Verano más fresco en Camagüey (+Fotos)

Camagüey no es una ciudad costera; es acaso la más alejada del litoral en Cuba. Sin embargo, en sus casi 500 años de historia nunca ha podido resistir la atracción del mar.

Una visita a la playa es, por tanto, deseo de los camagüeyanos cada verano, aunque para satisfacerlo tienen que trasladarse más de 100 kilómetros, hasta Santa Lucía, en el norte. A los que no pueden llegar tan lejos, les queda como opción alguna de las piscinas de la ciudad.

En Santa Lucía las ofertas gastronómicas son variadas, estables y asequibles para el ciudadano promedio, según playeros encuestados.

Al llegar, el visitante encuentra una playa limpia. Entre los éxitos de este verano hay que inscribir la limpieza de las áreas de baño, aunque todavía se puede y debe hacer mucho más, como instalar cestos de basura más cerca de la arena y aumentar la exigencia por el cumplimiento de la ley en defensa del medio ambiente costero.

No faltan actividades culturales, música y opciones deportivas como el fútbol de playa. Los activistas del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, y los promotores culturales en Santa Lucía, hacen de su responsabilidad una diversión. “Pueden faltar las pelotas y otros recursos pero ellos siempre inventan y las cosas salen bien”, dijo un vacacionista.

SOLES Y SOMBRAS

A Santa Lucía se va a refrescar del calor y a tomar el sol, pero hay que cuidarse de este. El exceso de radiaciones solares es tan dañino que los médicos lo identifican como una de las principales condicionantes para la aparición de enfermedades dermatológicas, incluso cáncer.

La protección más socorrida es debajo de algún árbol o rústica construcción hecha de vegetación o con sábanas y lonas traídas desde casa. Pero existen leyes forestales que prohíben ese uso de la vegetación de las zonas costeras.

Las construcciones provisionales armadas por los bañistas y las utilizadas por vendedores de alimentos y otros productos, si bien resuelven un problema, causan otro: entorpecen el camino entre la arena y los viales principales, lo que puede determinar mucho en caso de algún accidente en el agua.

SALVAVIDAS ANÓNIMOS

Joaquín Agüero Febles, jefe de la brigada de paramédicos y salvavidas de la playa, comentó que una norma básica para la seguridad en áreas de baño es “localizar al salvavidas en caso de emergencias”.

“En toda la playa somos 52 salvavidas. Los puntos de observación hemos tenido que fabricarlos con recursos y gestiones propias”, explicó.

“En Camagüey —opinó— debe crearse un Departamento de Seguridad Acuática, subordinado a la Dirección Provincial de Salud y dirigido por profesionales que conozcan nuestro trabajo. Con esto tendríamos una atención más directa y podríamos gestionar mejor nuestras inconformidades, además de garantizar un funcionamiento más eficiente de la brigada”.

Hasta el momento de la entrevista no se habían reportado muertes por ahogamiento u otros accidentes fatales.

GASTRONOMÍA: COBERTURA A MEDIAS

Contrario al panorama gastronómico celebrado por los vacacionistas en Santa Lucía, la piscina Josué País, en la céntrica Avenida de los Mártires, padece un desamparo total.

Luis Díaz Cantero, responsable de ese centro recreativo desde hace casi una década, comentó que este año la oferta gastronómica estatal allí ha sido nula: “Otras veces venían los administradores de algunos establecimientos de por aquí y nos poníamos de acuerdo, de manera que siempre había algo para los niños… pero ahora, nada”.

El precio de la entrada es un peso los adultos y cincuenta centavos los menores, lo que hace la piscina asequible para muchas familias de los barrios aledaños.

A diferencia de la oferta gastronómica, las actividades recreativas no han faltado. “Tenemos profesores de polo acuático que durante las mañanas hacen juegos de participación con los niños”, agregó Luis.

Leocadio Costilla Vidal, administrador del Círculo Social Ferroviario, donde se encuentra la popular y espaciosa piscina del Ferro, dijo que en horario de almuerzo recesan, no por falta de personal o infraestructura, sino de opciones gastronómicas que pudieran garantizarle al público un verano más placentero.

Un cuadro diferente se aprecia en la piscina del Centro Cultural Recreativo Casino. Las ofertas a los bañistas allí están garantizadas. Con más de 60 años de explotación, esta piscina recibió el verano de 2012 con una reparación que le ha permitido abrir, sin muchos contratiempos, para el disfrute de cerca de 150 visitantes cada día.

Tomás Pérez García, subdirector de recreación, piensa que el éxito logrado se debe en parte al propio público, que contribuye a la mejoría con sus opiniones y sugerencias, recogidas en encuestas. Así se ponen al tanto de preferencias musicales y gastronómicas del público, entre otras.

El horario de baño es de nueve de la mañana a tres de la tarde, de martes a domingo, y se reserva con un día de antelación. “El lunes es día de mantenimiento, pero a veces hacemos actividades para los niños con discapacidad en coordinación con el centro de equinoterapia”, explicó el subdirector.

Además del refrescón en la piscina, los visitantes pueden alquilar pelotas y tumbonas en moneda nacional, y disfrutar de juegos de participación.