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sábado, 23 de noviembre de 2024

Así hablamos (XXVII)

Ese coloso, Papa Hemingway, simpatizó con el habla del cubiche...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 19/01/2019
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Lengua-Cubiche
Mi gente tiene una lengua... (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Ernest Miller Hemingway fue --¿quién puede dudarlo?--  cercanísimo a Cuba.

Aquí… bueno, aquí le sucedió buena porción de lo relevante en su ajetreada vida.

Él mismo declaró que uno tiene su casa donde están sus libros, y los suyos aún reposan en Finca Vigía, suburbio habanero.

Aquí se enamoró de la Gulf Stream, la Corriente del Golfo que baña con ternura a la Isla.

Aquí, en el yate Pilar, montó su guerra personal contra los submarinos nazis.

Aquí creó, por cuenta propia,  un aparato de contraespionaje para combatir a los agentes de El Eje.

Aquí, según confesó, aprendió a ser conspirador, en lucha contra el tirano Trujillo.

Aquí hasta creó un trago, el Papa, un daiquirí con doble dosis de ron y sin azúcar.

Aquí donó su medalla del Premio Nobel para Cachita, la Patrona Nacional.

Y aquí, por último, aquí se casó con la mujer de su vida, con Mary Welsh, de quien dijo que era su gatica, su ley y su religión.

Entonces… ¿cómo iba a estar alejado de lo que habla el cubano?

No, no lo estuvo, y, para quien pida una prueba, ahí está ese pasaje de El viejo y el mar, donde, narrando los infortunios de Santiago, el anciano pescador de Cojímar, nos dice, y cito: “El viejo está definitivamente sala´o, que es la peor forma de la mala suerte”.

En el texto inglés, sala´o aparece así mismo, tal como nosotros lo pronunciamos.

Y, para ponerle la tapa al pomo, recuérdese que en el transcurso de una entrevista confesó: “Yo soy un cubano sato”. 


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).


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