El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado este jueves que las negociaciones para su futura sesión de investidura son "complejas", pero "avanzan". Aunque ha eludido dar detalles de cómo evoluciona la ronda de contactos con los grupos parlamentarios, ha puesto énfasis en que trabaja para evitar la repetición electoral.
Tras la celebración del desfile del 12 de octubre, ha mantenido una conversación informal con los periodistas en la que ha recordado que se encuentra en proceso de negociación y no puede avanzar detalles. "No voy a decir nada de la investidura", ha insistido.
Luego del fracaso de Alberto Núñez Feijoo (Partido Popular) al no lograr los apoyos suficientes en el Congreso de los Diputados para su validación como mandatario, en un movimiento similar al realizado en 2020, Sánchez busca hacer alianzas porque solo con los escaños del Partido Socialista no puede ganar ni en primera ni en segunda.
Su objetivo ahora es reeditar lo que ha llamado “bloque de la investidura”, la heterogénea relación de grupos de izquierda y nacionalistas e independentistas que facilitaron su llegada al ejecutivo. Para ello, necesita el apoyo de Sumar, formación afín de izquierdas con Yolanda Díaz a la cabeza, pero también de partidos nacionalistas e independentistas de Cataluña y País Vasco, como PNV, EH Bildu y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Y ni aun así, es suficiente.
El principal problema para el representante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ahora consiste en lograr el apoyo de JunxsCatalunya. Aun cuando Miriam Nogueras, líder del partido, dijo en julio que no harían presidente a Sánchez “a cambio de nada” y ha manifestado en varias ocasiones su interés en reclamar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, el Jefe de Gobierno anunció la creación de una ley de amnistía para los políticos y líderes catalanes implicados en el procés.
En ese tiempo, recordemos, Cataluña llevó a cabo un referendo sobre su independencia, declarado previamente ilegal y suspendido por el Tribunal Constitucional. El entonces gobierno catalán, encabezado por el expresidente Carles Puigdemont, consideró los resultados legítimos y declaró de modo unilateral la independencia de Cataluña. Tras ello, varios políticos y líderes catalanes fueron enjuiciados y encarcelados. Puigdemont huyó del país y se estableció en Waterloo, Bélgica. Aunque en 2021 el gobierno español ofreció un indulto a los políticos que cumplían cárcel, sobre Puigdemont sigue pendiente una orden de extradición.
Algunas voces, como la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, ya han pedido a Feijóo que "ceda" algunos votos del PP a Sánchez o se abstenga a votar en su contra a fin de sacar adelante la investidura de Sánchez pero sin el apoyo de Junts. Pero incluso, la posible ley de amnistía también ha generado duras críticas por parte de integrantes históricos del PSOE, como el expresidente Felipe González.
Todo ello, marcado por el tiempo cada vez más reducido que tiene para maniobrar y evitar nuevas elecciones, previstas para el 14 de enero de 2024. Si a Sánchez se le dificulta conseguir mayoría, difícilmente otro candidato lo haga, por lo que por ahora parece que se repetirá la historia de 2016 y 2019. A fin de cuentas, un resultado directo de la base electoral “robada” a los históricos PP y PSOE por la aparición de nuevos partidos como Podemos, Ciudadanos, Vox y Sumar.
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