La preocupación por el bienestar animal ha experimentado un cambio notable. Ya no se trata de un tema menor, sino de una prioridad que crece gracias a una mayor comprensión de la sensibilidad de los animales, el respeto por la vida y la necesidad de un trato digno hacia todos los seres vivos.
Si bien se ha avanzado, el camino en dirección a la protección animal es aún largo y complejo. Se necesita un esfuerzo mayor, con la participación de más voluntarios, para aliviar el sufrimiento de los perros, gatos y otros animales que enfrentan abandono, descuido y, lo que es peor, maltrato.
La creciente preocupación por el tema ha dado lugar a movimientos sociales que buscan garantizar su bienestar y protección. Son algunas las organizaciones no gubernamentales, casi siempre surgidas a partir de la idea de jóvenes activistas, interesados por cambiar las realidades de muchos animales sin hogar y expuestos al maltrato.
En diálogo con Alina Rodríguez, miembro de la organización no gubernamental, PASOS, la idea de este proyecto social surge a partir de la necesidad de tener espacios para la atención de los animales en Cuba.
Alina cuenta que el primer caso que recibieron fue el de un perrito llamado Pasitos, el cual inhumanamente fue utilizado para entrenar perros de pelea. De ahí, proviene el nombre de la organización y el principio de un proyecto que intenta cambiar y sensibilizar a la sociedad cubana.
Son muchas las carencias que enfrentan este tipo de organizaciones. En el marco legal, continúa habiendo espacios sin rellenar que imposibilitan el trabajo de los activistas de protección animal.
En conformidad con las leyes, cabe destacar la existencia de El Decreto Ley 31 «De Bienestar Animal» y su Reglamento, el Decreto 38, publicados en la Gaceta Oficial de la República en su edición Extraordinaria No. 25, el 10 de abril de 2021.
La legalidad reconoce que, las implementaciones de estas disposiciones radican en garantizar el bienestar animal y contribuir a concientizar a la población en su cuidado y respeto.
El decreto regula «los principios, deberes, reglas y fines respecto al cuidado, la salud y la utilización de los animales, para garantizar su bienestar, con enfoque a una Salud». Por bienestar se entiende: «el adecuado estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere»; mientras que el significado de Una Salud es: «que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten».
Dicha ley representa una deuda pendiente con la sociedad a raíz de la escasez de leyes/disposiciones que protegieran a los animales. Sin embargo, ello no constituye un avance significativo cuando aún no existe reconocimiento legal a los grupos de activismo.
En el propio decreto solo se reconoce la labor de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (ANIPLANT) dejando fuera a otras organizaciones que de igual forma desempeñan una labor crucial.
Alina diserta que en lo que respecta a PASOS, no cuentan con estadísticas que contabilicen el número de animales rescatados, pero espera que un futuro se pueda tener un monitoreo de la situación.
Para garantizar el bienestar de los animales adoptados, mantienen un seguimiento cercano con los dueños. Esto implica comunicación regular a través de WhatsApp y visitas presenciales cuando sea posible. Los adoptantes deben informar de cualquier cambio significativo en la vida del animal, como una mudanza, viaje al extranjero o, lamentablemente, su fallecimiento. La venta o regalo del animal está prohibido y, si surge alguna dificultad para mantenerlo, el grupo se compromete a buscarle un nuevo hogar.
Cuenta además que, debido al no reconocimiento legal y las permisibles sanciones que se aplican para quienes incurren la ley, presentan dificultades, ya que se limita la posibilidad de colaboración y de recibir donaciones que sustenten la continuidad de su labor.
PASOS, rescata, se encarga de la rehabilitación y cuidado del animal y le ofrece la oportunidad de tener un hogar. Todo esto se traduce en recursos que la mayoría de las veces son auspiciados por los propios voluntarios de la organización.
Sin duda alguna, una prueba del compromiso con la labor animalista del país y un modelo a seguir a nivel comunitario. Puesto que a través de su trabajo han podido sumar muchos más voluntarios a la causa.
El trabajo incansable de PASOS es un ejemplo palpable de compromiso social y una llamada a la acción. Nos invita a reflexionar sobre nuestro papel en la protección de los animales y a convertir la sensibilidad hacia ellos en un valor fundamental, no una moda pasajera.
Aunque PASOS y otras organizaciones enfrentan desafíos, es alentador ver cómo la educación está sembrando las semillas de un cambio positivo en la sociedad. Cada vez más personas son conscientes de los derechos de los animales y están dispuestas a actuar en favor de su bienestar.
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