Nuevas investigaciones avivan esperanzas contra el cáncer

El cáncer ha sido reconocido como la epidemia silenciosa del siglo XXI. En el mundo, más de siete millones de enfermos fallecen cada año por su causa, una cifra que supera las muertes por sida, malaria y tuberculosis. Según los especialistas, es probable que, en 2030, el cáncer  ocasione la muerte a cerca de 11,4 millones de personas.

Las cifras son preocupantes; aunque cada día crecen las esperanzas de pacientes, familiares, médicos e investigadores, ante la posibilidad de que la ciencia encuentre alguna cura para este mal, que constituye la segunda causa de muerte en Cuba.

Por estos días, una noticia impactó las secciones de ciencia y técnica de los principales diarios internacionales: científicos japoneses anunciaron la creación en el laboratorio de células con capacidad para atacar al cáncer y al VIH.

El doctor Hiroshi Kawamoto y su equipo de la Universidad de Tokio, junto con investigadores del Centro Riken de Investigación de Alergia e Inmunología, utilizaron los avances en la tecnología de desarrollo de células madre para crear células T citotóxicas, un tipo de células del sistema inmune que se produce de forma natural en el organismo, pero en pequeños números.

Se trata de células de glóbulos blancos, o linfocitos, capaces de reconocer marcadores que indican la presencia de cáncer y lanzar un ataque del sistema inmune.

"Este es un avance potencialmente muy estimulante que extiende nuestra capacidad de desarrollar nuevas terapias celulares", dijo al referirse al estudio el profesor Alan Clarke, director del Instituto Europeo de Investigación de Células Madre de Cáncer en la Universidad de Cardiff, Gales.

Por otro lado, el profesor John Burn, del Instituto de Medicina Genética de la Universidad de Newcastle, Inglaterra, acotó: "Este es un concepto muy interesante y el equipo de investigación debe ser felicitado por haber demostrado la viabilidad de expandir estas células T".

El procedimiento de la investigación consistió primeramente en la extracción de células T que habían atacado un cáncer de piel en un paciente, así como un virus de VIH. Posteriormente, esas células T fueron convertidas en células madre, es decir, células con la propiedad de incrementar drásticamente sus niveles cuando se cultivan en el laboratorio. Y estas fueron convertidas nuevamente en células T, las cuales deberían tener la capacidad de combatir el cáncer o el VIH.

Los científicos nipones consideraron que, al inyectar al paciente con grandes cantidades de estas células, sería posible recargar la potencia del sistema inmune.

Sin embargo, los desafíos aún son enormes. Todavía constituye una incógnita si será posible inyectar estas células en pacientes,  o si podrán realmente combatir las enfermedades una vez que entren en el cuerpo. Otra de las grandes preocupaciones exige demostrar que estas células T pueden matar selectivamente las células tumorales y no otras células en el organismo.

Otro de los posibles problemas radicaría en el reto de lograr producir grandes cantidades con seguridad y de forma económicamente asequible, así como lograr hacerlas a la medida de cada paciente y evitar posibles riesgos.

Aunque la organización Cancer Research UK afirma que todavía es muy pronto para determinar si la terapia será segura, el hallazgo de los científicos japoneses parece prometedor y sienta bases para futuras investigaciones.