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lunes, 25 de noviembre de 2024

Curación de contenidos, para encontrar la aguja en el pajar

“El mundo está inundado de datos sin sentido. Los lectores están ávidos de claridad y comprensión. La curación de calidad, dentro de un contexto periodístico, es una cosa maravillosa”, afirma el especialista Steven Rosenbaum…

Leidys García Chico
en Exclusivo 14/03/2013
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Hidrante abierto
Consultar información en Internet es como beber de una boca de incendios.

Por Olivia Marín Álvarez

La “avalancha” de información en Internet al investigar sobre un tema específico es un reto para la mayoría de los usuarios de la red de redes. ¿Cómo discriminar un sitio web y privilegiar otro? ¿Qué garantía poseemos de que los datos ofrecidos por esa página sean exactos?

Cuando se trata de aclarar nuestras dudas referentes a ciertos tópicos o conocer más acerca de un suceso específico, basta con dar clic en los primeros resultados que nos ofrece Google y la curiosidad queda satisfecha, pero qué hacer si nos proponemos una búsqueda más profunda y responsable.

Según Steven Rosenbaum, autor del libro “Nación Curaduría: Cómo triunfar en un mundo donde los consumidores son los creadores”, la gran cantidad de información impulsa a buscar material de calidad, reflexivo, filtrado y organizado por los humanos, investigado por periodistas, intelectualmente relacionado.

Y precisamente en eso consiste la curación de contenidos: la capacidad por parte de un sistema o del ser humano de encontrar, organizar, filtrar y dotar de valor, relevancia, y significatividad el contenido de un tema específico que procede de diversas fuentes (medios digitales, herramientas de comunicación, redes sociales, etc.).

Proveniente del latín curare -cuidar-, el término curador de contenido, a semejanza de los curadores en los museos o exposiciones de arte, designa a quienes realizan esta tarea, responsables de destacar ciertos contenidos sobre otros menos relevantes, de acuerdo a su criterio.

Por tanto, deberá ser alguien con cierto nivel de preparación o conocimiento sobre el tema en cuestión, con el objetivo de garantizar que la información sea de calidad.

El sitio Storify propone cinco fases para la puesta en práctica de estas labores:

1.    Descubrir: identificar los sitios que abordan los tópicos a tratar

2.    Producir: empleo de las herramientas de curación para filtrar el contenido deseado

3.    Compartir: socializar el contenido en las redes sociales y otras plataformas

4.    Actualizar: mantener un tráfico constante de la información

5.    Medir: examinar las visitas, feedback en redes sociales, comentarios de los posts con el objetivo de identificar los temas o subtemas con mayor popularidad para la próxima curación

CURACIÓN DE CONTENIDOS Y PERIODISMO

En el contexto periodístico, la curación de contenido se muestra como parte indisoluble en el proceso de generar relatos atractivos para los usuarios, con una pluralidad de fuentes de información.

De acuerdo con Beatriz Aguilar, editora de SocialMediaBlog.es, no se trata sólo de “recolectar” contenidos sino también de producirlos de forma que sean “consumidos” y los públicos quieran participar en la conversación. Permite enriquecer y contextualizar los contenidos según las necesidades del sector temático.

Por su parte, Rosenbaum explica cómo la curación de contenidos es una parte importante, esencial incluso, del periodismo. “El mundo está inundado de datos sin sentido. Los lectores están ávidos de claridad y comprensión. Y los periodistas están entrenados para encontrar el significado y reunir los hechos de forma coherente. La curación de calidad, dentro de un contexto periodístico, es una cosa maravillosa”.

En este sentido, existen una gran cantidad de herramientas con el objetivo de facilitar el proceso, no sólo para los periodistas, sino también para cualquier usuario. Tal vez, una de las más empleadas por los profesionales del gremio es Storify.

Aunque también se encuentran otras que poseen gran aceptación, Storify permite la narración de historias a partir de lo publicado en las redes sociales, mediante una variedad de recursos, como ya se explicó en una entrega anterior de este blog.  

Los periodistas pueden organizar los hechos cronológicamente, al tiempo que brindan datos sobre un mismo suceso obtenidos de una diversidad de fuentes. Tal fue el caso de la cobertura noticiosa de la televisora francesa TV5Monde al sismo ocurrido en Japón en 2011.

En nuestro país, este rol es asumido mayoritariamente por especialistas en Ciencias de la Información o documentalistas, que desde hace algún tiempo protagonizan los procesos de cambio en las lógicas productivas de varios medios de comunicación, sobre todo nacionales. En otros casos, son periodistas con técnicas de gestión documental que, inmersos en la rutina de sus medios, aprovechan las herramientas disponibles en Internet para diferenciar la oferta mediática que ofrecen, aunque aún los resultados demuestran bajos niveles de aprovechamiento en distintos espacios periodísticos cubanos.

El Instituto Internacional de Periodismo José Martí imparte un diplomado dedicado a estos temas, con el objetivo de fomentar una cultura de búsqueda y recuperación de información que amplíe y profundice las miradas y los asuntos abordados en nuestra prensa. Además, el Centro de Información para la Prensa (CIPRE) promueve el uso de diversos recursos de información como vocabularios controlados, compendios, catálogos, entre otros servicios que pueden ser consultados en la dirección http://www.cip.cu


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Leidys García Chico

Profesora de Periodismo - Universidad de La Habana, UH, Cuba.


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