al tiempo que hizo un llamado al Gobierno Nacional para trabajar en conjunto en beneficio de la población.
Más allá de las diferencias políticas e ideológicas, el gesto de buena voluntad del presidente Maduro logró sentar en la mesa de diálogo a aquellos que desde sus posiciones pueden hacer la diferencia: o mantienen su palabra del trabajo unido con el Gobierno nacional, o continúan en sus irracionales posiciones contra el pueblo venezolano que el pasado día 8 marcó con su voto que quiere que siga la Revolución Socialista del Comandante Chávez.
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