Puntos negros difíciles de extraer

Como siempre, mi respetuoso saludo a ti que enriqueces el blog con tu maravillosa presencia y que formas parte de los corazones inquietos que aman y disfrutan de la belleza, el conocimiento, el servir y el compartir; fuera de lo cual no hay belleza perdurable.

Es común que la mayoría de las personas se preocupen y ocupen de las llamadas espinillas negras o puntos negros. Claro que la mayoría no resiste su presencia y, de vez en cuando, da o pide a alguien que le de ciertos apretones al inoportuno visitante. Aunque recuerdo siempre que el problema no son los apretones sino la manera adecuada de hacerlo.

Sin embargo, a veces, ciertos puntos negros se muestran hostiles a la extracción y apretamos y apretamos consiguiendo sólo dañar la piel. En esos casos vamos a necesitar de algunos conocimientos o consejitos extras.

Una de las principales carencias que el público en general posee a la hora de comprar un producto cosmético industrial está en la escasa y comúnmente nula información o educación con respecto a la acción que ejercen algunos de los ingredientes que componen a dicho producto.

Si alguien desea realizar una compra efectiva y personalizada entonces debería instruirse, de manera general, sobre ciertos elementos o sustancias químicas y sus principales efectos. Así tendrá más argumentos para decidir qué productos elegir y cuáles no.

En este artículo estamos comentando sobre puntos negros y, sobre todo, de aquellos que suelen incrustarse de manera resistente en el conducto pilosebáceo o poro de la piel. Existen cremas, mascarillas o geles de naturaleza industrial que resultan de utilidad en la prevención y eliminación de los comúnmente llamados puntos negros, cuyo nombre científico es comedón abierto.

Dichos productos ayudan a la limpieza de la piel del rostro a la vez que efectúan una ligera exfoliación mediante la cual se deshacen, progresivamente, de la capa de células muertas que aún permanece adherida a la superficie cutánea. Este tipo de productos se distinguen, en general, por la presencia de dos sustancias:

• Ácido salicílico: en el tipo de productos a los que estamos haciendo referencia, el ácido salicílico se encuentra en una concentración del uno o el dos por ciento. Esta sustancia es una de las más empleadas debido a propiedades como, por ejemplo, que no enrojece, irrita ni reseca la piel; su capacidad para penetrar en el poro o folículo es elevada; ayuda a desprender las células muertas desde el interior del conducto permitiendo que el mismo se mantenga libre de restos celulares, acción que redunda en la disminución del número de poros obstruidos.
• Peróxido de benzoílo: es otro ingrediente de presencia frecuente en los productos a los que estamos haciendo referencia. Los cosméticos con estos elementos tienen como función principal la de disolver toda la capa sebácea cerosa acumulada en la piel, obteniendo así una desobstrucción de los conductos pilosos así como la consecuente eliminación de puntos negros y blancos. Es cierto que es una de las sustancias más efectivas pero, al mismo tiempo, es de las más agresivas por lo que hay que tener cuidado con su grado de concentración así como con el tipo de piel en la que se aplicará.

Ahora quiero compartir una mascarilla casera muy útil en el combate y prevención de los puntos negros incrustados, su materia prima es la clara del huevo.

Desde hace mucho se ha considerado por muchos que el contenido proteico en ciertos alimentos contribuye a aliviar determinados problemas en la piel gracias a su acción antibacteriana. Esto hace que algunos alimentos resulten de gran utilidad para enfrentar situaciones como el acné o, en el caso que estamos tratando, los comedones que se muestran resistentes a la extracción. Veamos cómo se hace:

1. Parte un huevo y extrae, en una vasija seca y limpia, su clara. Es importante que no tenga ningún vestigio de yema.
2. Aplícala ayudándote de un pedazo de algodón o toallita limpia, hazlo dando pequeños toques.
3. Espera a que seque totalmente para volver a aplicar una nueva capa. Repite hasta tener cinco capas aplicadas una sobre otra.
4. Una vez seca, enjuaga la mascarilla con agua tibia y seca luego el rostro dando también pequeños toques pues la piel del rostro no se seca arrastrando sino palpando con suavidad.
5. Aplica entonces alguna crema hidratante ligera sobre la piel.

Ahora sigamoss nuestro andar pues, como bien decía Confucio, aún tenemos mucho por comprender sobre la existencia y su inagotable belleza. Amiga y amigo, no pierda la costumbre de regalarnos su visita. Cada semana, encuentre unos minutos y transite por aquí, por este lugar donde la belleza y el bienestar andan de la mano y siempre acompañados por el amor. Chao y suerte.