La era ‘nano’ a la puerta

Cual piedra filosofal, auguran unos, los descubrimientos nanotecnológicos curarán enfermedades como el cáncer, rectificarán defectos genéticos y contribuirán a la generación de componentes antivirales o antibacteriales que garantizarán la calidad y prolongación de la vida.

Otros, en cambio, visualizan su amenaza, en tanto se corre el riesgo de que las grandes corporaciones las monopolicen o creen armamentos nanotecnológicos que hagan peligrar la vida en el planeta.

En cualquier caso, como afirma el doctor Ernesto Estévez, director del Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales (IMRE), de la Universidad de La Habana, “la era ‘nano’ ha llegado y nadie discute su impacto.

Cuba no estará ajena a ésta y ya encuentra en las nanotecnologías oportunidades y contingencias que debe abordar desde una visión integral que le permita trazar estrategias y definir pautas para el presente real y el futuro previsible.”

NANOTECNOLOGÍAS EN CUBA

Una de las bases esenciales de la nanotecnología en Cuba ha sido el desarrollo de la física y la química de los materiales, especialmente los proyectos vinculados con los materiales nanoestructurados, cuyos antecedentes se ubican en la década de los años 60 del siglo XX, cuando surgieron los primeros grupos de investigación en esta disciplina.

Gracias al potencial humano formado por la Revolución y a la colaboración internacional, en estos momentos puede reconocerse una década de investigaciones nano en Cuba, cuyos resultados en la materia en ese tiempo la ubican entre los diez primeros países de América Latina

A pesar de las limitaciones económicas, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) ha realizado importantes esfuerzos por impulsar las nanotecnologías. Hoy exhiben interesantes trabajos el Instituto Superior de Tecnología y Ciencias Aplicadas (INSTEC), el Instituto de Cibernética, Matemática y Física (ICIMAF) y el Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear (CEADEN).

Solamente la Universidad de La Habana desarrolla más de una docena de proyectos nanotecnológicos, fundamentalmente enfocados hacia las aplicaciones biomédicas, la agricultura y la energía.

A ello se le suman los más recientes trabajos de la comunidad biotecnológica y la creación del Centro de Estudios Avanzados de Cuba (CEAC), dedicado a la investigación en nanotecnologías desde la producción de materiales hasta las aplicaciones esenciales.

La fabricación de sensores basados en transistores orgánicos, utilizando polímeros semiconductores, es uno de los ejemplos que ilustran el aporte de las nanotecnologías al desarrollo del país y a la comunidad científica internacional.

En opinión del ingeniero automático, Eduardo Martín Rodríguez, miembro del Centro de Investigaciones en microelectrónica (CIME), del Instituto Superior Politécnico" José Antonio Echeverría",  “existe una demanda significativa de dispositivos analíticos pequeños, portables y baratos, que puedan ser usados en un rango amplio de aplicaciones, como por ejemplo monitoreo de alimentos, detección de agentes químicos o biológicos, monitoreo ambiental, diagnóstico médico, defensa militar ante invasión bacteriológica y otras. Sensores basados en nuevos materiales frutos de los avances en las nanociencias proveen una oportunidad única en este sentido.”

Martín Rodríguez recalca la importancia del uso de sensores con estas características en Cuba. “Podemos imaginar que enfermedades como el cáncer de piel o la diabetes puedan ser detectadas por el propio paciente utilizando los sensores apropiados. También tendría un gran impacto social el hecho de que alimentos como carnes, verduras o embutidos cuenten con sensores que monitoreen en tiempo real su sanidad, contribuyendo así a la preservación de la salud humana.”

DILEMA ÉTICO

A juicio del experto Estévez, Cuba está en condiciones de progresar rápido hacia la incorporación de las nanotecnologías en los principales desarrollos científico-técnicos del país. Pero debe hacerlo dentro de la perspectiva de la convergencia de las ciencias, sin subestimar ni obviar otras dimensiones y áreas del conocimiento.

Las nanociencias y las nanotecnologías tendrán un impacto positivo en la vida socioeconómica cubana, con importantes beneficios para todos los ciudadanos, y por eso mismo es de vital importancia la práctica de la ética profesional y de los conceptos definidos para el empleo de esta nueva tecnología.

Ya en el segundo seminario internacional de Nanotecnologías, celebrado en La Habana en 2008, se dedicó una comisión a la Ética en las nanotecnologías, demostrando así el interés de Cuba en el cumplimiento de las normas y requerimientos nacionales e internacionales para la introducción de dicha tecnología en plena armonía con el medio ambiente y en línea con el desarrollo sostenible.

CUBA: SEDE DE SEMINARIOS INTERNACIONALES

Los seminarios internacionales de Nanociencias y Nanotecnologías se celebran bienalmente en La Habana desde 2006.

El presidente del Comité Organizador, Fidel Castro Díaz-Balart, explica que están concebidos como espacio académico y forum de intercambio de saberes y experiencias, necesarios para el debate científico sobre las características y principales tendencias de estas temáticas en el mundo contemporáneo. Además, para informar e inspirar a los jóvenes talentos, que favorecerán el desarrollo social.

En la segunda edición, en 2008, como nota relevante se anunció la creación del Centro de Estudios Avanzados para las Nanociencias y la Nanotecnología. Y en la clausura de la tercera, en 2010, el propio Castro Díaz-Balart aseguró que Cuba se uniría, hacia los años 2015-2020, a las naciones líderes en ese campo en la región.

El IV Seminario Internacional de Nanociencias y Nanotecnologías, que sesionó desde el 17 al 21 de septiembre en La Habana, puso énfasis en temas como la creación de vacunas bionanotecnológicas; además de cuestiones ambientales, energéticas y de seguridad, y en la percepción pública vinculada a su desarrollo.