El veterano tirador Guillermo Alfredo Torres se ubicó en un discreto lugar 31 —entre 36 competidores-, una vez dirimidas tres rondas de disparos en la modalidad de skeet de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
De 53 años, el cubano empezó la competencia con la pólvora húmeda al errar cinco de los primeros 25 platos, y en la siguiente ronda falló otros cuatro que lo colocaron en una posición fatal de cara a una buena ubicación definitiva.
Así, ya con el daño hecho, la tirada perfecta de la tercera manga no le valió de mucho, habida cuenta de la ventaja cobrada antes por sus adversarios.
De momento, la vanguardia la marca el coloso Vincent Hancock —titular en Beijing 2008 y recordista planetario-, con un solitario yerro en los 75 intentos de rigor. Al norteamericano lo persiguen tres competidores empatados a 72 aciertos per cápita.
Dicho sea de paso, estelares como el italiano Enio Falco y el francés Anthony Terras no pudieron pasar de 71 y 69 discos rotos, respectivamente. Falco brilló con intensidad en el preolímpico efectuado en abril en el propio escenario de los Juegos —el Royal Artillery Barracks-, al tiempo que Terras porta en su palmarés el bronce de la justa estival previa.
Ya sin opciones de medalla, a Guillermo Alfredo le resta buscar una tirada impecable en los dos segmentos de mañana para alcanzar una posición que, cuando menos, sea digna de su estirpe.
Con seis Olimpiadas a la espalda, el expediente de este hombre conoce de varios momentos gloriosos.
Digamos, el sexto peldaño en Moscú’80, el cuarto en Barcelona’92 —a solo un punto del tercer sitio del podio-, la presea bronceada en el Mundial venezolano de 1987, o el récord universal de los Panamericanos de La Habana’91, con pleno de 225 platillos destrozados.
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