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domingo, 24 de noviembre de 2024

Un bonsái en La Habana (+Fotos)

El arte de cultivar árboles en miniatura reúne por estos días a practicantes y admiradores en la capital cubana...

Carol Muñoz Nieves en Exclusivo 21/07/2012
6 comentarios
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Paisaje con bambú. Por Eduardo J. Albert.

El arte de cultivar árboles en miniatura reúne por estos días a practicantes y admiradores en La Habana, durante el Primer Festival Nacional del Bonsái, en el Jardín Botánico Nacional

La exposición y competencia incluye además ikebanas -arreglos florales japoneses-, y suisekis –piedras naturales que, con sus formas y colores, recuerdan un paisaje de la naturaleza-, y tendrá lugar hasta el 29 de julio próximo.

Más de 80 bonsáis, creados por aficionados de toda la Isla, y sendas treintenas de ikebanas y suisekis, constituyen el núcleo del acontecimiento, complementado con algunas conferencias dedicadas a la milenaria historia de la manifestación, y varios talleres para aprender las técnicas esenciales de cultivo. 

Resalta la cantidad de personas, fundamentalmente jóvenes, que se han inscrito en los talleres, comentaron Blanca Sorribes, comunicadora institucional del recinto expositivo, y Manuel Paniagua, profesor del Grupo Arte Vivo de Bonsáis -entidades coordinadoras del evento.

Sorribes enfatizó que la muestra es atípica en relación con las formas de la naturaleza que generalmente se aprecian en el Jardín Botánico, un espacio que tiene más de 200 mil especies de árboles al aire libre, mas no experimenta el cultivo de bonsáis; de ahí la relevancia del suceso entre las actividades del centro para el verano.

LA ISLA Y EL ORIENTE

Que bonsái sea una palabra japonesa, aunque el origen de la manifestación se identifica en China, asociado a los monjes taoístas, sugiere que la asiduidad de la práctica y su extensión por el resto del mundo se debe al país del sol poniente. 

La Asociación Japonesa del Bonsái, seguida por quienes ahora exponen en el Festival cubano, establece hasta ciento treinta centímetros la altura permisible para un árbol de este tipo, y determina 31 estilos de bonsáis. 

Entre los exhibidos en el Jardín Botánico, predominan las higueras (ficus) y las yanas de costa. En menor medida, también se aprecian cerezos, limoncillos chinos, crassulas africanas, álamos, robles de costa, júcaros y un tamarindo; modelados en una amplia diversidad de estilos: sombrilla, escoba, enraizado en roca, azotado por el viento, erecto formal o informal, tronco nudoso, multitronco.  

A juicio del también expositor Manuel Paniagua, esta es una muestra representativa del cultivo de bonsáis que se realiza en la Isla; quehacer que, comparado con el resto del mundo, tiene una calidad media. “Tenemos ciertas debilidades en cuanto a los instrumentos y a las técnicas utilizadas. Para elevar ese nivel, es preciso aumentar los espacios de intercambio con los realizadores de otras culturas del mundo, fundamentalmente de Asia y Europa.

“Nuestras fortalezas están en el aumento significativo de las personas interesadas en desarrollar este arte ancestral en Cuba, y en el creciente número de admiradores que acuden a las exposiciones”.

LOS APASIONADOS

La creación de estos árboles miniaturizados no distingue entre géneros, edades o profesiones: en el país lo hacen estudiantes y trabajadores de cualquier rama de la ciencia, y con diversos niveles educacionales, así como desvinculados y jubilados, detalló Manuel Paniagua, médico de profesión.

Existen grupos desarrolladores de bonsáis en varias provincias, fundamentalmente en La Habana, Ciego de Ávila, Holguín, Mayabeque, Santiago de Cuba y Matanzas. En la capital se ofrecen cursos para aprender su cultivo en el Museo de Artes Decorativas, en el Museo Biblioteca Servando Cabrera Moreno, y en la Sociedad Cultural José Martí.

¿Por qué esta afición? Para el doctor Paniagua, es una actividad que contribuye a la tranquilidad emocional, al equilibrio con el medio; en torno a la cual es posible generar espacios de encuentro con familiares y amigos, “para vean lo que haces, para que lo hagan contigo.” 

Otra razón, tal vez pensada y no dicha por el doctor, podría ser que, para quienquiera que gusta de los árboles, para ese que habita un apartamento en el corazón de una moderna urbe -toda cemento y asfalto-, crear un pedazo de naturaleza es una forma de avivar su espiritualidad.


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Carol Muñoz Nieves

Licenciada en Periodismo desde 2010. Aborda temas relacionados con la juventud cubana.

Se han publicado 6 comentarios


Maria
 17/3/14 10:44

Quisiera saber si se imparten cursos o talleres de bonsái en Santiago de Cuba

Jose
 1/8/12 12:12

¿Por medio del bonsai también se logra cebolla, ajo, frijoles? Oye, sería tremenda sugerencia para los que se pasan la vida viendo qué hacer con la agricultura.

Laura
 1/8/12 12:09

Ok, gracias, Carol. REalmente es poca la venta cuando a muchos nos gustan las plantas pero vivimos en apartamentos o lugares pequeños. También sugiero que se promuevan talleres, espacios por la Web etc, para el aprendizaje del cuidado de ese arte milenario.

Carol (autora)
 30/7/12 18:23

Estimada Laura: Contactamos al profesor Manuel Paniagua para responder su inquietud, y él nos explicó que "existe en la Habana Vieja, específicamente en calle Muralla una tienda que comercializa bonsáis, pero según me cuentan aun no tiene variados bonsáis." Saludos, Carol.

yohann
 30/7/12 13:25

Muy completo su artículo, es uno de los mas completos que he leído en la prensa digital nacional. Gracias por promover este arte milenaria Yohann Pérez del Grupo de Bonsais Arte Vivo

Laura
 21/7/12 12:07

¿Fuera de este evento dónde se pueden adquirir bonsais en Cuba?

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