Celebrar contando a los cubanos

Inmersa en los toques finales al Censo de Población y Viviendas, la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) celebró este jueves el Día del Trabajador Estadístico con la cancelación de un sello, a la que asistió el vicepresidente Marino Murillo.

El Director Nacional del Censo, Juan Carlos Alfonso, explicó que cuando apenas restan nueve días para iniciar el conteo, continúa en todo el país la capacitación de unos 76 mil enumeradores y supervisores, escogidos entre estudiantes y profesores de las enseñanzas técnico-profesional y superior.

“Ellos son los encargados de recoger la información a partir de las primeras horas del próximo sábado 15, de ahí la importancia de esa preparación”, precisó Alfonso, quien también dirigió la anterior investigación hace diez años.

La recogida de los datos acerca de viviendas y personas, que es por declaración y no requiere presentar documentos, se realizará durante diez días, hasta el 24, pero tomando como referencia a las 12 de la noche del 14.

Ese instante, conocido como Momento censal, es muy importante, porque toda la información solicitada estará referida a ese lapso de tiempo. Así, las personas que no existían o no residían en el país ese día y a esa hora, no deben ser censadas.

Por ejemplo, un niño nacido el 15 de septiembre a las tres de la madrugada, no será censado, mientras que una persona fallecida a esa misma hora y día, debe ser contabilizada.

Para Alfonso, quien además dirige el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE), entidad adscrita a la ONEI, el trabajo de enumeradores y supervisores, junto a la elaboración del registro censal y el procesamiento, son las etapas más complejas de este Censo, el número 18 que se realiza en el historia nacional y el cuarto del período revolucionario.

Entre los días 10 y 13, los jóvenes enumeradores y supervisores recorrerán las áreas censales que les corresponden, para familiarizarse con esos territorios antes de iniciar la recogida de la información.

Al día siguiente, el 14, recibirán los medios que los identifican, que incluyen pullover, gorra, credencial, bolsos y cuestionarios, y el sábado 15 comenzará la investigación, que sin dudas es trascendental para la toma de decisiones que tendrán un impacto sobre el futuro de la nación.

“Hay un grupo de Lineamientos que se vinculan directamente con lo captado durante el Censo que es una herramienta para actualizar informaciones que pueden ayudar a evaluar la marcha de la implementación de los Lineamientos”, aseveró Alfonso.

Explicó que el Censo va desde el nivel nacional hasta el más bajo de la división político-administrativa del país, es decir permite saber la situación de una localidad o asentamiento poblacional en cualquier lugar.

No por gusto, los censos son considerados como La investigación de las investigaciones, y en el caso cubano permite tener una idea exacta del país a nivel de nación, provincia, municipio, Consejo Popular y asentamiento.

En Cuba hay más de 7 mil asentamientos poblacionales, que van desde ciudades como La Habana, con dos millones de habitantes, hasta localidades con apenas 15 o 20 pobladores.

También se captará la información referida a quienes que viven aislados, por lo regular en zonas rurales montañosas, un grupo que en el anterior censo llegó hasta 800 mil personas.

Los Censos son muy armonizados internacionalmente, con preguntas muy similares a partir de las recomendaciones de la División de Estadísticas de Naciones Unidas, pero cada uno lo adapta a su realidad.

Cuba tiene un sólido sistema estadístico montado sobre la organización social del país, por lo que en el Censo no necesitó incluir preguntas acerca de algunos temas sobre los que se hicieron recientes investigaciones por el CEPDE, como la “Encuesta de Fecundidad 2009-2010” y “Un estudio nacional sobre envejecimiento 2010-2011”.

A diferencia de otros países, Cuba, por ejemplo, en este conteo pregunta sobre la llamada Migración pendular, que no es más que el lugar donde se vive y el sitio donde se trabaja.

La complejidad de esta investigación en ciernes, que es una tarea de toda la sociedad, no permite a la ONEI dormirse en las celebraciones y, lejos de eso, continúa sus esfuerzos para contar a todos los cubanos.