Es real, existe una magia especial que envuelve a la ciudad de Trinidad. Antes la conocía por publicaciones y hasta por anécdotas de personas allegadas que si han presenciado a todo color a la urbe trinitaria; pero cuando se tiene la oportunidad de visitarla, rápidamente se percibe el encantamiento y ese aire de unos cinco siglos de historia que distingue a la urbe espirituana.
Con ciertos matices de modernidad, la villa detenida en el tiempo te invita a apreciarla y caminarla; y es como si fuera en sí misma una máquina del tiempo y te trasladara al pasado en un abrir y cerrar de ojos.
La ciudad de Trinidad, fundada en 1514 por el conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar, es una joya del patrimonio colonial cubano. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, conserva el encanto de sus casas de colores, sus calles empedradas y sus plazas llenas de vida. También, en 2019, fue declarada como Ciudad Creativa del Mundo en Artesanía y Artes Populares, reconociendo su labor en la preservación y el fomento de las tradiciones artesanales y artísticas de sus habitantes
Además, Trinidad es famosa por la canchánchara y por su ambiente musical y festivo, que se puede vivir en sus numerosos bares, cafés y casas de la música, donde se puede bailar y escuchar salsa, son, trova y otros ritmos cubanos. Su ambientación natural recuerda escenas de obras literarias clásicas y románticas.
Trinidad es, sin duda, una ciudad que enamora a quien la visita, y que este mes de enero celebra con orgullo sus 510 años de fundación.
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