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lunes, 25 de noviembre de 2024

Noboa asume un Ecuador muy complejo

El joven presidente inició un gobierno de 16 meses con la mirada puesta en las elecciones de 2025...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 25/11/2023
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Ecuador
Aunque el triunfo de Daniel Noboa es considerado un trampolín para las presidenciales del 2025, el joven gobernante tendrá que revertir en parte el destrozo interno causado por Lasso y el neoliberalismo en Ecuador (Cero Latitud)

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien tendrá una estancia de 18 meses en el Palacio de Carondelet, asume el cargo en medio de una crisis económica y otras situaciones alarmantes, por lo que deberá realizar un gobierno convincente ante su propósito de ganar las elecciones de 2025.

 

El nuevo mandatario, de 35 años, hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, -quien pretendió ser presidente en cinco ocasiones y en todas fracasó- hizo un discurso corto, mesurado el pasado jueves, y se autopresentó: “No soy un anti-nada, soy un pro Ecuador”, tras afirmar que no se sitúa ni en la derecha ni en la izquierda política, aunque antes se situaba en el centro-izquierda.

 

Noboa, formado en Administración de Negocios por la Universidad de Nueva York, gobernará en circunstancias muy difíciles por el corto tiempo que posee para desplegar programas concretos y obtener resultados en una mínima gobernabilidad pues, además, tiene que hacerlo contando con la fuerte presencia del movimiento Revolución Ciudadana –liderado por el exmandatario Rafael Correa- en la Asamblea Nacional.

 

Es pesada la herencia heredada de Lasso. Ecuador vive una escalada de violencia sin precedentes, agudizada en los dos últimos años

debido a la mala gobernanza anterior. Una de las primeras medidas del recién estrenado jefe de gobierno fue mantener el estado de excepción ya vigente para tratar de controlar las bandas de narcotraficantes y delincuentes comunes.

 

En 2022 y en 2023 los ecuatorianos vivieron numerosos motines carcelarios por disputas entre miembros de bandas del narcotráfico que luchan entre sí por el manejo de las drogas en el país. Los centros penitenciarios se han convertido en oficinas de los jefes mafiosos, que desde allí dirigen el narcotráfico.

 

Analistas coinciden en que la situación de inseguridad pública marcará la agenda del nuevo presidente, al igual que lo hizo durante la campaña electoral –en la que resultó asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio, sin que hasta ahora se conozca quien ordenó matarlo-.

 

Al asumir, Noboa puso el punto en la i cuando declaró que la miseria y la violencia son un enemigo común. “Para combatir la violencia, afirmó, hay que atacar la desocupación”. 

 

Datos oficiales indican que el 27 % de los 17 000 000 de ecuatorianos vive hoy en la pobreza y el 10,8 % está en la pobreza extrema. Eso significa que casi 6 000 000 de personas subsisten con menos de tres dólares al día, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

El pasado año, la nación suramericana registró 4 603 asesinatos, con una tasa de homicidios de 25,9 por cada 100 000 habitantes, la cuarta tasa más alta de América Latina. Se espera que este año alcance un 40 %.

 

La violencia, que tiene su génesis en elementos estructurales relacionados con la infiltración del narcotráfico en instituciones, varía entre las provincias con zonas portuarias –como Guayaquil- y las terrestres.

 

Pero hay otras circunstancias extremas a las que deberá enfrentarse Noboa, cuya juventud no implica que la política nacional perciba una bocanada de aire fresco, pues la crisis ecuatoriana es estructural y no depende de un buen maquillaje.

 

En su discurso de asunción, el millonario empresario que ahora gobierna Ecuador, afirmó que posee un programa centrado en la reducción de la criminalidad, la desocupación juvenil y la pobreza.

 

Ante tamaños desafíos y con el poco tiempo que estará en la primera magistratura,  Noboa necesitará acciones rápidas y un equipo para ejecutarlas.

