Cuando la escuché no lo podía creer. Amalia estaba en el balcón cantando en portugués, con el recogedor haciendo de micrófono. Era el estribillo de A primera vista, una hermosa canción que interpreta el músico argentino Pedro Aznar.
Yo amo ese tema, y por entonces lo escuchaba casi todos los días mientras cocinaba, y los niños jugaban alrededor mío. Pensé que estaban ajenos a mi lista de reproducción, pero evidentemente no era así.
Aquella tarde sentí una emoción total, porque había que ver cómo Amalia, con solo tres años, ponía toda su expresión en unas palabras que no entendía.
En la niñez, todas las formas del arte son importantísimas. A través de ellas se desarrolla la creatividad, la curiosidad y el espíritu crítico; mejora la expresión verbal y corporal, la motricidad, el ritmo y la coordinación mano-ojo; y se educa la estética, porque se aprende a identificar lo hermoso.
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Lo más importante es que mediante actividades artísticas las niñas y los niños expresan sus sentimientos y eso es fundamental para eliminar la ansiedad y aumentar la autoestima. También les es más fácil entender la representación simbólica, la relación espacial, el orden, los números y las cantidades.
Además, favorecen la empatía, la cooperación con otras personas y el sentido de pertenencia a los grupos.
No hay una edad determinada para empezar, desde los primeros años el arte llena de luces la vida. No se trata de formar futuros artistas, aunque pueda que lo terminen siendo; todos lo necesitan, sin excepciones.
Como reconoce Guía Infantil, "si le dejas que se exprese libremente, entonces sí podrá ser lo que quiera ser porque será una persona más sensible".
Y ese es otro de los presupuestos básicos: la libertad. No se trata de establecer un rígido programa académico en casa, ni inscribirlos en clases que les resulten una tortura, sino de acercarlos al universo del arte desde la espontaneidad y el disfrute.
Hoy Matrioska de Isla ofrece diez consejos para ayudar a las madres y padres comunes, los que tienen mucho trabajo y poco tiempo, pero que saben que la crianza es un trabajo de amor, donde ningún esfuerzo por la felicidad de la prole es demasiado ni en vano.
1. Leer cuentos
Cuando los niños son pequeños parece una tarea titánica hacer que se concentren en una historia, luego viene la feroz competencia de la tecnología. Pero si se persevera, el milagro ocurre: terminan por prestar atención a un cuento entero y hasta los piden.
La clave está en usar la imaginación para engrandecer las historias, apoyarse en las imágenes, y no frustrarse si la Caperucita se queda a medio camino. También es importante regalarles libros, hacerles un sitio especial para guardarlos, y no hacer mucha alharaca si en el camino alguno termina roto o pintado: los libros no pueden ser objetos intocables.
2. Ponerles música
Este consejo está recomendado incluso desde el embarazo. Cantarles antes de dormir, ponerles música acorde con su edad, enseñarles canciones, es un gran divertimento para toda la familia.
Ellas y ellos tienen el primitivo sentido del ritmo, la música los llena de alegría y los calma o estimula. No está de más recordar que alejarlos de canciones violentas, con alusiones sexuales y peyorativas, es un deber.
3. Bailar
Esta es una actividad fenomenal para hacer en familia, y desestresa como pocas. Los más pequeños no tienen sentido del ridículo, solo les importa divertirse, y a los grandes se nos pega.
Es una buena oportunidad para enseñarles determinados tipos de baile, y que hagan ejercicio.
4. Ir a museos
No hace falta recorrer el Museo de Artes Decorativas ni detenerse en cada pancarta del Castillo de la Real Fuerza. Primero, hay que escoger un tema que les pueda resultar interesante a nuestros hijos, y luego estar preparados para ser flexibles, de nada vale la visita si terminan agotados y llorosos.
Que miren lo que les resulte interesante, y si solo quieren estar diez minutos, pues bien. Resulta muy útil crearles antes expectativas de lo que verán: un cuadro muy grande, un barco de verdad, un cañón... y estar preparado para relacionar todo con sus personajes favoritos y anteriores experiencias.
Un museo puede ser una oportunidad inigualable para estimular la curiosidad infantil; además cada vez hay más de esas instituciones que tienen opciones interactivas y enfocadas en los niños.
5. Crearles su propia galería
Dibujar es un entretenimiento seguro, aunque peligroso para las paredes de la casa. Una manera original de que se motiven por la pintura es crearles su propio espacio para exhibir sus dibujos.
Puede ser en el refrigerador, en una cuerda en la pared del cuarto, mediante presillas, ideas hay muchas en internet para hacer un rincón bonito y funcional.
Además de pintar con colores, crayolas o temperas, se les puede incitar a usar técnicas como el collage con revistas y periódicos viejos. También pueden jugar a imitar cuadros muy famosos, el resultado será sin dudas hilarante.
6. Hacer teatro
Hace falta muy poco: una sábana que haga de telón, unas ropas para disfrazarse y mucha imaginación. Es posible representar cuentos, historias que ellos se inventen, películas que les gusten.
Sin dudas un niño que tiene toda la atención de su familia se sentirá importante y halagado. Si los adultos se suman, mucho mejor.
7. Disfrutar el arte en vivo
Conciertos, obras de teatro, presentaciones de libros... todo lo que sea acorde con sus edades es bueno y una manera para enseñarles el respeto a los artistas, a guardar silencio, a aplaudir, a no retirarse mientras están en escena.
No siempre será fácil que permanezcan concentrados y no pasa nada, los espectáculos infantiles suelen ser flexibles. De todas formas, aunque la actividad sea para el público general, lo cierto es que no debemos disculparnos porque los niños hagan cosas de niños, que no quiere decir alentar conductas irrespetuosas.
8. Usar la tecnología de forma positiva
Aun cuando decidamos criar con una participación escasa o nula de la tecnología, ella está ahí, omnipresente. Por eso es buena idea usarla de forma controlada para enseñarles a hacer fotos o videos; y también jugar a hacerle retratos a toda la familia, filmar videos clips o pequeñas películas.
9. Atender a las vocaciones
Si detectamos que nuestra hija o hijo tiene una vocación artística, es muy importante apoyarlos. Hay carreras que empiezan muy temprano, y por eso si la familia no hace de sostén e impulso, no se logran.
Nunca puede perderse de vista que el deseo tiene que venir del niño, no de un padre o una madre que sueña con aplaudir a un bailarín o una pianista. Ello implica mucho sacrificio de los progenitores, incluso para impulsar a los hijos cuando quieran rendirse.
10. Predicar con el ejemplo
De nada vale querer que nuestros hijos consuman y aprecien el arte, si no lo hacemos nosotros. Para que de verdad surta efecto, deben ver que en su hogar el arte juega un papel importante, que se lee, se ve cine, se escucha música, se va al teatro...
La influencia externa es fuerte, no podemos evitar que descubran música con letras soeces, que aparezcan ciertos ídolos de cartón... pero debemos confiar en que toda buena influencia siempre aflora.
Tamara Dovale Moisés
1/4/23 12:25
Maravilloso,. Todos los padres y madres deben leer esto, incluso antes de pensar serlo. Un niño que viva en un ambiente así es sin dudas feliz y se formará con una gran riqueza cultural. espiritual y con muchos valores. Muchas gracias por estos consejos. Tristemente vemos familias que hacen todo lo contrario y exponen a sus hijos al REGUETÓN y otras vulgaridades, además de ejemplos deformadores. Según nuestro Código de laa Familias es un deber de la familia la correcta crianza de los hijos y formación de valores
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