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viernes, 22 de noviembre de 2024

En Cuba, las brujas andan sueltas

En nuestro país ha habido brujas. Al menos, tal aseguran muchos de los que peinan canas...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 10/11/2013
8 comentarios
Brujas en Cuba
Sin dudas, las brujas sirven para todo, si hay credulidad suficiente.

Hace casi dos mil años, Séneca comentaba: “Somos todos miembros de un gran cuerpo. La naturaleza nos hizo familiares, dándonos un mismo origen y un mismo fin”. Y, a no dudar, mucha razón llevaba el filósofo latinoespañol.

 Sí, porque todo aquel que examine, en pueblos diversos y alejados, sus costumbres y usos, sus modos de construir o de nutrirse, sus mitos y leyendas, sus esperanzas y terrores, siempre hallará un rastro de identidad probatorio de que el hombre es uno y el mismo bajo todos los cielos.

Así, los indoamericanos tienen su Noé, que no se salva del Diluvio en un arca, sino trepado en una palmera. Y los africanos su Prometeo, quien roba el fuego divino envolviendo unos tizones en hojas de plátano.

Los hebreos, en su libro sagrado, nos cuentan que Moisés abrió las aguas del Mar Rojo, que quedaron suspendidas a los costados como murallas, para que entre ellas pasara el pueblo. Pero otro tanto hace un héroe legendario de los carabalíes.

Sí, ya lo decíamos, el hombre es uno y el mismo en cualquier latitud, con semejantes anhelos y frustraciones, misterios y certezas.Y el mito de las brujas no es una excepción.

 LAS SEÑORAS DE LA NOCHE

Dígase, de una vez, que en Cuba ha habido brujas. Al menos, tal aseguran muchos de los que peinan canas. Claro, estas aliadas del Enemigo Malo tienen por acá  muy particulares características. ¿Una de ellas? Bueno, pues su afición al consumo de productos nacionales a la hora de elaborar sus emplastos y pociones, sus pócimas y líquidos lustrales.

¿Una prueba de lo antes dicho? De inmediato: dicen que por estas tierras las brujas, para emprender vuelo, se untan en las axilas la manteca del majá, el Epicrates angulifer, la inofensiva boa cubana.

Tan sencillo: un toque de manteca del majá y… ¡zas!, helas ahí surcando el espacio en noches de aquelarre. Por lo demás –dicen eruditos muy bien enterados---,   las brujas cubanas poseen más de veinte puntos de contacto con sus parientas europeas, de quienes nos llegó el mito, previa escala en las Islas Canarias.

De todos modos, nuestras brujas tropicales tienen costumbres sui géneris. Una de ellas es que gustan del fandango. Se asegura que cantan uno que dice así: “Si me pierdo tú me buscas / a las doce `el mediodía, / donde nace la morena”. Y, según es tradición, esta tonada les sirve de antídoto para seguir volando y no caer a tierra cuando las gentes les aplican los remedios antibrujas: el ajonjolí y la mostaza.

En la finca La Josefa, allá por Cienfuegos, Samuel Feijóo escuchó la siguiente declaración por boca del isleño Ceferino Rodríguez: “Yo vine de Canarias cuando tenía trece años. Me acuerdo que entonces un isleño, casado, también vino a Cuba y se echó a una mulata de mujer.

“La mujer propia lloraba en Canarias, porque ni cartas recibía. Entonces una noche la llevaron a ver a una bruja, para que le dijera lo que le pasaba a su marido en Cuba. La bruja le contó que él estaba enreada`o con una mulata.

“La mujer le contestó que quería verlo, y enseguida la bruja le dijo: --Bueno, coge esa escoba y móntate en ella. Cada una se montó en una escoba y se puso un poco de mágica en el sobaco y dijeron: --¡Sin Dios y sin Santa María! Y salieron volando, tan rápido que al cabo de unas horas ya estaban en la finca del marido.

“La bruja sacó dormida a la mulata de la cama y le dijo a la mujer: --Ve y acuéstate con tu marido". Así fue. Y en la oscuridad… ya usted sabe lo que pasó. Y después salieron las dos volando para Canarias.

