Existe en la zona occidental de Cuba una ciudad creada a la medida de las más espléndidas urbes del mundo. Su tricentenaria historia cultural, la impresionante belleza de sus paisajes naturales y arquitectónicos, el extenso inventario de los ilustres hijos que su nombre engrandecen, dan fe de la justeza de un epíteto como la Atenas de Cuba.
Matanzas presentó este 2021 su candidatura para la declaratoria de Ciudad Creativa de la Literatura por la UNESCO, “lo que constituye un homenaje a nuestra tradición e historia literaria, pero también a un acontecer contemporáneo, que se fusiona con el pasado y se enorgullece con el presente.
“Hay muchos aportes que se fundamentan en el expediente que prepara la Oficina del Conservador de la Ciudad”, expone Ulises Rodríguez Febles, investigador, crítico, dramaturgo, escritor y director de la Casa de la Memoria Escénica.
“Estoy de acuerdo con que se reconozca a Matanzas como Ciudad Literaria, no solo por la tradición del siglo XIX, que es muy importante y no se limita a la literatura sino que abarca la cultura en sentido general y a las personalidades del mundo que visitaron e incluyeron en sus giras a Matanzas, lo que habla del nivel cultural que aquí existía.
“También por el momento actual que es crucial para nuestra cultura porque, además de ser una ciudad con un desarrollo literario ostensible, se ha convertido en una ciudad resistente ante los embates provocados por la pandemia y sobrevive con dignidad artística: las editoriales siguen produciendo con calidad extraordinaria, los grupos de teatro como Las Estaciones, muy ligados a la literatura y a los escritores, encontraron nuevas maneras de hacer la cultura”, afirma Laura Ruiz Montes, poeta y editora matancera.
“Sobran motivos para recibir esta designación. La creación flota por encima de tanto arte y tanta historia, y se expande por toda la isla y más allá”, considera el actor y director del grupo Teatro de las Estaciones, Rubén Darío Salazar Taquechel.
CUNA DE DOS POETAS NACIONALES CUBANOS
Nicolás Guillén realizó el hallazgo del son como forma poética. A su grandeza literaria se suma el haber cultivado con su arte, la manera cotidiana con que hizo suya la espinela, como lo demuestra su cadencioso y colorido El libro de las décimas. Por estas causas, entre otras, se seleccionó como Poeta Nacional de Cuba. Pero, otros dos autores antes que él, caracterizaron la poesía de la Mayor de las Antillas.
La ciudad de Matanzas suma entre sus primicias albergar a hijos como Bonifacio Byrne. Con facetas dignas de merecerlo como hombre público, el poeta de la guerra escogió la lírica como género que cultivó con verdadera fruición con títulos como Excéntricas, Efigies. Sonetos patrióticos, Poemas y En medio del camino.
Sus coqueteos juveniles con la poesía modernista dieron paso a la maduración de un hombre quien se convirtió en intérprete de los entusiasmos y agonías de su pueblo en la lucha por la independencia de la corona española. El Hijo Eminente de Matanzas en Poeta Nacional en el año 1920.
El también matancero Agustín Acosta es uno de los símbolos de la cultura cubana del pasado siglo. Entre los años 1913 y 1915 obtuvo Flores Naturales en juegos florales efectuados en Santiago de Cuba y La Habana, certámenes de gran prestigio en el universo literario de la época.
Acosta perteneció al grupo de poetas del posmodernismo de la década de 1920 que anticiparon muchas de las agitaciones artísticas y sociales de las décadas posteriores. El autor del poema La zafra, debido a su rica trayectoria, es considerado el segundo Poeta Nacional de Cuba.
- Consulte además: El espíritu ateniense de la ciudad de Matanzas (I) (+Fotos) (+Audio)
LETRAS MATANCERAS PARA LOS NIÑOS
Dentro del contexto de las letras matanceras, muchos autores han dedicado sus obras a los niños. Dora Alonso es la autora cubana para niños más traducida y publicada en el extranjero. Su estilo literario está basado en la sencillez y manejo de las emociones. Siempre resalta en sus textos al campesino cubano, recrea sus valores humanos y el amor por la naturaleza. Cuba le debe a Dora su títere nacional, Pelusín del Monte.
José Manuel Espino Ortega, narrador, poeta y crítico literario, nacido en Colón y asentado en Matanzas, es considerado por la crítica especializada como uno de los más importantes escritores de literatura infantil y juvenil del país.
Ha recibido numerosos premios como el David, Musa traviesa, Ismaelillo, Edad de Oro, Pinos Nuevos y La Rosa Blanca, por su brillante trayectoria como narrador, poeta y dramaturgo. En el 2000 recibió la Distinción por la Cultura Nacional.
Loreley Rebull, Yanira Marimón y Daneris Fernández, entre otros, también conforman el catálogo de autores que, desde Matanzas, construyen un mágico mundo para nuestras niñas y niños.
