Una de las novelas más conocidas del escritor colombiano Gabriel García Márquez es La mala hora. Una compatriota suya, la judoca Yuri Albear (división de los 70 kilogramos), la tuvo muy buena este miércoles en los Juegos Olímpicos de Londres 2012: terminó con una de las medallas de bronce.
Cuando muy temprano se esfumaron las posibilidades de la cubana Onix Cortés, en nuestro país se abrió entonces un espacio sentimental hacia la suerte que pudiera correr nuestra región de Latinoamérica.
Alvear había sido séptima en los Juegos Olímpicos de Beijing, China 2008, por lo que ahora dio un salto importante basada en una cualidad necesaria en la vida, y especialmente en esferas como el deporte: la perseverancia. ¡Felicidades!
A ella se le vio muy feliz en el podio en unión de las otras medallistas: la francesa Lucie Decosse (oro), tres veces campeona mundial; la alemana Kerstin Thiele (plata), una que no estaba en los planes precompetencia, y la holandesa Edith Bosch (la otra de bronce), quien repitió su faena de 2008.
Hace cuatro años la cubana Anaisy Hernández fue subcampeona en esta división, derrota en la final por la japonesa Masae Ueno.
Y a la perseverancia tuvo que apelar también Decosse: los de Londres 2012 fueron sus terceros Juegos Olímpicos, y los primeros en los cuales pudo subir al podio.
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