En medio de la zozobra, la espera y las denuncias contra el presunto fraude en los comicios presidenciales de la víspera transcurre este lunes en Honduras, cuando sin una declaración oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE), ese organismo da como ganador virtual al derechista Juan Orlando Hernández, del oficialista Partido Nacional.
Anoche, en encuestas a boca de urnas, la ganadora era la candidata del Partido Libre Xiomara Castro de Zelaya, con un 28 por ciento de los votos, pero dos horas más tarde, en un giro no esperado dado los antecedentes de Hernández, su preferencia llegó al 34 por ciento.
Las protestas no cesan en Honduras por parte del LIBRE, y movimientos sociales e indígenas que insisten en que Castro se alzó con la victoria y las maniobras de la derecha, que insisten están programadas desde hace meses para implantarlas ahora bajo la dirección de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa.
La embajadora estadounidense, Luisa Kubiske, se pronunció minutos después del tercer parte parcial del TSE y expresó que “reconoce y respeta” los resultados anunciados, ya que, “coinciden” con los reportes de sus observadores en Honduras.
Según medios políticos, Kubiske dictó instrucciones de última hora al organismo electoral ante el evidente triunfo de la candidata de la izquierda, lo cual corrobora la injerencia, una vez más, del gigante norteño en los asuntos internos de la nación centroamericana, la segunda más pobre de América Latina, solo superada por Haití.
Para Manuel Zelaya, expresidente hondureño derrocada en junio del 2009 por un golpe cívico-militar al acercarse a gobiernos de izquierda en Latinoamericana y decretar una consulta popular para instalar una Asamblea Constituyente, denunció que aun cuando falta un 20 por ciento de mesas por escrutar, ya el TSE dio como ganador virtual a Ortega, mientras los medios de comunicación al servicio de la oligarquía celebran su triunfo.
Para actores del panorama político hondureño, esta actitud del Tribunal y de Estados Unidos de no permitir resultados creíbles y seguir favoreciendo a la oligarquía nacional profundizará la crisis política en el país, calificado como uno de los más violentos del mundo.
Rafael Alegría, dirigente de los movimientos sociales surgidos durante la resistencia al golpe a Zelaya, afirmó este lunes que ha ocurrido otro golpe monstruoso de carácter comicial. Todo el pueblo coincidía en Xiomara Castro ganaría, pero el TSE, afirmó, responde al candidato oficialista, presidente del Congreso Nacional, y un reconocido empresario.
Alegría destacó que hay un manoseo en el TSE en los votos, y nunca pensamos que se atreverían a un proceso fraudulento cuando es conocido que tanto Xiomara, quien dirigió la resistencia por la restauración de su esposo al cargo, como los movimientos sociales e indígenas estaban listos para gobernar al país.
Con estos resultados que se han propagando públicamente gracias a la maquinaria derechista, aseguró, lo que ocurre es que se alarga el tiempo para reestructurar el país y tratar de cambiar las estructuras económicas y políticas nacionales, ya que, recordó, más del 70 por ciento de los ocho millones de habitantes de Honduras están en pobreza, o miseria extrema.
Mientras, Salvador Zúñiga, líder de los pueblos indígenas de Honduras, consideró que de formalizarse la presunta victoria de Hernández, la ciudadanía será víctima de una dictadura que es continuidad del golpe de Estado de hace cuatro años.
Para algunos analistas, es una ingenuidad del Partido Libre, de reciente formación, presentarse a unos comicios en los que actuarán un TSE que responde a la derecha, sin que tampoco se hubiese hecho una reforma electoral, tal como exige la población.
Se espera que en las próximas horas el Tribunal declare al ganador de las elecciones presidenciales y la composición del Congreso Nacional, con un alto número de curules en disputa, pero hay coincidencia en que será muy difícil que Castro sea declarada ganadora.
También se esperan dos conferencia de prensa esta tarde de los principales candidatos, y declaraciones oficiales de los observadores que asistieron a lo que fue una calmada elección movida por la esperanza de una reestructuración nacional, tal como prometió la candidata del Partido Libre.
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