El cubano: un poeta

Se ha dicho —al parecer justificadamente— que el pueblo cubano es un plural, multitudinario poeta.

Y una de las pruebas de esa afirmación la encontramos al recorrer el habla popular de la Antilla Mayor, que constituye un colosal ejercicio poético.

Sin dudas, nuestro fuerte es el lenguaje figurado, traslaticio, al nombrar cosas y acciones siguiendo una trayectoria indirecta, parabólica.

Vaya pues, a continuación, una muestra ínfima de tal pública práctica del lirismo.

BASE (COGER A ALGUIEN FUERA DE): Sorprenderlo in fraganti. (Del béisbol).

BOMBEROS (JUGAR A LOS): Bañarse.

CAJA DE BOLAS: Por clara similitud, la dentadura.

CAJA DEL PAN: Evidentemente, el estómago.

CIENTO ONCE: La gripe, porque “empieza con uno, sigue con uno y… ¡termina con uno!

CHISPA ATRASÁ´ (TENER LA): Ser lento al enfrentar alguna situación. Es voz que se deriva de la mecánica automotriz.

GRANDE (LA): La Habana. (Aquí se sigue una manía constante del habla popular: nombrar al sujeto por alguno de sus atributos. Así, también llamamos los viejos a los padres; fría a la cerveza; el verde al campo).

LATA (LA): El ómnibus, por su parecido, cuando está atestado, con una lata de sardinas.

LECHERO: Tren que hace paradas muy frecuentes, como los de su madrugador homónimo.

PÁGINA DOS (QUEDAR EN LA): Morirse. (Se explica porque en la segunda página de los periódicos solían publicarse las notas necrológicas).

PIEDRAS AL MORRO (TIRARLE): Emprender una acción de imposible resultado exitoso, como sería la de intentar el derribo, con piedras, de la hercúlea fortaleza que custodia al puerto habanero.

REGLA (OUT POR): Seguramente atrapado. Claro está, se deriva del deporte nacional, el béisbol.

TIÑOSA (PARQUEARLE A ALGUIEN UNA): Encomendarle un feo asunto.

TRES Y DOS (ESTAR EN): Encontrarse en una situación apretada, como, en el béisbol, la que encara un bateador en tal conteo.