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sábado, 5 de octubre de 2024

Políticas de barro

Washington y Tel Aviv logran moldear ciertas voluntades a capricho...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 10/10/2020
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Reunión-Liga Arabe
La Liga Arabe se decidió por admitir los devaneos de algunos de sus miembros en torno a normalizar relaciones con Tel Aviv a tono con las presiones de Washington. (Tomada de HispanTV).

Según medios de prensa, la reciente reunión de la Liga Árabe ha puesto de manifiesto las grandes lagunas vigentes entre varias naciones miembros de ese conglomerado en torno al fundamental tema de la histórica lucha por la reivindicación de los derechos del pueblo  palestino.

En medio de un contexto regional donde Donald Trump hace fuerza por imponer los términos de su controvertido y titulado Plan del Siglo con respecto a Palestina, uno de los más serios espaldarazos gringos al régimen sionista de Israel, la convención de la Liga Arabe suscribió la reciente actitud de algunos de sus miembros de normalizar relaciones con Tel Aviv.

Se trata, para muchos, de dar claramente la espalda a los reclamos palestinos por un territorio independiente y soberano, a tono con los injerencistas enunciados del programa trumpista ya citado, y cuyo contenido apunta a consolidar los añejos desmanes y la pretendida seguridad de la entidad sionista, en una actitud realmente vergonzosa, según el criterio de analistas.

A juzgar por los estudiosos del largo conflicto mesoriental, es evidente que dentro de la Liga Árabe impusieron su criterio aquellas naciones de la región que mantienen una estrecha alianza con Washington y se prestan a semejantes manejos contra sus propios hermanos de sangre.

Incluso algunos comentaristas no se limitan para hablar literalmente de actitudes que apuntan al impúdico “sacrificio del pueblo palestino ante el altar sionista-norteamericano”.     

De hecho, días antes, en su intervención ante la Asamblea General de la ONU, el primer ministro sionista, Benjamín Netanyahu,  proclamó que Israel no hará más caso a las “ridículas demandas de los palestinos”, materia en la que, a su juicio, “se ha desperdiciado inútilmente demasiado tiempo”. En pocas palabras, un no arrogante a todo arreglo pacífico y justo.

Lo que procuró ocultar el jefe del régimen sionista en su discurso ante la máxima tribuna mundial, es que sus tituladas “ridículas demandas palestinas” cuentan hace decenios con el respaldo de las leyes internacionales  y el reiterado apoyo de la inmensa mayoría de los gobiernos del planeta, y que solo la permanente oposición de Washington y las maniobras de sus aliados son los elementos que frenan una solución honorable al genocidio contra ese pueblo árabe.

Por su parte, y como respuesta inmediata a la posición de la Liga Árabe, la reticencia sionista y las imposiciones gringas, la Autoridad Nacional Palestina, ANP, revocó todos sus acuerdos con Tel Aviv.

Mientras, otras agrupaciones dentro del espectro político palestino abogaron por un urgente refuerzo de la lucha popular como única salida en estos instantes definitorios.

Ello implica, para esos líderes, una efectiva convergencia con aquellas fuerzas que dentro y fuera del área hacen resistencia a las políticas hegemonistas norteamericanas y rechazan tajantemente las agresiones y la discriminación del ente sionista hacia los derechos de los palestinos.

Para el analista político Nicola Hadwa, en reciente entrevista concedida a Hispan TV,  lo ocurrido en el seno de la Liga Árabe  “es una vergüenza y los culpables, sabiendo que no eran imparciales, siguieron adelante engañando al propio pueblo palestino.”

Por esto, subrayó, “la Autoridad Nacional Palestina tiene el deber ético y moral de renunciar a las tramposas negociaciones y hacer un frente de resistencia con los pueblos árabes” de manera de tronchar el oportunismo “de los gobiernos regionales serviles a los Estados Unidos y a la entidad sionista”.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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