sábado, 21 de septiembre de 2024

Machetero de “setesienta” arrobas

A partir de las zafras azucareras de los años 70 del siglo XX, los macheteros eran galardonados por ser decimillonarios...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 30/03/2018
2 comentarios
Cortadores de caña
Las zafras azucareras demandaban tanta fuerza de trabajo que todos los hogares cubanos se relacionaban con esa faena directa o indirectamente. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Hay palabras como arrobas y caballerías que se afincaron mucho más en el vocabulario de los cubanos en los años 70 del siglo pasado porque eran las unidades de medidas para referirse a la cantidad de caña a cortar y el tamaño de un cañaveral.

Era fácil encontrar por doquier personas de uno u otro sexo y de cualquier edad capaces de tener sentido de las magnitudes cuando en los debates callejeros unos argumentaban a favor de que podría cumplirse el plan de producción de azúcar y otros, que no.

Se consideraba que era una caña buena, es decir, de alto rendimiento agrícola, si en una caballería se cosechaban más de 100 mil arrobas. Y así las discusiones tomaban en cuenta si el corte era o no en mayo o junio, porque en esos meses la cantidad de azúcar contenida en la planta era mucho menor que en la temporada óptima.

Al comenzar esa década, la Mayor de las Antillas tenía unos 8 millones 700 mil habitantes, y era difícil o mejor dicho: prácticamente imposible, encontrar a alguien que no estuviera de alguna forma influido por la zafra, cuya ejecución fue denominada con lenguaje bélico: contienda o campaña, por ser comparables con un combate.

Sin contar los trabajadores industriales, del transporte y las maquinarias dedicadas a la cosecha, cultivo, preparación de tierra y otros aseguramientos para la producción azucarera, en el país había más de 350 mil personas dedicadas al corte manual de la caña en forma de voluntarios permanentes, habituales o campesinos.

Si para “picar caña” (como más se decía en ese tiempo) se movilizó cerca del 4 por ciento de la cantidad de habitantes de Cuba y sumamos al resto encargado de otras faenas, sin haber vivido esos momentos, podremos llegar a la conclusión de que todos teníamos que ver con la zafra.

La actual provincia de Ciego de Ávila tiene más de 150 mil habitantes, y la cifra de macheteros de la Zafra de los Diez Millones era de 350 mil, es decir, más del doble del total de avileños.

Por cierto, ese territorio pertenecía a la provincia de Camagüey y era una de sus regiones que, a su vez, de componían de municipios que en esa década eran altos aportadores de fuerza de corte por tener a Jatibonico con el central Uruguay que demandaba altos volúmenes de materia prima.

Aun cuando los agramontinos traspasaron a los jatiboniquenses hacia la región de Sancti Spíritus entonces perteneciente a la provincia de Las Villas, los avileños tuvieron que continuar movilizándose hacia esos cañaverales porque el ingenio fue recibiendo inversiones hasta convertirse en un coloso, como empezaron a llamar a las industrias gigantes.

Era la CTC la encargada del grueso de las movilizaciones de macheteros voluntarios permanentes o eventuales, y aplicaba un sistema para evaluar a los más productivos. Las mejores brigadas eran millonarias, bimillonarias, trimillonarias, cuatrimillonarias, pentamillonarias… y los cortadores se galardonaban por ser decimillonarios o bidecimillonarios.

Los colectivos recibían estímulos que podían ser: efectos electrodomésticos, autos y motos por arribar a cada millón de arrobas de caña cortada, mientras los macheteros también eran premiados por acumular 100 mil arrobas, cifra que los convertía en decimillonarios o bidecimillonarios (200 mil arrobas).

Una arroba son 25 libras, y si una caña pesa entre 4 y 5 libras más o menos, había que cortar una abultada cantidad de plantones para totalizar lo necesario para merecer los premios.

La prensa de la época llenaba mucho espacio con narraciones de las proezas productivas de los macheteros, y avisaron que un grupo de los más sobresalientes de la provincia de Las Villas estaban en una competencia en San Fernando de Camarones, Cienfuegos, por lo cual varios periodistas acudimos a entrevistarlos.

Por más que preguntamos, ninguno logró hallar a los colosos de la mocha (o el machete), cuando desde un grupo que estaba acostado a la escasa sombra del cañaveral gritaron: Oigan, periodistas, ustedes buscan a los que cortan mucho, pero la caña la cortamos todos y todos somos la mayoría de los que no cortamos mucho.

Que nos decían la verdad lo comprendimos después, pero en el momento lo interpretamos como una burla, hasta que alguien llamó: Los decimillonarios no sé dónde están, pero sí he visto a los de 700, lo cual entendimos como que promediaban diariamente 700 arrobas, algo cercano a ser de vanguardia.

Al llegar frente al grupo, nos aclaran: nosotros somos los de 700, pero no arrobas, sino de los que se-te-sienta aquí o se-te-sienta allá o se-te-sienta en cualquier parte porque esto cansa.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 2 comentarios


elviejochucho2
 3/4/18 12:59

Quedan 20!20!20!

bye bye!

Capitan Chucho Paniagua

CUCO
 30/3/18 21:28

Amigo chang  saludos , por suerte  o por desgracia no me toco cortar caña jamas , y en mi epoca  ya  habian arribado a los surcos las  las KTP  1   y  KTP 2  pero si conoci mucha gente que lo hizo , recuerdo un comp de estudios que  en una guapachanga  sabatina le  desbarato el Lada 1600  que le habian asignado por estimulo   al padre por machetero millonario  hacia menos de un año ,  por alla por la zona del mariel, cabañas y bahia honda , y por poco el padre le corta la poca  cabeza  del genio que cogio el hombre   ,  En la caña si me  toco sembrar , y sembre bastante caña recuerdo una vez que estando de vacaciones  en l Epoca en que estudiaba en la academia naval cai en la trampa de decirle que si a una rubia misteriosa que me dijo que queria habalrme y no a gritos  precisamente sobre un tema muy impotante , pues muy esperanzado por los ojos azules y la sandunga de  de aquella flaca , me mande a sembrar caña en un campo que esta  exactaenen la curva que esta ala salida del BAtey de lo0s paraguitas  buscando pa santa Clara y si la rubia tenia algo que decirme pero salacion   no era lo que yo queria sinio que conmigo cumplia el quorum a que se habia comprometido en su comite de base de la juventud de no me acuerdo cul empresa . jaja cai como un bobo , pero bueno no paso nada al final la rubia si me habalo aunque no delo que yo queria . La caña y las movilizaciones  no eran muy eficientes pero al menos eran divertidas  pero al menos  4 piringorolos en la gozadera sembraban 7o 8 surcos y cuando los piringolos eran 70 u 80 bueno se podia aspirar a sembrar un par de caballerias .  ya hay si valia la pena .

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