El pasado 7 de febrero se publicó en este espacio el post Transmedia, la narrativa del futuro de la joven periodista Olivia Marín Álvarez, ampliamente debatido por varios usuarios. Este jueves recibimos a Susana Pérez Gil, otra colaboradora recién graduada. Con ambas tuve el placer de trabajar como tutora de su Tesis de Licenciatura. Como yo, espero que muchos internautas disfruten –y aprovechen- la lectura y el análisis de sus propuestas.
Por Susana Pérez Gil
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Cuarenta y cuatro caracteres fueron suficientes para Augusto Monterroso. El autor latinoamericano, célebre por cultivar el microrrelato, tal vez nunca imaginó mientras escribía uno de sus cuentos más conocidos que fácilmente ajustaría en un tuit (españolización del término).
Desde su irrupción en la Web, la red social gana adeptos cada día. Presidentes, políticos, músicos, deportistas, medios de comunicación, shows de televisión… pluralidad de perfiles y mensajes pueden ser encontrados en este espacio. Millones de cibernautas en todas partes del mundo comparten información, noticias, pensamientos a través de la plataforma. El requisito primordial: no exceder los 140 caracteres.
Últimamente, la literatura también ha encontrado un lugar en Twitter. El propio Monterroso inspiró la creación de una cuenta en su homenaje (@GustoMonterroso) en la cual, según el anuncio, se persigue “difundir versiones del microcuento El Dinosaurio”.
Otros escritores gozan de igual suerte. Sus obras son difundidas, comentadas, reinventadas, reinterpretadas. Pero algunos han ido más allá, algunos prefieren escribir cuentos, poesía, hasta novelas, mediante el formato ofrecido por Twitter.
Desde algún tiempo, en países como Argentina, Canadá y los Estados Unidos han surgido varios intentos por desarrollar la narrativa generada en la red social. A mediados del 2012 la prestigiosa revista The New Yorker junto a la escritora estadounidense Jennifer Egan, presentó el relato corto “Black Box”, a través de tweets publicados durante una hora en un período de diez noches.
El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince (@AbadFaciolince), quien decidió escribir una novela corta en una cuenta del sitio, declara en su artículo “Escribir en tiempos de Twitter”: “Las horas que antes dedicaba a leer y escribir libros de papel, las uso (¿las pierdo?) casi todas leyendo y escribiendo en la pantalla, por internet. Y lo que escribía a mano o en computador, lo hago ahora directamente en la red. La escritura ya no es una “obra”, como dicen, pomposos, mis excolegas escritores, sino un borrador. Ahora me equivoco en público”.
Respecto a la incursión de la literatura en la web la investigadora española Laura Borrás, presidenta del grupo de investigación Hermeneia sobre estudios literarios y tecnologías digitales, señala aspectos interesantes: “La literatura que se ha adentrado en el espacio digital no es solo una traslación más, una migración de las palabras de la página hacia la pantalla, de la tinta a los pixeles, de formas estáticas hacia formas dinámicas, sino representa una cierta amplificación de las potencialidades de la literatura tal cual la conocemos y que implica un nuevo orden de escritura y también un nuevo orden de lectura”.
El escritor digital construye su lenguaje dialogando con el ordenador y, atención, dialogando (de manera directa e inmediata) con sus lectores que, en ciertos casos, pueden incluso llegar a participar con un nuevo texto dentro de la obra”.
FICCIÓN EN TWEETS
“Twitter es un lugar para contar historias. A menudo estas historias son acerca de noticias, política, quizás deportes o música, pero resulta que Twitter también es un lugar genial para contar ficción. Según un profesor de Michigan State University: tuitear podría convertirse en una nueva práctica literaria. Por eso, queremos celebrarlo.”
Así anunció el blog de la red social la primera edición del Twitter Fiction Festival en octubre del pasado año. Cinco días, cinco idiomas, representantes de los cinco continentes, en un evento completamente virtual donde la experimentación literaria en 140 caracteres fue el pretexto para reunir a miles de sus seguidores.
La convocatoria, extendida hacia escritores y tuiteros interesados en explorar las potencialidades creativas ofrecidas por la plataforma online, pretendió además modificar la imagen de los contenidos expuestos por el sitio; los mismos que, en ocasiones, han sido catalogados de escuetos o superficiales. Un jurado, compuesto por ocho personalidades del entorno editorial de los Estados Unidos, escogió veintinueve proyectos que prevalecieron por sus atractivas propuestas.
Además de los seleccionados, aquellos que quisieron participar también pudieron hacerlo mediante el hashtag #twitterfiction. Crear un perfil para un personaje ficticio, contar una historia en un tweet o varios, fueron algunas de las fórmulas ofrecidas por la red de microblogging que hizo un llamado a “romper los límites”.
Buscamos originalidad y personas que deseen emplear a Twitter en un contexto diferente, comentó para Los Angeles Times, Ryan Chapman (@chapmanchapman), uno de los integrantes del panel de expertos. Otro miembro, Yael Goldstein Love (@ygoldlove), cofundador y director editorial de Plympton, destacó la importancia del evento como una oportunidad para extender el fórum por la narrativa online, y entre otras cosas señaló: Twitter es global y algunas personas la emplean para hacer ficción.
Desde el 28 de noviembre hasta el 2 de diciembre los concursantes presentaron sus proyectos organizados por horarios, de este modo la audiencia pudo seguirlo organizadamente, porque como indicó Andrew Fitzgerald (@magicandrew), jefe de programación editorial de Twitter: el festival no es solo para los escritores, sino también para los lectores.
Y así fue. Durante el evento, los usuarios no solo participaron, también colaboraron junto a los participantes en la construcción de los relatos, incluso decidiendo el final de algunos. La estadounidense Elliott Holt (@elliottholt), una de las elegidas, presentó un cuento de suspenso en el cual, a partir de las evidencias presentadas, los lectores debían decidir si se trataba de un accidente, un suicidio o un asesinato. El francés Marc Capelle (@marccapelle) creó la historia de Marcel Lasoen (@MarcelLasoen) un anciano que emplea su cuenta en Twitter para recuperar a su familia, y desde Argentina, Marcos Pereyra publicó un Twitter thriller titulado “Te sigo”.
El festival, al parecer, cumplió su objetivo: expandir las potencialidades de la red de microblogging hacia nuevos horizontes comunicativos. El propio Fitzgerald comentó estar impresionado por la cantidad de seguidores que se unieron al evento para compartir sus propias historias. Igualmente, Ryan Chapman afirmó: “Twitter está transformando sus funcionalidades todo el tiempo. Espero que lo repitan”.
Jack Ripper
27/2/13 11:26
Muy buen artículo, presenta otra cara de Twitter, principalmente utilizado para difundir noticias por la inmediatez que lo caracteriza. No obstante, creo que la propia inmediatez y el límite de caracteres, es un arma de doble filo como medio literario, pues si bien se gana por estas dos ventajas, se pudiera perder la magia que tiene un cuento o novela bien elaborado desde el punto de vista de la historia a contar y de los recursos expresivos. Mi felicitación para la Leidys por la selección de temas y autoras. Los dos últimos han estado geniales.
jorge ignacio
21/2/13 9:08
que maravilla como los envidio , yo no puedo tener una cuenta
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