Hoy este humilde emborronacuartillas se ha puesto ante el teclado de modo inusual, decididamente recordatorio.
Sí, porque en igual fecha, el 28 de enero muchos años atrás, Cuba está amaneciendo. Sí, cuando, en una humilde casita de la viejohabanera Calle de Paula, viene al mundo, para los siglos de los siglos, José Julián Martí Pérez.
Pero vayamos a lo nuestro, que es el universo de las palabras.
Él anduvo por tierras varias: México, Venezuela, Guatemala, Estados Unidos.
Pero, quienes tuvieron el privilegio de departir con él, dejaron dicho que hasta su épica caída, donde confluyen los ríos Cauto y Contramaestre, estuvo hablando como el cubanazo que era.
Por ejemplo. Cuando da a la luz, como redactor único, su revista La Edad de Oro, un regalo para los pequeñuelos de nuestra América, incluye a su héroe Meñique, quien, nos dice, tan pequeño como un pitirre. No se ha olvidado del muy valiente pajarillo cubano, que le hace frente a otras aves, de mayor talla.
Así fue siempre. Un hombre total en todo. El idioma incluido.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.