“Pasaron los meses y la barriga le creció a la mujer, y ya iba a parir cuando el marido se apareció en Canarias, y al verla barrigona le dijo: --¡Traidora, me engañaste! “Entonces la mujer fue a buscar a la bruja, y ella le hizo el cuento al marido celoso, y le dijo: --¡Esa barriga es tuya! “Y el isleño bajó la cabeza y cargó con la mujer otra vez”.

(Sin dudas, las brujas sirven para todo, si hay credulidad suficiente. Esto parece un final de cuento de El Decamerón).

Florentino Martínez, durante los más de setenta años en que ejerció el periodismo, se dedicó a recolectar lo referente al folklore de su terruño villareño. Así, recoge la leyenda según la cual un guajiro salió de Santa Clara, por el camino de El Granadillo, hacia su finquita. Iba a pie, y al llegar a un arroyo pantanoso se puso a buscar un paso, en la oscuridad. De pronto se sintió cogido por detrás, izado en el aire y lanzado a la otra orilla, al grito de “¡Comadre Marota, allá va la pelota!”. Después fue arrojado a la orilla original con el mismo grito. (No aclara Martínez cuantas veces rebotó el guajiro, en aquel juego de pelota con el cual se entretenían las brujas).

Allá por Ranchuelo, hay un método reputado de infalible para identificar a las brujas, cuyo aspecto puede ser igual al de una mujer común. Al investigador Joaquín Marrero le dijeron: “Quienes más sabían de estos misterios aconsejaban que cuando se oyese el aleteo y esa bulla en el aire, gritaran: --¡Ven a buscar sal mañana!

 “Si al otro día aparecía una vecina pidiendo un poquito de sal… ¡ésa era la bruja”.

(Después de ese diagnóstico, uno se felicita porque aquí no se aplican los métodos de la tétrica Inquisición).   

 EL FINAL, COMO UNA CONFESIÓN

 ¿Cree el autor de estas líneas en la existencia de brujas en Cuba? Pues sí, y mil veces sí.

 Para ver brujas no hay que ir hasta Alemania, donde la montaña Brocken ha sido famosa por sus aquelarres, uno de los cuales refleja Goethe en Fausto. Aquí vivimos rodeados de brujas. Para saberlo basta con contemplar la mirada hechicera, embrujadora, de muchas de mis compatriotas.

 


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).

Se han publicado 8 comentarios


Maylu Pla
 3/11/21 10:57

Si existimos y no volamos en escobas, es un error pensar así. Lo de volar es metafórico. Deseo ponerme en contacto con usted para que reciba mis agradecimientos personales. Es la primera vez que veo un escrito sobre Brujas en Cuba. Abrazo de luz

Jesús E. Pupo
 25/8/22 2:06

Me gustó mucho el artículo y me ayudó, actualmente me estoy documentado para escribir un libro ambientado en la Cuba colonial dónde estos cuentos y leyendas son más que rumores, si no una realidad. Así que gracias.

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Oscar
 18/10/17 16:15

No he visto nada provechoso e interesante en este artículo, que hable sobre la realidad de las brujas en Cuba.

juanmanuelle
 15/9/17 12:59

hola me llamo juan manuel, desearia conocer a otros wiccanos favor escribirme a juanmanuelle@nauta.com

wiccanLTU
 19/6/17 10:31

Hola mi nombre es julio y soy wiccano . actualmente e decidido que ya no quiero ser un practicante en solitario así que ando buscando . mas brujos y brujas como yo les agradecería que se pusieran en contacto conmigo mi correo es wiccan97@nauta.cu

Ethan
 27/3/16 1:17

En mi famila durante generaciones se ha practicado este especial arte, la Brujeria y que aun se practica.Mi bisabuela trajo consigo esta tradicion desde españa. Yo soy un brujo como mis padres y antepasados, y aunque no volemos en escobas tenemos otros poderes y habilidades que segiremos transmitiendo a otras generaciones.

Morgana
 29/7/14 11:23

yo soy una bruja, una practicante solitaria, inicada de segundo grado, y aunque no vuelo en escoba, porque no soy prima de harry potter, soy y doy fe de que la magia si existe

Naranja
 13/11/13 14:03

Quien dice que no hay brujas? Yo conocí a María la bruja, y me tomé varias brujas beer y ya no las tomo porque me encontré una cucaracha dentro de una botella(seguro era otra bruja).

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