Cien de Años de Soledad, magia e historia

“Cien de Años de Soledad” es de los libros más importantes de nuestra región y en especial del conocido como el Boom latinoamericano. De este fue partícipe un grupo de escritores que revolucionó la literatura y la hizo conocida más allá de nuestras fronteras. Entre ellos estaba el peruano Mario Vargas Llosa, el mexicano Carlos Fuentes, el argentino Julio Cortázar y el colombiano Gabriel García Márquez, este último autor de la obra en cuestión.

La novela está ambientada en el ficticio Macondo, un pueblo mítico donde vivirán las siete de generaciones de Buendía, que protagonizan la historia. Allí ocurrirán hechos que recuerdan la historia de Colombia y de la América.

El lugar fue creado bajo la tutela de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, también los padres fundadores de la familia. Estos tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta, nombres que también serán de hijos de otros hijos, y aparecerán una y otra vez en el libro.

Esta obra transcurre en ciclos que perpetúan una tendencia hacia la infelicidad, a la soledad de los personajes. Trata temáticas como la guerra, reflejada en una Guerra Civil que de una forma u otra marcará el destino sobre todo de los hombres de la familia; el incesto, tema tabú desde el inicio, y el misticismo, que vemos por ejemplo en el gitano Melquíades.

Elementos de la cultura popular sirvieron de inspiración para García Márquez, quien escribió el libro con maestría según la corriente literaria del realismo mágico. Así que cosas fantásticas suceden sin que nadie se espante en la novela.

Además de los personajes, dentro de la obra destaca la casa como protagonista silenciosa. En ella han vivido todos los Buendía y supuestamente la habitan hasta los fantasmas de generaciones pasadas. También la naturaleza es otro ente vivo y además  inverosímil, ya que por ejemplo, hace que llueva sin parar durante alrededor de cuatro años.

“Cien de Años de Soledad” es un libro que no se lee de una sentada o a mi parecer que a veces cuesta continuar, quizás por la minuciosidad con la que narra García Márquez o por la repetición de los nombres; pero que se disfruta.

Se los recomiendo con este fragmento del principio del libro, de los mejores comienzos que he leído: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”

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