Perros, ¡siempre listos! (+Fotos)

Coca, Lía, Baro y Dina despiertan cada mañana como deportistas de alto rendimiento. Piensan que es un juego pero lo cierto es que deben correr, saltar y sortear obstáculos en el terreno como parte de la actividad física que les garantiza un buen desempeño y al mismo tiempo, deben mantener “al kilo” su memoria olfativa y asociativa para poder discriminar los olores de drogas y explosivos que transgresores de la ley pretendan introducir al país por vía aérea, marítima o postal.

Ellos son unos dulces Springers spaniel que junto a sus conductores caninos Ángel, Yanet, Manuel y Javier, respectivamente, integran cuatro de las más de treinta unidades cinófilas (hombre y perro) que trabajan en el enfrentamiento contra las actividades terroristas y el narcotráfico en la Técnica Canina del Aeropuerto Internacional José Martí. Juntos garantizan que las leyes aduanales sean respetadas y que quienes pretendan burlarlas no pasen desapercibidos.

Desde que el 8 de julio de 1982 quedó fundada la Técnica Canina en la Aduana General de la República (AGR), con la tenencia de solo 33 perros entrenados en las especialidades de detección de explosivos y drogas, se estaba consciente de la eficacia de esta técnica no intrusiva, afirma Ángel Ávila Arancibia, jefe de la Técnica Canina de la AGR desde hace trece años.

Las razas de Cockers spaniels y Springers spaniels, explica Ávila, son las más empleadas en el trabajo con la droga, debido a sus características temperamentales y los Labradores retrievers, por otro lado, son los más idóneos para la detección de explosivos, pues en esta especialidad se necesitan más medidas de seguridad y precaución y resulta factible un can como ellos, calmados y seguros.

“No obstante, entre las más de cien unidades cinófilas que tenemos en todo el país -que aún resultan insuficientes- la especialidad asignada a cada perro depende, más que de su raza, de sus dotes caracteriales, de las que se percatan los instructores y los conductores caninos durante el entrenamiento.

“Desde que son pequeños y se les realiza el test de prueba, ya se va conociendo su nivel de motivación y límites de obediencia. En la primera etapa de socialización, el juego es determinante, sobre todo, en la búsqueda de un objeto, de un juguete con el que identificarán su recompensa siempre que hagan algo bien. Más tarde, corresponde a la etapa de adiestramiento general y luego, al especializado, concretamente relacionado con la actividad que realizarán”, explicó Ávila.

Hace treinta años, al comienzo, rememora el especialista, la Técnica Canina recibió apoyo y colaboración de Alemania, Francia, Inglaterra y otros países y desde entonces, la nuestra se ha mantenido en constante evolución, en el perfeccionamiento de los métodos de entrenamiento y de capacitación de quienes trabajan con los perros.

“El empleo operativo de los canes es un medio eficaz para el enfrentamiento a estas actividades y en realidad depende en un 75 por ciento del hombre y el resto del can, porque aunque este debe tener aptitudes y con ellas se trabaja, es el hombre el que debe conocer sus capacidades y habilidades para desplegar sus acciones en almacenes, contenedores, aeronaves, buques y embarcaciones menores, áreas de carga y equipaje y en las de bultos postales”.

TRIUNFO SOBRE EL INGENIO

Han sido muchas las vías “ingeniosas” utilizadas por quienes quieren introducir al país drogas o explosivos con fines lucrativos o para ejecutar acciones terroristas. Por tal motivo, equipos tecnológicos muy avanzados se encuentran en las entidades aduanales para garantizar la vigilancia permanente de ese tipo de hechos.

Claro está, insiste Alejandro Morán, jefe de la Técnica Canina en el Aeropuerto Internacional José Martí, ni siquiera los “aparatos” garantizan ciento por ciento el éxito del enfrentamiento.

“Quienes manipulan los equipos deben estar mucho más preparados porque si confían en el medio técnico, pueden escaparse algunas cosas y, en ese sentido, la Técnica Canina es la mejor. Un can bien entrenado, como los nuestros, nunca se equivoca, lo que sí puede suceder con la mejor de las técnicas.

“Encontrar droga en pomos de crema, en fosforeras y hasta en artículos religiosos, por ejemplo, no solo depende del equipo…Para eso también están los perros como Lía, Coca y los demás, que en esa unidad suman más de treinta, para “marcar” el equipaje o el pasajero y ahí sí que no hay dudas. Los perros siempre están listos”, enfatizó Morán.

La constante preparación para estar a tono con el panorama de las violaciones a nivel mundial es vital, agrega quien fuera técnico canino antes de ocupar el cargo administrativo. Por ello, el reciclaje de las unidades cinófilas, que no es más que la recalificación anual tanto del conductor canino como del perro garantiza que ambos estén preparados de acuerdo con las exigencias operativas. Depende del amor que se profese a esta profesión y la entrega diaria a ella.