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domingo, 24 de noviembre de 2024

Flick, la ilusión de los necesitados (+Fotos)

El seleccionador alemán enfrenta el reto de devolver al Bayern Múnich el buen fútbol y la filosofía ganadora...

Haroldo Miguel Luis Castro
en Exclusivo 19/11/2019
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Hansi Flick
La propuesta táctica de Flick sorprende por el equilibrio exhibido tanto en facetas ofensivas como defensivas (Foto: Guetty Images).

Para nadie resulta un secreto, el llamado fútbol moderno se debate entre la eterna falacia de la sobriedad, la sacrosanta fe en el pensamiento obtuso y abstracto del estratega condenado a descubrirse profeta, y la irremediablemente causal “disculpa” de lo espontáneo.  Porque, querámoslo o no, a este juego por antonomasia lo envuelve el halo místico del caos y lo impredecible.

El alemán Hans-Dieter Flick quizás sea la más reciente víctima de la improvisación. La salida por la puerta de atrás de Niko Kovač de carambola le abrió el camino para sentarse en el banquillo de un Bayern Múnich protagonista del peor inicio liguero desde la ya lejana temporada 2010-11. Kovač —antojado la partitura discordante de una melodía integrada primero por Louis van Gaal, luego por Jupp Heynckes y más tarde por Josep Guardiola—terminó cumpliendo los augurios de quienes lo intuían poco capacitado para asumir las riendas del club. Sin llegar a convencer gestionó una plantilla que, pese a quedarle enorme en demasiadas ocasiones, continuó con la tónica de reinar sin oposición en la Bundesliga.

 Con Niko Kovač en el banquillo, el Bayern Múnich conquistó Liga y Copa  (Foto: DFL).

Pero el tiempo se encargó de erosionar a una oncena insípida y lineal. La supuesta incapacidad de los jugadores para plasmar sobre la cancha las indicaciones de la pizarra, la ruptura amorosa del míster con la afición y, por supuesto, las pálidas victorias y escandalosas derrotas lo llevaron a firmar de mutuo acuerdo con la directiva su desvinculación inmediata. Entonces, aunque siempre estuvo allí, en el anonimato predestinado para los segundos, apareció el bueno Flick.

Quien también fuera, entre otras cosas, el copiloto de Giovanni Trapattoni en el RB Salzburgo y de Joachim Löw en la absoluta germana, asumió la capitanía del navío bávaro con las órdenes de evitar a toda costa el temido declive. Extraclases de la talla de Arséne Wenger, Erik ten Hag, Massimiliano Allegri o Josehp Mourinho se llegaron a asociar a un Bayern necesitado de volver a saberse en las manos de un técnico coherente y con identidad propia.

Sin embargo, acaso por el cúmulo de sensaciones recuperadas en apenas 180 minutos o, sencillamente, porque para estas fechas pocos se atreven a tomar las riendas de un equipo con tan extraordinario compromiso competitivo, Flick se antojó la carta más conveniente para andar lo que resta de campaña. El DT cuenta con el apoyo del vestuario por su carácter cercano y capacidad táctica, algo que, al parecer, se echaba de menos en la ciudad deportiva de Säbener Strasse.

A pesar de haberse disputado apenas dos encuentros —goleada al  Borussia Dortmund incluida— esta nueva versión del conjunto muniqués da señales manifiestas de encontrarse en plena metamorfosis. Si bien Hansi ha preferido continuar con los mismos esquemas, alternando entre el 1-4-1-4-1 y el 1-4-2-3-1, como sello personal ha arriesgado por la estabilidad al repetir alineación en encuentros consecutivos por primera vez en el presente curso.

Con un central readaptado al lateral derecho (Benjamin Pavard), un centrocampista defensivo sin complejos para asumir el rol de central (Javi Martínez), un lateral izquierdo acomodado a la posición de último hombre (David Alaba) y un extremo con mucho camino por recorrer (Alphonso Davies) ha conseguido un cerco alrededor de Manuel Neuer diestro a la hora de salir con el balón. Con Joshua Kimich y León Goretzka en un doble pivote garantiza seguridad en las transiciones defensa-ataque, y con Thomas Müller de regreso al papel de “10”, acompañado por Serge Gnabry y Kingsley Coman en el centro del campo, potencia a un Robert Lewandowski en estado de gracia.

El ariete polaco Robert Lewandowski lidera la ofensiva de "Los rojos" con 16 dianas en 11 partidos (Foto: DFL).

En cuestión de una semana Flick logró algo imposible para Kovač en año y medio: construir una selección sobre la base de la intensidad y el trabajo colectivo. Apuesta que ha dado los dividendos de seis goles a favor y ninguno en contra, números alentadores para una escuadra blanda atrás y falta de chispa adelante.

Como broma perversa del destino ha quedado la coincidencia del retiro del director deportivo y arquitecto del Bayern Múnich, Uli Hoeness, con la incertidumbre en torno a la figura del entrenador. El destacado exportero y futuro CEO de la entidad, Oliver kham, ya advirtió sobre la importancia de tomarse las cosas con calma y pensar a conciencia el encargado de iniciar una nueva era. Mientras, a Hansi Flick solo le queda apegarse a la manida filosofía del partido a partido para intentar devolverle la alegría a una entidad obligada a conquistar Europa y a mantener la supremacía en casa. Por el momento, el viejo zorro teutón cuenta con el beneficio de la duda. El tiempo dirá cuánto crédito merece.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster


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