Luego de 13 años de la llamada época del kirchnerismo, en la que una pareja de políticos, los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández imprimieron una dinámica que permitió a Argentina salir de su peor crisis económica, el próximo día 25 se efectuarán elecciones generales en las que irán a las urnas propuestas de dos modelos diametralmente opuestos.
Aunque hay coincidencia entre analistas que en Argentina las encuestas son poco confiables —casi siempre realizadas por firmas afines a la oligarquía local—, en estos momentos el gobernador de Buenos Aires y candidato del oficialista Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli, aparece como favorito entre los electores para dirigirlos en el próximo cuatrienio.
Para las masas argentinas, Scioli es considerado la opción más segura para dar continuidad a la política de los Kirchner, además de ser uno de los candidatos más populares, por su condición de afamado deportista, campeón del mundo en ocho ocasiones en la categoría de motonaútica. En un accidente en 1989 perdió su brazo derecho cuando practicaba ese deporte.
Nacido en el barrio de Villa Crespo, ciudad autónoma de Buenos Aires, el 13 de enero de 1957 y de familia de clase media, es graduado de la carrera de Marketing en la Universidad Argentina de la Empresa.
El candidato del FpV, que lidera la mandataria Cristina Fernández, se inició en la política de mano de su amigo personal, el expresidente Carlos Menem —quien implantó el neoliberalismo que dejó en ruinas ese país—, y entre 2001 y 2003 entró en el ala del Partido Justicialista que dirigía Eduardo Duhalde.
Luego fue convocado por Néstor Kirchner para acompañarlo en la chapa para la Primera Magistratura como su vice, cargo que abandonó en el 2007 para postularse y ganar la gobernación de Buenos Aires —la provincia más importante del país con un tercio de los votantes a nivel nacional—, la que mantuvo durante ocho años seguidos, hasta su presentación en los venideros comicios.
LAS PROPUESTAS DE SCIOLI
Para nadie es secreto que Argentina precisa un giro en su desarrollo económico. Algunas situaciones coyunturales enflaquecieron ese departamento. Como ejemplo, la soja, una de sus puertas de entradas financieras, redujo su precio a más de la mitad en el mercado mundial. El país posee además una abultada deuda externa, y aunque es considerada una nación solvente, si las proyecciones económicas continúan como hasta ahora, en pocos años podría sobrevenir otra crisis de grandes dimensiones.
De ahí que en su campaña presidencial, el postulado del FpV presente como propuestas en esa área la transformación de Argentina en “un paraíso productivo” y no en un “paraíso financiero ni fiscal”, y propuso llevar la inflación a un dígito anual “sin ajuste” y atraer un piso de 30 mil millones de dólares de inversión por año.
En el Encuentro para el Desarrollo Argentino, en el Teatro Ópera, acompañado por gobernadores, funcionarios nacionales, legisladores, intendentes, sindicalistas y empresarios; Scioli planteó los principales lineamientos de su plataforma de gobierno, que “representa continuar con todo lo construido en estos 12 años, seguir profundizando lo que se hizo bien y cambiar los errores que tuvimos, pero nunca ir para atrás”.
Reconoció la gestión de gobierno de Néstor Kirchner y de su viuda, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y aclaró que “desarrollar no es cambiar, es construir sobre lo construido”, con lo cual confirmó que no piensa alejarse de las líneas directrices que permitieron sacar a Argentina de la ruina económica, pero con presupuestos acordes a la nueva situación nacional y mundial.
El gobernador bonaerense anticipó un diálogo con el campo, los pequeños productores, los industriales y los trabajadores, al tiempo que llamó a los actores productivos “a sembrar y a producir. Yo les garantizo que van a tener rentabilidad”.
“Las divisas —precisó—, las vamos a conseguir exportando, no endeudando al país” y resaltó la política de desendeudamiento desarrollada durante la última década y por la cual el país aportó a “que exista un mundo libre de buitres”.
En estos últimos días de su campaña, Scioli recibió el espaldarazo de importantes figuras políticas de América Latina, con quienes se entrevistó, como los ex presidentes Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, y José Mujica, de Uruguay. Tiene previsto otros encuentros con los actuales líderes de esas dos naciones —socias también del Mercado Común del Sur—, Dilma Rousseff y Tabaré Vázquez, respectivamente.
Analistas coinciden en la importancia de que la Casa Rosada permanezca en manos de un presidente de izquierda, más aun en momentos en que la derecha regional intenta revertir el proceso de cambios emprendidos por América Latina hace 15 años, y en la cual los presidentes Kirchner y su viuda y senadora Cristina Fernández tuvieron un papel descollante.
Según investigaciones, el candidato del FvP posee poco más del 38 de las previsiones de voto para el domingo 25 de este mes, pero para ganar la presidencia necesita el 40 % y un 10 % más que su rival más cercano, o un 45 % o más, sin importar la diferencia con sus contrincantes.
Si no gana ese día, entonces Scioli deberá enfrentarse en una nueva ronda el 22 de noviembre con quien ocupe el segundo lugar entre los candidatos opositores Mauricio Macri, de la alianza de derecha Cambiemos, y Sergio Massa, de la coalición Una Nueva Alternativa (UNA).
Macri, ingeniero de 56 años, heredero de una inmensa fortuna, expresidente del club Boca Juniors, se presenta con una coalición conservadora que pretende, si gana, retomar las caducas y fracasadas políticas neoliberales de Menem, de quien se dice admirador personal.
Massa, también de familia acaudalada, nacido en 1972, abogado, es el más apegado al ala derechista del peronismo y representa, por sus asesores económicos y referencias, algo del perfil más industrialista del primer mandato de Kirchner. En lo económico se presenta como la opción menos regresiva. Representante de Una Nueva Alternativa (UNA) que defiende el llamado peronismo disidente, es ex jefe de gabinete de la presidenta Cristina Fernández. En 2013 se separó del kirchnerismo.
En la próxima liza también se elegirán 129 candidatos a Diputados, media Cámara; 24 senadores, un tercio de la Cámara; y 43 aspirantes a parlamentarios del Mercosur. Ese día están convocados a las urnas 32 millones de ciudadanos de los más de 42 millones que integran la república argentina.
Scioli promete, con su visión, seguir los postulados políticos de los Kirchner
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