Barbeparque, diversión con pelos cortos (+Carteles)

Un viejo sueño del barbero Gilberto Valladares Reina, conocido en Cuba como Papito, comienza a materializarse. Justo en la parcela ubicada en La Loma del Ángel, en la Avenida de las Misiones, frente al Museo de la Revolución, en la capital cubana, cobrará vida en los próximos meses un singular parque de diversiones que incluye una barbería infantil.

Con el novedoso Proyecto Barbeparque, Vivian Caballero Carrasco, Patricia García Arias, Susana Guerra Guerra, Ivet Ortega Alonso, Yamara Arcia Serrano y Sissy Alcántara Guerra, un grupo de diseñadoras, recién egresadas del Instituto Superior de Diseño, obtuvieron uno de los premios Ondi de diseño en la categoría de estudiantes.

Ivet Ortega, está al tanto de los desvelos de Papito para dignificar el oficio del barbero en Cuba. Por eso no dudó en poner sus saberes al servicio del Barbeparque.

“Conozco a Papito hace muchos años, desde que era chiquita, porque mi papá siempre trabajó con él en La Maison (Casa de Modas), de ahí tenemos el vínculo. Se quedó desde ese entonces como mi peluquero.”

Papito, quien desde 1999 lidera el proyecto Artecorte en el barrio habanero del Ángel, ha ayudado a la comunidad aledaña con la fundación de una Escuela de barbería y peluquería, el Museo, la Galería de Arte Villa Celeste, el comedor comunitario, una clínica veterinaria, y el boulevard de los barberos.

Hace 8 años solicitó la autorización de la Oficina del Historiador de la Habana para erigir un Barbeparque.

“Con un pintor amigo, concibieron la idea de construir allí un parque temático más atrayente. Llega a mi con el proyecto, una serie de pinturas, y le dije: 'Hay que llevarlo de la pintura a objeto industrial'. Trabajé con tres amigas de diseño industrial”, comenta Ivet.

“Luego insertamos a una diseñadora de vestuario para hacer un proyecto temático que fuera lo más completo posible. Otra diseñadora se encargó de lo relacionado con la identidad, imagen, caricaturas y la parte gráfica del parque.

“Teníamos que trabajar con los aparatos que existían en el parque, respetar los cimientos de los mismos y las condicionantes arquitectónicas del lugar.

“Era como decía Papito: que surgiera la magia de los aparatos viejos. A partir de los estudios ergonómicos, modificamos funcionalmente algunos aparatos e insertamos el concepto de reflejar en ellos los instrumentos de barbería y peluquería, que quedarían además como monumentos.

“Como el espacio convivía con muchos sitios históricos, pretendíamos enseñarles a los niños un poco de historia. El caracol lo convertimos en un secador, el cachumbambé alude a las tijeras, hay una navaja gigante, el resto hacen alusión a peinados y cortes.

“El espacio funciona como un todo por la organicidad de los juegos de barbería. Además, el niño ve el trabajo en la peluquería. En el perímetro del parque se incluyeron oquedades con peinados históricos y sus fechas, donde el niño pone la cara y se puede tirar fotos.

“Es una relación bastante lúdica, juguetona, entre el niños y los peinados para que vayan conociendo la historia de la barbería de una forma sencilla.

“El parque está concebido para las edades de 3 a 11 años. En la peluquería existirán dos tipologías de mobiliarios: asientos para niños entre 9 y 11 años, otro para pequeños entre 3 y 6 años.”

¿Qué expectativas tienes con este proyecto?

“Estamos muy contentos por el impacto social que va a tener y por su emplazamiento en un lugar tan importante de la ciudad. Por ejemplo, el secador de pelo tendrá 4 metros de altura por lo que será muy visible desde las avenidas principales.

“Sabemos que existen muy pocas peluquerías infantiles. Esperamos rescatar un espacio donde los niños se puedan ir a pelar y que no sea una tortura para ellos, sino más bien una diversión. Por eso el eslogan que se manejó fue: Barbeparque, diversión con pelos cortos.

“Apoyamos el proyecto de Papito que nos parece muy impresionante por el rescate de los valores que ha manejado. Deseamos que para el día del barbero cubano, el 27 de diciembre, sea la inauguración del Barbeparque, pues ya está entrando en la fase de proyecto ejecutivo, para lograr implementarlo entre agosto y octubre de 2013.”

¿Cómo recibiste la noticia del Premio Ondi de diseño por este proyecto?

“Fue algo muy especial para todas nosotras. Hacía muchos años no se trabajaba la integración del diseño desde el punto de vista de las especialidades y sobre todo en la categoría de estudiantes.

“Para el jurado fue muy importante esa integración, donde las especialidades conviven al unísono y se logró un resultado tan bueno.”

¿Cuáles son tus preferencias dentro del diseño industrial?

“Lo que más me gusta es el mobiliario y el diseño de interiores. Lo veo más abarcador porque dentro del diseño industrial existen cuatro perfiles: productos, interiores, mobiliarios y maquinarias. Todas las especialidades me interesan y no me molestaría trabajar en una empresa de proyectos.”

¿Qué retos tienen hoy los diseñadores industriales?

“En Cuba existe mucho desconocimiento sobre el tema del diseño y sobre la labor de los diseñadores industriales. Todo el mundo cree que nos dedicamos a confeccionar tuercas y tornillos.

“Eso pasa por la invasión del kistch en el mercado y en el gusto de los cubanos. Para lograr una verdadera sustitución de importaciones, es muy importante llegar al público con los productos de los diseñadores industriales cubanos.

“La carencia de cultura visual y de diseño se ve reflejada en las escenografías de la televisión cubana, cuando en el Instituto Superior de Diseños los estudiantes tienen tan buenas ideas y soluciones ingeniosas que pueden renovar la visualidad en Cuba y no son nada costosas.”