Hace más de 140 años un comerciante español random, el “señor” Claudio Graña introdujo la primera bicicleta en Cuba, alrededor del año 1880. Ya en ese momento el mundo comenzaba a organizar el ciclismo como competición mientras se enfrentaban, en esas pruebas, al obstáculo de que los caminos estaban llenos de cabras, gallinas, vacas y perros. Tan conflictiva era la inusual situación que los promotores de dichos eventos contrataban “comisarios armados” para abatir a tiros a cuanto animal se atravesara en el camino.
Sin embargo, hoy en Cuba nadie recuerda quién importó ese primer biciclo. Es una información bastante intrascendente, la verdad. Parece haber una cultura del cubano en relación al dichoso artefacto que resulta bastante moderna. Atravesada, quizás, por la década de los 90.
Una gran necesidad conlleva una gran solución, diría el tío Ben si le tocara nuestro sistema de transporte público. Y así sucedió en el período especial. Hasta los vanguardias dentro de centros laborales recibían, como premio, bicicletas, los kilómetros que debían cubrir los motores de combustión fueron sustituidos por piernas y pedales. Había, sí o sí, que moverse del punto A al punto B, como la economía.
Y así el transcurso de los años nos dejó una estética bastante bicicletera. Quizás con la actual crisis económica deberían pulular mucho más en nuestras calles, pero no ha sido el caso esta vez. Bastante caras se han mantenido. En sustitución han llegado las motorinas, más caras aún pero implican menos pedal y menos pierna. Y sobre todo, más velocidad.
Entre motos y bicicletas el paisaje toma forma. Son elementos añadidos que perfectamente pueden terminar como material para el foco de una cámara. Y aprovechando que antes del final de este 2022 se implementará un programa piloto de bicicletas públicas en La Habana decidimos, en Cubahora, enfocar el lente hacia los dichosos artefactos.
Desde bien temprano se comienzan a ver las primeras familias montadas en una sola bicicleta. Cuando el trayecto es largo hay que salir temprano (Foto Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
Dicen algunas estadísticas desactualizadas que 8 de cada 10 personas en Cárdenas poseen bicicleta. Pero en la capital de Matanzas las motos se han adueñado del paisaje. Incluso, cobran pasaje dentro de la urbe. ¿Quién necesita bicitaxis cuando tienes motos? (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
La tercera edad que nunca se ha quedado atrás (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
Cuando en Madruga la granja de pollos en la que trabajas queda a 3 kilómetros atravesando un camino por el cual no pasan guaguas… una bicicleta puede ser la diferencia entre la vida y el cansancio. Serían 3 km a la ida y 3 km a la vuelta (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
¿Quién fue primero, el bicitaxi o la bicicleta? (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
Hasta allá llegamos varios colectivos hace unas dos semanas para ayudar a la recuperación tras el huracán (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
Un fotograma de Cuba a través de la pared pintada de una parada de guaguas (Foto Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
Un parque en Güines y un ciclista que, tratando de arruinar la foto, solo la mejoró (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
El poblado de Aguacate. Habría que hacer algún fotorreportaje de los tractores en Cuba. Probablemente la mayoría hayan pasado por tantos procesos históricos que tengan las mejores historias por mostrarnos. Queda pendiente (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
¡Oh! Las bicicletas eléctricas. Infinito el ingenio del hombre (Foto: Pedro Pablo Chaviano / Cubahora).
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.