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lunes, 14 de octubre de 2024

Gaza y el espanto

Sintamos la soledad de Gaza, el llanto, el grito, el sudor y la sangre, sin otra respuesta que más proyectiles. Que el tiempo no nos insensibilice...

Yeilén Delgado Calvo en Granma 08/10/2024
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Marcha por Palestina
Marcha por Palestina (Pedro Pablo Chaviano Hernández / Cubahora)

En el centro de la Franja de Gaza está el depósito de cadáveres del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, en Deir al Balah. Al frente de la dependencia, una mujer sostiene un envoltorio blanco y menudo. Dentro está el cuerpo de su hija Zena Naser.

Parece que la madre desfallecerá, cabeza ladeada, ojos cerrados, una vena canalizada en la mano derecha, el rostro herido por una pena que atraviesa las barreras de cualquier idioma o cultura. El fotógrafo captura para una agencia de prensa ese instante desgarrador de la despedida, esa manera en que una madre muere estando viva.

La foto llega a los medios del mundo. Google le aplica desenfoque mediante SafeSearch, bajo la advertencia de que la imagen «puede incluir contenido explícito». No hay sangre, no hay vísceras, pero la devastación de una madre es un mensaje poderoso.

Parece que a Gaza, un año después de que se iniciara esta brutal escalada del exterminio sionista contra el pueblo palestino, el resto de la humanidad la sigue viendo desenfocada. La doble moral al uso prefiere no escuchar bien, ver menos y decir nada ante más de 16 500 niños muertos en apenas 12 meses, la cifra más alta para conflictos armados de los últimos 18 años. Es apenas una de las vertientes nefastas del crimen israelí, pero, sin duda, de las muy terribles.

¿Qué otro sinsentido se necesita para entender el horror ante el relato de Leila Al Kafarna? Leila es madre de Malek. Malek tiene 13 años. Caminaban tomados de la mano cuando un bombardeo los sorprendió en plena calle. Luego de despertar del aturdimiento causado por la explosión, ella se lanzó a correr, mientras le gritaba a su hijo que la siguiera, antes de que cayeran nuevas bombas.

Pero a Malek lo sentía ligero, muy ligero. Cuando volteó a mirar, entendió que lo único que sujetaba era el brazo. Metros atrás, su hijo se lamentaba, mutilado.

Leído en un influyente medio de prensa, y quizá replicado en otros, el testimonio de Leila suma un desgarramiento más sobre la conciencia del mundo.

Gaza es, ahora mismo, territorio de la desesperación. A las cifras exorbitantes de muertos, heridos, desaparecidos y desplazados, se une la destrucción de hogares y todo tipo de infraestructura civil, la falta de recursos, el hambre, la sed, la desnutrición... Hay que volver al sufrimiento de la niñez una y otra vez: en apenas un año se ha duplicado la cantidad que necesita apoyo sicosocial y de salud mental.

Hay que pensar en Gaza, en el miedo sin alicientes, en el golpe de perderlo todo, hasta la Patria; en los médicos operando sin anestesia sobre mesas de cocina; en los aplastados por los escombros; en la impotencia de ser reducido a la nada, solo porque otros ambicionan tu tierra, tu casa.

Sintamos la soledad de Gaza, el llanto, el grito, el sudor y la sangre, sin otra respuesta que más proyectiles. Que el tiempo no nos insensibilice. Que su clamor nos atraviese los sentidos, mientras haya espanto, mientras le duela el alba.


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Yeilén Delgado Calvo

Periodista, escritora, lectora. Madre de Amalia y Abel, convencida de que la crianza es un camino hermoso y áspero, todo a la vez.

Se han publicado 1 comentarios


Mehdi Mountather
 10/10/24 9:04

Joe Biden bombardea Gaza y Líbano con estos aviones Dios nos bombardea con estos soldados huracanes para evitar la muerte de Joe Biden estos ministros estos generales Kamala Harris Donald Trump los gobernadores los senadores y los estadounidenses por los huracanes los tornados los incendios los rayos inundaciones tormenta de nieve los fuertes terremotos terremoto más 7 tsunami volcán meteorito Covid-19 los accidentes accidente de avión tiroteo el fin de la guerra en Gaza y Líbano 10 de octubre de 2024.

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