Vamos a comenzar a teclear por lo más importante: se puede escribir ya que el taekwondo cubano ha mantenido su presencia en todos los podios de los Juegos Olímpicos.
Este deporte entró en el programa de las citas estivales desde la de Sydney 2000 (oro y plata), siguió en Atenas 2004 (0-1-0), Beijing 2008 (0-0-1), y ahora la cadena se amplió en Londres 2012 (también 0-0-1).
Ello fue posible gracias al desempeño de Robelis Despaigne (división de más de 80 kilogramos), dado como uno de los hombres a tener en cuenta desde antes del inicio de los combates.
Es un santiaguero de 24 años de edad, campeón de los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México 2011.
Se debe apuntar que el camino hacia el bronce le resultó mucho más fácil de lo que habría que esperar, luego de haber perdido antes con Anthony Obame, de Gabón, bronce en el torneo africano de 2010, quien por suerte llegó a final y lo arrastró al repechage.
En esa fase el cubano debía celebrar dos combates.
El primero de ellos le resultó bastante fácil: éxito ante Kaino Thomsen-Fuataga, representante de Samoa, por superioridad (14-2.).
Y en el segundo todo resultó incluso menos complicado: salió airoso contra Daba Modibo Keita, de Mali, por… no presentación (al momento de teclear desconocemos la causa).
Parecía un día con posibilidades al menos para dos de bronce, pero Glenhis Hernández (más de 67 kilogramos), habanera de 21 años de edad, campeona también en Guadalajara 2011, quien hace unos meses fue sometida a una intervención quirúrgica en una de sus rodillas, no pudo conseguir la victoria necesaria.
Se lo impidió la mexicana María del Rosario Espinosa, quien terminó ganando por 4-2, luego de transitar por períodos de 0-0, 1-1 y 3-1.
Una lástima, sí, por muchas razones.
Pero ahora, en estas primeras horas, no es tanto el momento de análisis de los técnicos, sino de saborear habernos mantenido una vez más en los podios olímpicos.
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