La última jornada del XX Grand Prix de Voleibol (f) fue testigo de otra derrota para Cuba. Esta vez, el equipo cedió en tres sets (22-25, 28-30 y 23-25) ante su similar de Thailandia y cerró así su paso por el Centro de los Deportes de la ciudad china de Ningbo. Como se temía desde las primeras incursiones, dicho escenario fue cómplice de una de las actuaciones más discretas de un equipo cubano en estas lides; firmada con cinco derrotas en igual número de salidas a la cancha.
Como se ha venido comentando, las deficiencias en el recibo y en la defensa de campo , así como el elevado porcentaje de errores no forzados cometidos por parcial fueron algunos de los factores que se combinaron para dar al traste con las aspiraciones de hacer un buen papel con que llegó el conjunto antillano a esta fase.
Si bien a priori se conocía que no habría rivales fáciles, tampoco estos eran tan –excesivamente- superiores como para barrer a nuestra selección nacional. Todos: China, Turquía, Brasil, Estados Unidos y Thailandia se llevaron los tres puntos en disputa al vencer empleando solo tres sets, y en muchos de los casos sin el mayor esfuerzo, a un conjunto cubano que se mostró vulnerable. Con extrema sinceridad puesta en este comentario debo referir que muchas veces los parciales y las acciones sobre el “gerflor” denotaron falta de combatividad; una característica que no nos es inherente y que opaca la alegría con que las cubanas solían jugar al voleibol.
Por esta vez, el agotamiento físico, y también el mental, pasó factura a un elenco que demostró no estar acostumbrado a tantas jornadas de exigencia al más alto nivel. Una prueba de que el talento hay que cultivarlo y de que entrenar todo un año no es la solución. La búsqueda de alternativas, sobre todo cuando no tenemos una liga que pueda propiciar las condiciones necesarias para el fogueo adecuado, se impone.
En Ningbo se escribió una página negra para la historia del voleibol femenino cubano; quince sets perdidos al hilo no es sino característico de nuestra cotidianidad. El regreso a la final se vio opacado por esta actuación que, con mayor énfasis, debe recordarse. Es una actuación que acentúa los fantasmas que han venido acompañando a nuestro voleibol durante todo el presente ciclo olímpico. La ausencia a Londres encuentra justificación por estos días en jornadas que ameritan, más allá de achacar responsabilidades, agilidad de pensamiento y la ejecución de acciones para combatir con objetividad los problemas que nos afectan.
Decir adiós a un evento, sin puntos y sin sets a favor, deja una imagen de impotencia que duele entre los que –como yo- hemos nacido, crecido y nos hemos enamorado de este deporte al calor de los méritos de equipos que merecieron el justo calificativo por su espectacularidad. Hoy andamos lejos de serlo, pero hay talento; el talento existe pero hay que repensar las maneras de cultivarlo. La realidad, esta realidad de perdernos Londres 2012 y de no haber conseguido un resultado importante en el último cuatrienio (salvo en el panamericano donde se perdió con el único país que acudió con sus figuras de cabecera) dictamina una remisión urgente para un examen de conciencia.
El bregar internacional de estas muchachas continuará en Rusia cuando en pocos días tomen parte en la Copa Boris Yeltsin. Un torneo que reunirá, además de las cubanas, a un segundo equipo de Brasil y los elencos principales de Italia, Polonia y el anfitrión, Rusia, desde el 4 de julio próximo.
TIME OUT
El título en la vigésima edición se lo llevó Estados Unidos; equipo que terminó invicto en toda la competencia. En esta fase final, concretó 14 puntos que le permitieron retener su corona sin conocer la derrota y completar así el hat-trick. Las norteamericanas, serias candidatas al podio en Londres, habían ganado en las ediciones de 2010 y 2011, y consiguen la triple corona al hilo en este 2012 al aventajar por la mínima a un Brasil (13 puntos) que presenció por tercera vez la coronación de sus “verdugas” de los últimos tiempos en el día del cumpleaños 29 de la estelarísima opuesta Sheilla Castro. La tercera plaza se las adjudicaron las sorprendentes turcas, dueñas de 9 unidades en el acumulado general; Thailandia (5), China (4) y Cuba (0), completaron la lista.
Cuba perdió los 15 sets que disputó y como se sabe fue última en la tabla de posiciones con solo 281 puntos fabricados para una promedio de 18.7 por parcial.
Yoana Palacios, aun cuando no tuvo un rendimiento para recordar, trascendió como la más efectiva entre las atacadoras, con un 48.42% de efectividad producto de 46 acciones positivas en 95 intentos.
En cuanto a las anotadoras, las mejores ubicadas por Cuba resultaron ser Yoana Palacios (53 puntos) y Yanelis Santos (50 puntos), discreto resultado que las ubicó por debajo de las diez primeras del certamen. El apartado lo dominó Megan Hodge (EEUU) con 103 puntos.
Yanelis Santos (9 acciones/ 0.60 set average) y Gysselle de la Caridad Silva (8/ 0.53) se ubicaron octava y décima entre las más destacadas del bloqueo y la propia avileña Santos, fue tercera en Aces con 6.
Así, el equipo cubano mejoró si se mira que en 2011 había culminado en la oncena posición. Muy pronto, ellas jugaran la Copa Panamericana que será en México y otorgará 4 boletos para el Grand Prix del venidero 2013.
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