UNA MIRADA A MATANZAS DESDE LA LITERATURA
José Jacinto Milanés, entre los más valiosos exponentes del movimiento romántico en la literatura (Foto: Cortesía de la autora)
“Desde el siglo XIX esta ciudad ha sido una plaza importantísima de la literatura cubana. Cintio Vitier dijo que Matanzas era el centro poético de la isla, no solamente porque aquí nacieron muchos poetas importantes sino también por la cantidad de escritores que vinieron hacia Matanzas.
“Matanceros de pura cepa fueron Milanés, además dramaturgo y uno de los más ilustres exponentes del romanticismo cubano, y la también defensora de este movimiento Luisa Molina. Habría que mencionar además las tertulias delmontinas”, recalca Alfredo Zaldívar Muñoa, poeta, editor y director de Ediciones Matanzas.
Resalta dentro de ese increíble acervo, la prominente promoción poética de que ha sido escenario y, muchas veces, también inspiradora y protagonista. Entre los más conocidos y emblemáticos textos dedicados a la Ciudad de los Puentes resalta el carildiano Canto a Matanzas, una declaración de amor en versos cuya impresionante clarividencia emociona y seduce.
Carilda Oliver Labra, matancera, entre los mayores exponentes de la poesía hispanoamericana (Foto: Jessica Mesa Duarte/ Cubahora)
Sin embargo, no hay generación de autores que no haya tributado su canto a estas tierras. Baste mencionar De codos en el puente, del poeta y dramaturgo José Jacinto Milanés.
Cirilo Villaverde, Gabriel de la Concepción Valdés… y más acá en el tiempo Seboruco, Juan Santos, García Makú, Romualdo Suárez…ellos y más se han inspirado en la singular belleza de esta urbe tricentenaria para cantar sus esperanzas.
“Pero hay que hablar también del aporte a la dramaturgia cubana, (un requisito de la ciudad creativa) de autores que nacieron, vivieron o se formaron en Matanzas, como es el caso del santiaguero José María Heredia porque parte de su obra dramática se relaciona con el espíritu de la ciudad.
“La narrativa y la ensayística también han tenido, con diferentes niveles de calidad o desarrollo, una presencia que necesita de análisis más actualizados.
“Espacios, algunos simbólicos, trazan el imaginario matancero desde sus esencias literarias, como las tertulias de Domingo del Monte, hasta otras más contemporáneas; así como varias acciones relacionadas con la literatura, que significan a una ciudad y sirven de refugio a escritores de otras regiones de la isla e influyen en su creación, resalta Rodríguez Febles.
TIERRA DE POETAS
Matanzas es tierra fértil dentro de la literatura nacional. Pero, quien conozca bien esta tierra de elevada cultura, reconocerá que es la poesía el condimento que nunca falta en los más inesperados rincones.
Voces de diferentes generaciones se mezclan en disímiles formas estróficas. Versos, poesías completas se engrandecen con solo perpetuar a Matanzas, ese nombre exacto para empezar un cuento.
“A Matanzas, además de reconocerla como la Ciudad de los Puentes y los Ríos, se le reconoce también como la Ciudad de los Poetas. Es lógico, matancero fueron Plácido, Milanés, Byrne, Agustín Acosta y Carilda para mencionar apenas cinco nombres luminosos, a los que con honra podrían sumarse varios nombres contemporáneos.
“La dramaturgia también es literatura, entonces rememoro a Federico Villoch el autor de populares sainetes, José Ramón Brene, Dora Alonso y Virgilio Piñera, que también fueron poetas y narradores, Estorino, René Fernández, Ulises Rodríguez Febles y María Laura Germán, escritores de ahora mismo”, sostiene Rubén Darío Salazar Taquechel, actor y director de Teatro de las Estaciones
Juan Luis Hernández Milián y Luis Lorente, orgullos de las letras matanceras (Foto: Jessica Mesa Duarte/ Cubahora)
Otros tantos autores de renombre dentro del panorama de la literatura nacional fueron María Villar Buceta, Manuel Navarro Luna, José Zacarías Tallet, Regino Pedroso, América Bobia y Luis Marimón. Juan Luis Hernández Milián y Luis Lorente todavía sueñan en versos a esta dama dormida.
“A los que quieran conocer otros valores esenciales, solo debe buscar, entre otras fuentes, el libro Los puentes abiertos, de uno de los grandes de nuestra literatura, el biógrafo e investigador Urbano Martínez Carmenate, cuyo legado se fundamentan en sus biografías de otras figuras de la literatura como Byrne, Del Monte o Carilda.
“Creo que en sus libros, y los de otros investigadores como Mireya Cabrera Galán y su biografía de Agustín Acosta, encontramos muchos de los aportes que sedimentan nuestra Historia, conectándose con la actualidad, que es donde está el mayor desafío: comportarnos como ciudad literaria.
“Entre las 28 ciudades escogidas por la Unesco, entre ellas solo una latinoamericana, (Montevideo, 2015), la selección se corresponde con sus aportes históricos, relacionados con escritores, editoriales, festividades literarias y a veces hasta con personajes paradigmáticos de la literatura universal. Matanzas posee varios de los ingredientes para serlo, sobre otras de Cuba; pero hay que mirarla con un sentido crítico”, sostiene el crítico, dramaturgo y escritor Ulises Rodríguez Febles.
