Formulario de bestialidad

La bestialidad y la irracionalidad marcan la actual ofensiva hegemonista gringa contra Venezuela, a la vez que indican claramente lo que pueden esperar los pueblos de América Latina y el Caribe de un gobierno cuyo presidente acaba de declarar su capricho de convertirse en el “líder del Mundo Libre” que hará desaparecer el socialismo en nuestro Hemisferio.

El arsenal agresivo, apoyado en una campaña de distorsión informativa extrema ejecutada por el vasto aparato mediático derechista del Imperio, combina los más soeces componentes, desde la sanciones unilaterales hasta el robo y usurpación de bienes materiales y capitales venezolanos en el exterior.

Suma además el desaforado impulso a la figura de un “presidente encargado” designado y manejado por Washington como presunta alternativa legal al gobierno de Nicolás Maduro; el show sobre la remisión “de ayuda humanitaria” que se intentó pasar a viva fuerza por diversos puntos fronterizos, la desafiante resiembra de Juan Guaidó como punta de lanza en Venezuela luego de escabullirse ilegalmente a Colombia y pasearse junto a mandatarios sudamericanos afines  a la agresión gringa, e incluso -a no dudarlo conociendo el tenebroso historial Made in USA- la posibilidad de sacarlo de juego de forma drástica para luego culpar al chavismo de su eliminación física.

Y la más reciente jugarreta ha apuntado a dejar a la nación bolivariana sin fluido eléctrico mediante un sonado sabotaje para incriminar al gobierno chavista de inepto, en una deshumanizada operación cuya autoría fue torpemente proyectada por adelantado en su cuenta deTwitter por el senador Marco Rubio, devenido parte de la crápula que manipula la política externa de la administración gringa, y señalado por algunos medios como un “desbordado y florido” devoto de Guiadó.

En fin, todo un programa destructivo que por ejemplo, en este, nuestro Archipiélago, nos remonta al prolongado cerco económico y financiero imperial, las tropelías, el aislamiento, las agresiones armadas, los sabotajes y hasta la formación de un “gobierno en el exilio” recluido en Miami en abril de l961 a la espera que los mercenarios remitidos por Bahía de Cochinos establecieran una cabeza de playa donde convertirse en la “alternativa ejecutiva” a la Revolución triunfante apenas tres años antes.

Y citamos solo un ejemplo aunque ciertamente -no olvidarlo nunca- la historia de la región y del resto del orbe tiene mucho que mostrar acerca de la vesania y el menosprecio de la primera potencia capitalista, incluidos no pocos de sus aliados de la vieja y altanera Europa.

Todo ello indica entonces que  en Venezuela se decide hoy en gran medida la continuidad de los esfuerzos latinoamericanos y caribeños por proyectarse hacia el futuro como pueblos libres, prósperos y solidarios, o el retroceder drásticamente al rol de naciones sometidas, vilipendiadas, y expoliadas que son el meollo de los planes “neo monronistas” de la Casa Blanca.

Por último, y como una nota de la chispa política de quienes estamos “condenados” a vivir del lado sur del Muro de Trump, vale el reportaje que sobre la “validación” que la novedosa figura Made in USA de “presidente encargado” ha comenzado a  surgir en nuestras tierras.

Según televisoras del área, ya al menos en Colombia. Brasil, Ecuador y Perú, ciudadanos en desacuerdo con las realidades locales se han autoproclamado como “líderes ejecutivos alternativos” y, por cierto, en nada concordantes con los propósitos de Guaidó.

Los “presidentes encargados”, investidos algunos de ellos en actos públicos, se mostraron altamente críticos con la realidad neoliberal, la exclusión social, la intolerancia y la corrupción oficial en sus respetivos patios, en tanto que el de Colombia abogó por sacar del país a las numerosas bases militares gringas admitidas por los gobiernos de derecha en territorio nacional.