 

Su futuro, que el planea sea la presentación de candidatura en 2025. dependerá de entregar resultados visibles e inmediatos y de rodearse de ejecutores de su política.

 

Para Pablo Medina, coordinador de Ciencia Política de la Universidad San Francisco de Quito, "El triunfo de Noboa representa el traspaso de poder de una derecha neoliberal ¨banquera¨ a una derecha neoliberal ¨bananera". Un perfil, añade, que "dista de la mayor parte de la sociedad ecuatoriana¨.

 

En opinión de Medina, el mandatario ¨necesita entregar cosas concretas y rápidas". "Si quiere reelegirse en el 2025, apuntó, necesita bajar la percepción de inseguridad y que haya una sensación de recuperación económica".

Sin embargo, el panorama económico sigue siendo precario.

 

Ecuador posee una deuda pública de 75 272 millones de dólares (62 % del Producto Interno Bruto (PIB) y un déficit fiscal mayor a los 5 000 millones de dólares. El 60 % de la población activa acciona con empleos inadecuados, la mayoría en la informalidad.

A ello se añade la carencia de liquidez en las cajas del Estado, lo cual pone en duda si Noboa será capaz de llegar al final del año sin demasiados tropiezos para garantizar el pago de los sueldos de los empleados públicos.

 

El diario El Universo publicó un dato, a modo de ejemplo, de las dificultades que tendrá: “el 17 de noviembre los depósitos de la caja fiscal (del Tesoro) se encontraban en apenas $ 179,7 millones, la peor cifra desde 2016”.

 

Acompañado por un gabinete cuyos miembros no rebasan los 41 años, al menos debe intentar elevar la producción nacional y buscar opciones, por demás escasas, para conseguir préstamos externos.

 

Situaciones adversas que deberá resolver sin causar más hartazgo y resistencia en la población. Será muy difícil que, teniendo en cuenta la reacción de la ciudadanía que le otorgó un 52,7 % de los votos para mejorar la situación nacional, –según observadores- implante ajustes económicos duros. En juego está su eventual victoria dentro de poco más de un año.

 

Economistas, como el profesor Martín Iñigo, sugirieron que el presidente necesita de manera imperiosa lograr una tregua en el pago de la deuda, lo que podría constituir un paso en la estabilidad de la dolarizada economía.  

 

Un análisis del Instituto para Estudios Latinoamericanos en Alemania demostró que la decisión ciudadana, en un referendo, de abandonar la explotación de las reservas petroleras del Parque Nacional Yasuní en la zona nororiental del país para salvarlo de elementos depredadores causó, en cambio, estragos económicos.

 

La fuente de ingresos del Yasuní es estimada en 1 500 a 2 000 millones de dólares estadounidenses anuales.

Noboa también deberá enfrentar la crisis energética existente por la disminución de la producción de electricidad. Los cortes de luz en

Ecuador pueden ser de hasta cuatro horas al día, con los inconvenientes para la producción y los servicios. 

 

También existen los desacuerdos políticos. Resulta difícil una alianza de Revolución Ciudadana y Acción Democrática Nacional (ADN), la coalición del mandatario con el Partido Social Cristiano. Por tanto, la gobernabilidad tampoco está garantizada debido a la incompatibilidad ideológica entre el correísmo de izquierda y las otras dos fuerzas de derecha neoliberal.

 

Las discrepancias internas que surgirán en la Asamblea Nacional con certeza complicarán la aplicación de las propuestas oficialistas.

Aun cuando la postulada de Revolución Ciudadana, Luisa González, perdió las elecciones –aun cuando ganó la primera vuelta- el movimiento correísta sigue siendo una fuerza política relevante en Ecuador y puede constituir un dolor de cabeza para el gobernante. El partido opositor cuenta con 50 de las 137 bancas de la Asamblea, y además gobierna las dos principales ciudades del país: Quito, la capital, y Guayaquil.  


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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