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miércoles, 2 de octubre de 2024

De la advertencia a los hechos

Moscú ha reiterado que no permitirá que Washington logre la superioridad militar global...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 26/05/2021
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Serguéi Shoigu-Ministro de Defensa Ruso
El titular de defensa Serguéi Shoigu, anunció la creación oficial de unidades de combate robotizadas, luego de las exitosas pruebas de algunos de los componentes que formarán dichos grupos de combate.

Se trata de un presupuesto totalmente lógico, sensato y totalmente justificado. Sobrevivir ante la hostilidad y la agresividad de un agresor significa ante todo contar con los medios necesarios para defenderse y la clara determinación de usarlos si las circunstancias lo imponen. Así de sencillo y claro.

Y es evidente que por estos días naciones como Rusia y China, “clasificadas” oficialmente por la Casa Blanca como los grandes y prioritarios “rivales” del hegemonismo Made in USA, poco favor se harían si no se alistan para responder con todo rigor a los manotazos del tahúr mundial.

Vale recordar en este sentido que el “plan de superioridad” militar gringo no es un eufemismo ni mucho menos. Los Estados Unidos, sobre todo en la “era Trump”, hizo evidente su deseo de cortar todos los acuerdos y protocolos internacionales que le amarrasen las manos en materia de poderío bélico.

Así suman en esos empeños la idea de “embobar” a otros con la instalación de un sistema global antimisiles destinado a otorgarle a USA la ventaja de dar un primer golpe atómico sin posibilidades de una respuesta efectiva de las víctimas, todo bajo el pretexto de combatir a presumibles terroristas nucleares.

O su salida unilateral del acuerdo para la limitación y control de misiles de corto y medio alcance; o el insuflado desasosiego en torno al protocolo START sobre la paridad estratégica en materia de arsenales nucleares; o el abandono del pacto de “cielos abiertos” que permite la vigilancia aérea sobre los despliegues militares de los signatarios.

En fin, un rosario de entuertos destinados, precisamente, a lograr “libertad” para relanzar a la primera potencia capitalista y empujar al resto del planeta a una carrera armamentista que colme la usura del complejo militar industrial gringo, entorpezca aún más los ya graves problemas económicos, sociales y ecológicos que afectan a la humanidad, y devuelvan a los hegemonistas al amplio terreno ya perdido en materia de chantaje internacional.

De hecho, una reciente información del ministerio ruso de exteriores indica que en torno a la posesión de armas nucleares, y según notificaciones previstas por el Tratado START correspondientes al pasado mes de marzo, “Rusia tiene desplegados un total de 517 misiles balísticos intercontinentales y de misiles balísticos ubicados en submarinos y bombarderos pesados, frente a los 651 que tiene EE.UU.”

En total, sumando los artefactos ya listados y los no operativos, el gigante euroasiático cuenta con 767 lanzadores, en tanto Washington controla 800.

No obstante, existe otro renglón importante, y se trata del titulado “armamento convencional” que también juega un trascendente papel en la capacidad de ataque o defensa.

Y, en ese sentido, es evidente que Rusia está apostando por arsenales menos abultados, pero de mayor efectividad, toda vez que sus posibles oponentes en ese terreno no son una fuerza descartable ni mucho menos.

De hecho, hace solo unos días la revista norteamericana Newsweek reveló que Estados Unidos cuenta ya con un ejército secreto de no menos de 60 000 efectivos fuera del control del Congreso para operaciones encubiertas globales (el más numeroso del orbe), y al que se destinan unos 900 000 000 de dólares anuales y cuantiosos recursos bélicos de última generación.

Mientras, en Moscú, el titular de defensa Serguéi Shoigu, anunció la creación oficial de unidades de combate robotizadas, luego de las exitosas pruebas de algunos de los componentes que formarán dichos grupos de combate.

Según el titular, se trata de robots dotados de inteligencia artificial, portadores de novedosas armas, y con una elevada capacidad de maniobra en los más disímiles escenarios.

De hecho, Rusia ya tiene en servicio el blindado robotizado Urán-9 y otros veinte vehículos militares que han pasado con un alto nivel de eficacia su prueba de fuego en los combates antiterroristas en Siria.

El Urán-9, que se opera totalmente por control remoto, está dotado con una ametralladora pesada, un lanzallamas, un cañón que dispara ráfagas de 350 a 400 proyectiles por minuto, una ametralladora coaxial de 7,62 milímetros, y una batería de misiles supersónicos guiados.

Otras novedades rusas son el robot submarino Poseidón de propulsión nuclear, con capacidad de portar municiones atómicas, y una bomba planeadora no detectable por los radares, con una carga de quince municiones, cada una con trayectoria independiente.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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