Además de estos aportes, Ruiz Montes considera meritorio destacar “la presencia en Matanzas de significativos exponentes de la literatura y las artes vinculadas a ella, entre ellos los escritores merecedores de los premios de la Crítica Literaria, el Premio Nacional de Diseño de Rolando Estévez, el Nacional de Edición de Alfredo Zaldívar, creadores que podían vivir en la capital o fuera de Cuba donde tal vez podrían encontrar mayores posibilidades, pero han elegido permanecer aquí.”
Hoy muchos son los que también le dedican sus estrofas a la Atenas de Cuba, grandes poetas de estos tiempos que se apropian de la savia de los maestros que dejaron sus letras a la posteridad.
Hugo Hodelín Santana, Derbys Domínguez, Leymen Pérez, Mae Roque, Isolina Bellas, Maylan Álvarez e Israel Domínguez, entre otros, se saben herederos del vastísimo legado sembrado en el alma de la matanceridad.
Pero en Matanzas ya florece una nueva generación de autores que confían en la esencia reveladora de quienes los preceden en esta inmensa historia literaria. La presencia de revelaciones como Lianet Fundora, Nathaly Hernández y Héctor Raúl Rivero reafirma que, sin importar épocas o circunstancias, Matanzas es y será tierra de poetas.
MATANZAS, ¿CIUDAD LITERARIA?
Matanzas cuenta con eventos que contribuyen al desarrollo literario de la isla: ferias del libro, premios como el Milanés, América Bobia y Fundación de la Ciudad, Miércoles de Poesía, peñas (Foto: Jessica Mesa Duarte/ Cubahora)
Para ser aprobadas como Ciudades de Literatura, las candidatas deben demostrar su calidad, cantidad y diversidad editorial; la calidad y cantidad de los programas educativos que se concentran en la literatura doméstica o foránea en los diferentes niveles educativos; la literatura, el teatro y la poesía tienen que jugar un papel importante en la ciudad; debe ser sedes de festivales y acontecimientos literarios que promueven literatura; deben existir bibliotecas, librerías y centros culturales que conserven y promuevan la literatura y debe existir una implicación activa de medios de comunicación en la promoción de la literatura y el fortalecimiento del mercado para productos literarios.
¿Cumple Matanzas con estas exigencias?
Ediciones Matanzas, con 4 décadas y más de 10 Premios de la Crítica, promueve la literatura cubana y foránea (Foto: Jessica Mesa Duarte/ Cubahora)
Dentro de la producción literaria yumurina, según agrega Rodríguez Febles, “destacan cuatro de nuestras editoriales: Vigía, Matanzas, Aldabón y El Fortín, sin dejar de mencionar otras, como la de la Universidad de Matanzas e incluidas algunas alternativas que se pueden potenciar, como Ediciones Papalote y El Retablo. Válidos los concursos, peñas, ferias del libro, cátedras, jornadas y talleres que recoge su historia literaria.
Foto 7 (Ediciones Aldabón apuesta por divulgar la obra de los más jóvenes escritores matanceros)
La Casa de la Memoria Escénica también conserva y difunde parte del patrimonio de la dramaturgia y las letras cubanas de todos los tiempos desde el centro histórico de la urbe yumurina.
Foto 8 (Deben existir bibliotecas, librerías y centros culturales que conserven y promuevan la literatura)
¿Cómo debe ser la ciudad que merecemos ser para perfeccionarnos?, interroga el intelectual. Las bibliotecas y librerías deben alcanzar su esplendor; la existencia de poetas de diversas generaciones, desde Milanés hasta los más contemporáneos que registran una diversidad asombrosa, necesita aún un estudio más concienzudo, recogido en varias antologías.”
“Creo que falta mucho por hacer, por rescatar y por conservar; pero el hecho de que se mantengan los premios que se conceden en el territorio (el José Jacinto Milanés, el de la crítica Orlando García Lorenzo que otorga la UNEAC, el Fundación de la Ciudad, el América Bobia, los premios que convoca Aldabón), a pesar de la situación provocada por la pandemia es muy loable porque en muchas provincia no sucede así”, valora la editora y poeta Laura Ruiz Montes.
Ulises Rodríguez Febles, por su parte, concluye con una exhortación a los matanceros. “Matanzas, la Ciudad Creativa en Literatura, debe contar con un espacio que muestre, conserve y difunda esos aportes ineludibles, que deben ser visualizados. Todo tiene que ser pensado como lo que aspiramos ser, aunque no nos sea concedido. El imaginario espiritual de nuestra Literatura, debe transmitirse en el aporte de cada institución, en cada acto en función de promovernos.
“Esa condición debe crearnos una conciencia de nuestros valores culturales, un sello que viva en cada cosa que hagamos, que esté en cada lugar de esta ciudad por la que desanda Milanés, en la que se escucha la plegaria de Plácido, el poeta fusilado, y en cada uno de los que patentan esa condición que debe transmitirse orgánicamente al ciudadano.”
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